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Selección Mexicana: De la euforia a la realidad

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Penal detenido por Memo Ochoa hizo estallar a la afición mexicana y silenció a la fanaticada polaca (0:58)

La atajada sobre Robert Lewandowski provocó la locura de los fanáticos que miran el partido en las calles del territorio azteca. (0:58)

La euforia colectiva que provocó el penalti atajado por Guillermo Ochoa a Robert Lewandowski hizo olvidar que México desaprovechó una oportunidad inmejorable de presentarse con victoria en la Copa del Mundo ante una selección polaca decepcionante.

Si bien es cierto que el conjunto azteca cumplió con un partido sumamente decente, el eterno problema que representa la falta de contundencia sigue vivo y le costó dos puntos que serán fundamentales en el recuento rumbo a los Octavos de Final.

Salvo la pena máxima, Ochoa prácticamente no se ensució los guantes gracias al destacado trabajo defensivo; sin embargo, en ataque una vez más se adoleció de contundencia y el 0-0 resulta amargo para los de Gerardo Marino si se considera que fueron claramente superiores en el trámite del juego.

La sorpresiva derrota de Argentina a manos de Arabia Saudita obligaba doblemente a México a ganar para manejar su destino dentro del grupo; sin embargo, el grito de gol de 35 mil paisanos se ahogó tras un remate fallido y un cabezazo de Alexis Vega, una llegada de Jesús Gallardo y una aproximación de Héctor Moreno.

El Tricolor dejó buenas sensaciones, sí, pero en un Mundial no alcanza con eso y el partido ante Polonia era ‘ganable’ por donde se le vea, así que la cosecha de una unidad es sumamente pobre con todo y que se diga que el próximo sábado ante la albiceleste otro empate o no se diga la victoria serían un extraordinario ‘negocio’.

Difícilmente una selección que arrastraba un récord de 36 partidos invicto y que saldrá sin margen de error va a hilvanar dos malos encuentros, y se diga lo que se diga o se apueste por el optimismo, la realidad es que Messi y compañía son ampliamente favoritos ante el Tri.

Memo Ochoa salvó al equipo y de nueva cuenta se levantó como figura indiscutible en una Copa del Mundo, por ello era apenas justo que recibiera el reconocimiento que se le dio; sin embargo, la euforia desatada a su alrededor no hizo reparar en un pequeño (gran) detalle: el empate frente a Polonia es poca cosa.