<
>

La condición del chango

Quién iba a decir que gracias a un chango hemos podido disfrutar cinco años del talento y profesionalismo de André-Pierre Gignac. Algún día caminando por Monterrey me encontré con un directivo de Tigres y le pregunté qué tan complicado fue contratar al francés.

Me imaginé todo tipo de respuestas, menos la que me dio. Aquel directivo con su acento regio y frases típicas del norte me contó cómo fue aquella negociación. Me dijo que el primer contacto lo hicieron con su representante, quien vino a conocer la ciudad y el club.

Después ya fue directamente con el jugador, quien primero cuestionó si había vuelo directo de México a Francia. La respuesta fue muy sencilla, dos diarios. El segundo requerimiento fue el complicado, ya que Gignac les dijo que él no salía de Marsella si no era acompañado de su mascota: un chango que me dicen es y siempre ha sido su fiel compañero.

Los directivos, sorprendidos en su momento por la petición del futbolista, creyeron sin tener conocimiento del caso que era un trámite hasta cierto punto sencillo. Una vez que empezaron a investigar lo engorroso del asunto empezó el sufrimiento, porque creyeron que en cualquier momento se les podía caer un fichaje que desde entonces creían iba a ser uno de los mas importantes en la historia. Después de varios días de incertidumbre y tensión para la directiva por la cantidad de impedimentos que existían para tramitar el ingreso del chango a la ciudad, finalmente lo lograron. Gignac fue notificado y el francés, feliz de la vida, tomó el vuelo correspondiente para llegar a Monterrey y empezar a escribir su historia. Acompañado de su mascota y su familia me cuentan que Gignac es feliz en Monterrey. Hoy domina casi a la perfección nuestro idioma, conoce al cien por ciento la cultura y es feliz en nuestro país. Detalle que ha tenido mucho que ver en su éxito.

Le gusta la liga mexicana, se adaptó muy rápido al sistema de competencia y hoy está hecho a la filosofía de Tigres. Creo que nunca lo veremos vistiendo la camiseta de otro equipo en nuestro país. Primero, porque no habrá quien le pague a Tigres lo que vale el jugador y segundo porque el propio Gignac está muy arraigado con los colores de los Tigres. Es un futbolista que no le gusta tener mucho contacto con los medios de comunicación. Es difícil ver que dé entrevistas mano a mano. Generalmente suele dar declaraciones solo después de las finales. Él prefiere estar alejado de los reflectores. Él habla en la cancha con goles y asistencias.

Me cuentan que pocos futbolistas son tan profesionales como él. Busca siempre estar en un gran nivel físico. Por lo que no solo trabaja en el club sino también lo hace por su cuenta por las tardes en su casa. Nunca ha creído que por su talento y su nombre le es suficiente para ser titular con el ‘Tuca’. Es un trabajador incansable.

André-Pierre Gignac recién cumplió cinco años de haber llegado al futbol mexicano. Para mí, hoy ya es uno de los mejores diez extranjeros que han llegado a nuestra liga y no tengo duda que con el tiempo --porque considero que le quedan fácilmente un par de años a gran nivel-- terminará estando entre los mejores cinco.

Y todo esto, quién iba a decir que se lo debemos a su fiel mascota que pudo entrar a nuestro país después de cumplir con todos los trámites pertinentes.