El técnico de Pumas tiene comunicación constante con Marío Sciaqua, el primer entrenador que lo llevó a un banquillo de Primera División
Andrés Lillini, técnico de Pumas, llama tres o cuatro veces a la semana a un mismo número de teléfono de Argentina. Al tono de llamada o alerta de Whatsapp responde Mario Sciaqua, el primer entrenador que le dio la oportunidad de estar en un banquillo de Primera División, su amigo y confidente en los momentos difíciles del sudamericano, como lo fue la goleada de cuatro a cero que recibió en el partido de ida contra Cruz Azul.
“Hablamos de cómo iba a entrenar los días posteriores a la goleada, se concentró más en la cuestión anímica que de campo. No hay un método para superar esa goleada, pero Andrés les cambió la cabeza a todos. Hablamos que no era real el 4-0 en contra, pero el 4-0 a favor parecía abultado, difícil, pero el futbol es un estado de ánimo”, dijo Mario Sciaqua, entrenador argentino y amigo del entrenador de los Pumas, a ESPN Digital.
En esas conversaciones, Andrés Lillini le confesó a Mario Sciaqua que Pumas iba a llegar a la final, desde el día que se convirtió en el entrenador oficial del club. Se resistía a tomar la dirección técnica porque estaba comprometido con los jóvenes y creía en la idea de recuperar la “garra de los universitarios”, explica su amigo.
“El día que lo confirmaron como entrenador, me habló y me dijo: ‘Mario, nosotros vamos a llegar a la final’. Me sorprendió, porque era un equipo que él no conocía, que no armó, le encontró la forma rápido”, dijo Sciaqua.
La afirmación de Lillini rebotó en la cabeza de Sciaqua. “¿Ser campeón en un torneo donde también dirige Mohamed, hay un equipo como León o un trabuco como Tigres?”, parecía irreal. El tiempo, las victorias, los empates, la final, le dieron la razón al entrenador de Pumas.
“Le dije: ‘Andrés, esta es la oportunidad. Tienes que ir para adelante, agarras al equipo, gana, empata, gana, empata, son mensajes que te manda el de arriba. Es tú momento’”.
La amistad entre Sciaqua y Lillini no se fraguó en las fuerzas básicas de Newells Old Boys, donde también conocieron a Gerardo Tata Martino, ahora entrenador de la Selección Mexicana, sino en una de las tantas conversaciones entre cazatalentos de Argentina. En esas charlas, Mario quedó impresionado con el poder de convencimiento del ahora técnico de Pumas, el mismo que ahora pone en práctica.
“Nuestro mejor trabajo fue en el Olimpo de Bahía Blanca, lo agarramos con 10 puntos debajo del más cercano a descender y al final logramos mantener al equipo en Primera División, en la última fecha”, recuerda Sciaqua. “Ahí me enseñó que sabe gestionar un vestuario, porque en los entretiempos se ve quién tiene capacidad, le sabe hablar al jugador, convencer”.
Previo a la final contra el León, Sciaqua y Lillini volvieron a hablar, recordaron que coincidieron con Jean Meneses en Chile, ahora rival de los Pumas, desearon suerte y “lo escuché igual que todo el torneo, convencido de ser campeón”.