León nunca sucumbió ante el escepticismo que supone esa “maldición del superlíder”, jamás dudó y siempre aceptó la etiqueta de favorito
Iniciemos este paseo por la selva reconociendo al campeón del futbol mexicano. El León sí es como lo pintan, es el rey de la selva y dominó a todos.
Un líder general que nunca sucumbió ante el escepticismo que supone esa “maldición del superlíder”, jamás dudó y siempre aceptó la etiqueta de favorito.
Ignacio Ambriz se graduó como técnico con este título de liga y aunque le restan seis meses más de contrato, difícilmente permanecerá por mucho más tiempo como entrenador de la fiera, pues seguro llegarán varias ofertas importantes y ojalá que Ambriz tenga el deseo y la ambición de buscar trascender fuera del balompié nacional. Escuela tiene y de sobra, fueron muchos años al lado de Javier Aguirre, quien es el técnico mexicano de mayor trascendencia en la historia de nuestro futbol.
Hay que reconocer también la gestión directiva encabezada por Jesús Martínez Murguía, quien llegó como presidente del León con tan solo 25 años de edad y en una década al frente del equipo logró ascenderlo a primera división y levantar tres títulos de liga, regresando a este equipo donde su afición, la ciudad y el estado de Guanajuato merecen estar.
La selva de la multipropiedad
Mucho se ha señalado y criticado la multipropiedad en el futbol mexicano y aunque coincido en que esta práctica monopólica no es lo mejor, reconozco que pocas familias o instituciones podrían generar tantos beneficios al futbol mexicano como lo ha hecho la familia Martínez con Grupo Pachuca. De cualquier forma, terminar con esta práctica sigue siendo una asignatura pendiente para la Liga MX y la Federación Mexicana de Futbol. Una tarea a la que siempre le sacan la vuelta y evaden con explicaciones banales para evitar problemas con la FIFA.
La selva y sus nuevos reyes
Ejemplos como el de Martínez Murguía ponen en evidencia la mala decisión de poner a Mikel Arriola como presidente de la Liga MX porque por muy preparado que estés académicamente, no puedes llegar a gestionar el futbol mexicano sin ninguna experiencia en el ramo.
La decisión de poner a Arriola al frente de la Liga MX es una decisión tomada desde la cúpula de la FMF aunque lo niegue el mismísimo presidente del organismo Yon de Luisa.
En esta elección no hubo ni empresas de head hunters, ni procesos de selección, ni otros candidatos, fue una decisión unilateral, pero lo peor de todo es que dejan en claro que no existe autonomía entre la Liga MX y la FMF.
Mi primera impresión al escuchar a Mikel Arriola es que parece más un aficionado que un presidente. Sus antecedentes como pelotari, servidor público y candidato del PRI a la gubernatura de la CDMX no lo califican para llegar a desarrollar una tarea en la que su experiencia laboral y académica adolece de muchas situaciones que tendrá que aprender sobre la marcha, ojalá que encuentre a las personas adecuadas para cubrir esas carencias y no ceda ante las presiones federativas, algo que se ve complicado.
El objetivo y la principal tarea de Arriola está clara, dicho por él mismo en todas las entrevistas concedidas. Llega con el objetivo de converger a la Liga MX con la MLS.
No tiene idea de lo que dice, mucho menos cómo hacerlo, ya de regresar a competir a Libertadores mejor ni hablamos. Hay mucho por hacer pero no se escuchan proyectos y objetivos claros.
Por lo pronto festejemos en la selva
Mientras tanto, festejemos que el Guardianes 2020 pudo completarse, en medio de esta pandemia hay que reconocer el esfuerzo de todos los equipos y de la liga, no era una tarea fácil, fue un torneo como ningún otro, carente de esas emociones y sensaciones que solo la afición en las gradas puede generar.
Resiliencia es la palabra perfecta para explicar lo que ha sido esta perturbadora experiencia para todos los involucrados directa o indirectamente.
El balón seguirá rodando en estos tiempos del COVID-19 y ojalá que el futbol y el deporte sirvan para llenar de luz y esperanza estos aciagos días.