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Martín Anselmi y Guillermo Almada: Creadores de identidad

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La evolución de Anselmi: de una imprenta a los banquillos (2:22)

Francisco Bersce habló con ESPN sobre la transición del hoy técnico de Cruz Azul. (2:22)

Lo que más aprecian los entrenadores es que sus equipos tengan una identidad, un estilo que los caracterice y los haga distintos al resto; pues bien, Anselmi en Cruz Azul y Almada en Pachuca, han alcanzado dicha virtud.


La identidad es uno de los valores más preciados por los entrenadores de futbol. Quizá el de mayor relevancia.

Que se hable de algún equipo de la actualidad o del pasado y se haga la referencia a su director técnico es motivo de orgullo, pero hay mucho trabajo atrás de dicho reconocimiento.

El Barça de Pep Guardiola, el Milan de Arrigo Sacchi, la Holanda de Rinus Michels; o más cercano a la realidad nacional, el Atlas de La Volpe, el América de Beenhakker o el Toluca del ‘Ojitos’ Meza, son solo algunos ejemplos de equipos que quedaron tatuados en la memoria por haber forjado un estilo que los hizo únicos, más allá de los pocos, nulos o muchos títulos que ganaron.

El trabajo de un entrenador consiste en plasmar su idea en la agrupación que encabeza, en convencer a un plantel de que con dicha filosofía es posible competir y ganar. Ya después puede pasar cualquier cosa, pero cada futbolista y el equipo contará con las herramientas necesarias para tratar de alcanzar un objetivo.

Resulta común escuchar en las crónicas de los partidos que “ya se nota la mano del entrenador” en tal o cual equipo; sin embargo, no es tarea sencilla ni sucede de la noche a la mañana.

Es un trabajo de meses, a veces de años, y lo más probable es que los triunfos tarden en llegar porque todo lleva un proceso, con lo que alcanzar a dominar un estilo que brinde identidad cuesta y son una minoría los clubes y entrenadores en el mundo que pueden presumir de ello.

Contradiciendo a la consigna anterior, valga decir que lo de Martín Anselmi con Cruz Azul es un caso extraordinario. Sufrió las primeras dos jornadas, incluso fue abucheado e insultado por un sector de la afición celeste, pero recompuso de inmediato y el equipo no sólo hilvanó victorias, lo hizo de forma brillante y sobre todo con un sello particular.

En un tiempo récord, pero fundamentado en una extraordinaria elección de los refuerzos, el estratega argentino convirtió a una ‘carcacha’ que el torneo pasado dio pena ajena, en una verdadera máquina.

Cierto, no ha ganado nada y al torneo le resta mucha historia; sin embargo, resulta imposible negar que el equipo juega bien, que se abraza a una filosofía, que compite de igual manera dentro y fuera de casa, y a la par es fácil palpar un convencimiento entre los jugadores de que lo que están haciendo es lo correcto.

Hay una aferración bien entendida de sacar el balón limpio desde zona defensiva, con un guardameta (Kevin Mier) que tiene un privilegiado juego con los pies, y con jugadores como Erik Lira que están descubriendo sus capacidades en una posición (defensa central) que desconocían. Mérito de Anselmi.

Por otra parte, qué decir de Guillermo Almada, un estratega reconocido en México y todo el continente que trabaja de forma extraordinaria.

La campaña anterior estaba presupuestado que el Pachuca viviría un momento de transición, que difícilmente se metería a la Liguilla, pero tras ese trago amargo vino la reconstrucción y una nueva apuesta.

Da gusto ver a los Tuzos plagados de canteranos, que apuestan por un futbol ofensivo y vistos, y que fiel a la filosofía de su entrenador no tienen complejos para desafiar a los planteles más poderosos de la Liga MX.

Es poco probable que en el presente Clausura 2024 le alcance al Pachuca para pelear por el título, pero la maduración de futbolistas y retomar las bases que le han dado éxito en los últimos años a la institución es un éxito que no puede obviarse.

Almada es un técnico fantástico que no necesita de muchos reflectores —Pachuca no los tiene— para que su trabajo hable por sí solo.

Así las cosas, hoy toca aplaudir a un par de entrenadores extranjeros que demuestran a través de la identidad adquirida de sus equipos que son tan valiosos como válidos, pues en un futbol que demanda resultados inmediatos, ellos priorizan las formas en las que los consiguen.