LOS ÁNGELES -- Sólo hay algo tan aterrador como la #Campeonitis. Y es la #Subcampeonitis. Y los dos más recientes Bicampeones del futbol mexicano, lo ratifican.
Este fin de semana, León y Pumas recibieron la invitación a su propio funeral. El repechaje, esa ruta lastimosa y lastimera para llegar a la Liguilla del Guard1anes 2021, está por cerrarles las puertas.
Sí, la garita más patética hacia la Liguilla, el túnel de los mediocres, es la última posibilidad de ambos equipos, para no quedar marginados de la llamada Fiesta Grande, a la que acuden pequeños en su mayoría. El repechaje ampara a los mediocres, la mayoría llega con menos del 50 por ciento de productividad en el torneo.
El monarca vigente, el León, necesita una efectividad del 62 por ciento para asegurar un boleto en la repesca, es decir, ganar 15 de los 24 puntos posibles, empezando este miércoles en el juego pendiente ante Rayados, para no meterse de polizón como lo hizo el Puebla el torneo pasado con sólo 20 unidades.
El subcampeón Pumas necesita ganar al menos 15 puntos de los 21 posibles. Es decir, requiere una efectividad de cierre de torneo del 71 por ciento para no meterse de intruso con agruras, como lo hicieron los Camoteros en el Guard1anes 2020.
La tarea se complica al revisar los oponentes. León confronta a Monterrey, Necaxa, Santos, Toluca, Atlas, Juárez, Mazatlán y Querétaro, con el estorbo de por medio de un par de juegos de la Concachampions. Cuatro rivales ubicados entre los ocho primeros y cuatro en zona de desperdicio similar a la suya.
Pumas, en tanto, deberá medirse a Juárez, San Luis, Pachuca, Necaxa, Tigres, Puebla y cerrar con el América. De entre ellos deberá arañar los puntos para ir a la repesca. Los seis primeros, apóstoles de la mediocridad absoluta, invitan a que los universitarios tomen resuello.
¿Pueden meterse a la reclasificación León y Pumas? Poder, pueden, si juegan como este fin de semana ante América y Cruz Azul, pero ¿quieren hacerlo? Esa respuesta se verá en la cancha en las siguientes semanas.
DESMELENADO…
El León dio su mejor exhibición en este torneo, el sábado, ante el América. Y no le alcanzó. A los 15 segundos, el chileno Víctor Dávila había insinuado la resurrección de su equipo con el 1-0. Falso profeta. Henry Martín al 6', igualaría el marcador y la puja por el control del juego.
León cerró el juego controlando la cancha y el balón, sin dominar el partido. Y eso hace sentir cómodo al América. Al minuto 92, con las regaderas del vestidor ya abiertas, llega la redención de un desesperado Federico Viñas: 2-1. Marchita la ilusión esmeralda.
¿Condenado el León en este Guard1anes 2021? La reacción que muestre a este descalabro definirá su futuro. Tiene una revancha abierta e inmediata: enfrenta el miércoles a Monterrey en juego pendiente.
Llega ante los Rayados de Javier Aguirre con siete puntos y siendo uno de los equipos más castigados del torneo (13 goles recibidos) y la peor diferencia de goleo (menos 6), al igual que Mazatlán, sólo después de Pachuca (menos 7) y obviamente Juárez (menos 12). Citando a estos vecinos de desgracia del León, se entenderá la dimensión del daño en el equipo de Nacho Ambriz.
Sin alcanzar su espléndido futbol de 2020, pero el León sólo necesitó ante América un referente de área, que por momentos pudieron ser Joel Campbell y Víctor Dávila, pero fueron perdiéndose en el ritmo del juego.
Ausencias dolorosas ha tenido. Luis Montes no se recupera plenamente. Y llama la atención que Emmanuel Gigliotti sea marginado desde que se atrevió a decir que jugó la Final ante Pumas enfermo de coronavirus, algo que se apresuró a desmentir su directiva. Encima, Yairo Moreno sigue sin recuperarse, al igual que Iván Rodríguez.
La Fecha FIFA de marzo le otorgará al León la posibilidad de rehabilitarse plenamente, aunque después se presentará la primera fase de Concachampions, con un rival aún por definirse.
Más allá de recuperar a sus futbolistas, sin duda, debe tener un efecto interno la situación indefinida de Nacho Ambriz. Sigue sin renovar contrato, con el afán de buscar otros horizontes, y esa inestabilidad repercute en el seno del equipo. Ése sería el primer paso de sanación: la ratificación del técnico.
El mismo Ambriz se aferra a una esperanza, según lo afirmó tras la derrota ante América. “Matemáticamente no estamos fuera todavía. Tenemos la exigencia de que tenemos que ganar. El equipo en el segundo tiempo me demostró que es el equipo que a mí me gusta. Todavía nos quedan bastantes puntos por delante (24) y los vamos a pelear vamos a luchar por una Liguilla y por el Bicampeonato”, declaró en la conferencia de prensa.
RECONSTRUCCIÓN
Pumas está reinventándose. Perdió a Alejandro Mayorga, Carlos González y Andrés Iniestra. Alan Mozo sigue en su recorrido entre antros y pulquerías, y Dinenno todavía no está en su mejor forma. ¿Juan Iturbe? Sigue ahí porque es un acto de paciencia y buena fe de Andrés Lillini, toda vez que al argentino-paraguayo nadie lo quiere en Sudamérica.
Ante Cruz Azul, este domingo, Pumas dio su versión más cercana a lo que fue en el Guard1anes 2020. Recuperó la lucha, la convicción, la entrega, e incluso hasta parece que a Mozo le pusieron un cinturón de castidad desde el viernes, aunque sigue cometiendo errores mentales.
Lamentablemente para Pumas, César R. Palazuelos decidió conceder un penalti rigorista, y termina cruzazuleándola ante Cruz Azul, al cobrar correctamente Jonathan Rodríguez, y su esfuerzo de 93 minutos se fue al vertedero tóxico del desencanto.
Al igual que el León ante el América, Pumas dejó en claro ante La Máquina que su sitio no es el estercolero de la clasificación general, pero aún debe confirmarlo ante los siete adversarios que vienen por delante, especialmente, en el último duelo, ante el América, cuando puede jugarse el pase definitivo a la reclasificación.
La derrota, entonces, ante Cruz Azul, puede ser un punto de referencia emergente y generoso para Lillini. Su equipo ya corroboró que puede mejorar notable y notoriamente su nivel de juego, especialmente si se muestra dispuesto a ser combativo, solidario, intenso, los 90 minutos y agregados de cada partido.
Tras la derrota ante Cruz Azul, obra y gracia del VAR, Lillini prefirió eludir el tema, antes que desahogarse, pero reconoció que su equipo le despierta esperanzas.
“Hicimos un partido bueno desde lo estratégico. Me enfrenté al mejor plantel (Cruz Azul), para mí, que hoy lo contrarrestamos. Llegamos hasta tres cuartos y nos falta el punch final. Espero lograrlo, entrenándolo y acertando como esta noche”, dijo. “Esto es de goles, no de merecimientos, no de excusas, pero tenemos que mejorar. En unos días volvemos a jugar. Por eso la situación de incomodidad de hacer algo bueno y perderlo en cinco segundos”.
Ambos pues, León y Pumas, Ambriz y Lillini, saben que aún no están muertos, aunque hayan recibido ya la invitación a su propio sepelio.