La jugadora de San Luis habló sobre el trago amargo que pasó en el futbol de Albania y que la orilló a dejar su sueño de jugar en el viejo continente.
Sin duda alguna una de las metas de cualquier futbolista es emigrar al viejo continente. Sin embargo, en algunos países de Europa, la cultura y las tradiciones pueden convertir ese objetivo en un sueño agridulce.
En septiembre del 2022, Viridiana Kloss se unió a la lista de jugadoras mexicanas en participar en la UEFA Champions League Femenina. La lateral derecho se entabló en las filas del Villaznia Women de Albania , equipo que buscaba su clasificación a la fase de grupos de la competición europea.
Sin embargo, el sueño por el que Kloss apostó tras dejar el fútbol de Israel, se convirtió en una pesadilla. La jugadora, que ahora milita en Atlético San Luis , recordó en entrevista para ESPN los malos tratos que sufrió durante su estancia en Albania , los cuales fueron factor para que la mexicana diera un paso al costado en su aventura por el viejo continente.
“Era la Champions League , era un sueño jugarla. Llegué a un país muy complicado, es muy tirano, literalmente es muy complicado. Creo que fue más complicado el tema social en Albania que otra cosa. El presidente y todos los demás también eran varones, pero si era de que no teníamos opinión”.
La jugadora mexicana llegó al Villaznia Women de Albania tras la lesión de la lateral titular del equipo previo a la Champions League. Viridiana Kloss fue parte de la plantilla que consiguió el pase a la fase de grupos, en la reclasificación contra del Vorskla-Kharkiv 2 de Ucrania . Sin embargo, después de clasificar, Kloss decidió regresar a la Liga MX Femenil.
“Después de qué pasamos a fase de grupos en la Champions League , yo ya no aguantaba. Era el hecho de qué no podía hablar, de no poder opinar, de llegar a los entrenamientos y sentir que ninguna de las niñas quería estar ahí. El hecho de tenerle miedo al presidente (del equipo), porque ni siquiera era el entrenador, sino el presidente que manejaba todo; el hecho de tenerle miedo a eso y decir: ‘no puedes hablar’, porque si hablabas ya no jugabas. Yo no estaba disfrutando, yo no estaba viviendo, yo no me sentía plena y puse mi salud mental antes que todo”.
Más allá de la cultura que se vive en el país europeo , en relación a la forma en la que se trata a las mujeres, la hoy jugadora del Atlético San Luis, aceptó que el crecimiento en su carrera no fue como lo esperaba debido a que las jugadoras en Albania tienen prohibidas ciertas actividades complementarias a su entrenamiento normal.
“A mí nunca me decían mi nombre, no sé por qué, me decían ‘la mexicana’. Yo si lo sentía muy despectivo, el presidente era así. Había ciertos detallitos, por ejemplo, allá no me dejaban hacer gym, no teníamos gym como equipo, entonces al yo tener esas ganas, porque siempre he sido de trabajar extra, a mi me llamaron la atención, me regañaron y literalmente yo sentí que me humillaron enfrente de todas por el hecho de querer crecer futbolística y físicamente”.
Antes de fichar por el equipo de Albania, Viridiana Kloss tuvo la oportunidad de jugar en Israel. Tras su salida del Puebla , la mexicana vivió las dificultades que tienen las futbolistas del Medio Oriente, en donde algunas jugadoras tienen que dejar sus carreras para cumplir con su servicio militar.
“Es una liga que no tiene derechos televisivos, no ves gradas en los campos, tenía compañeras que a los 18 años tenían que ir al servicio militar obligatoriamente, había entrenamientos en los que éramos nueve niñas y los entrenadores obviamente tienen que entender esa parte. Sin embargo, sí era mucho de: ‘Nosotros vamos a hacer lo que nosotros digamos, porque nosotros somos los que mandamos’, era como que no tenías opinión, eso fue más complicado, más que nada por el choque cultural”.
La jugadora considera que, a pesar de que FIFA se preocupa cada vez más por las jugadoras, hacen falta reglas para salvaguardar la integridad de las futbolistas a nivel internacional, militen en la liga que sea.
“Creo que sí deberían de trabajar para protegernos internacionalmente, como cualquier jugadora. Esos aspectos sociales fueron los que me hicieron regresar a México, porque llega un punto en el que yo pensaba que a lo mejor no me podían correr de algún equipo, pero llega un presidente y te dice: ‘Aquí se puede hacer lo que yo diga’, si es cómo: ‘Yo creí que estaba por una firma en un contrato’, al final de cuentas yo sé que en ese tipo de lugares no te sientes protegida”.