El inglés voló y solo su compañero Oscar Piastri pudo seguir su ritmo en la clasificación de la primera fecha de F1. Max Verstappen se quedó con el tercer lugar, a 385 milésimas del poleman.
Todos los presagios se cumplieron en la clasificación del Gran Premio de Australia, primera fecha del ejercicio 2025 de la Fórmula 1: McLaren está en otro planeta. El título de Constructores de la temporada pasada fue el cierre de una gran temporada que había arrancado complicada. Pero desde el momento en que la escudería de Woking puso en pista el primer paquete de actualizaciones, los autos despegaron. Y llegaron al final del año como los coches a batir. Con ese antecedente, todos señalaban a los autos papaya como los grandes candidatos para la 76ª temporada. Y el 1-2 de la clasificación, con Lando Norris en la pole comienza a dar la razón.
Había que esperar a la clasificación de Melbourne para tener una real dimensión de qué tenía cada equipo. En la pretemporada de Baréin se jugó a las escondidas y eso siguió en las tres tandas de entrenamientos de Australia. El primer lugar del viernes de Charles Leclerc ilusionaba a los tifosi, mientras los de Woking se dedicaban a parcializar. Y llegó el momento de poner todo, en la Q3, y aceleraron los MCL39 y sacaron un campo de ventaja.
Norris se quedó finalmente con la pole position y ¡hasta tomó recaudos! El inglés había excedido los límites de pista en su primer intento de Q3 y salió sin tiempos en su giro final. Así y todo, sabiendo que no podía fallar, le alcanzó para marcar 1m15s096 y sellar su décima pole (igualó la línea de Jochen Rindt en el ranking histórico del rubro). Solo su compañero Oscar Piastri pudo verlo de cerca al quedarse con el segundo lugar, a 84 milésimas del inglés.
“El auto es extremadamente rápido cuando se pone todo junto. Me equivoqué en la primera salida de Q3 y sabía que debía tomar riesgos, pero sin equivocarme”, fue el resumen de Norris, a quien aquellos que presagiaban el dominio de McLaren en el arranque no se pusieron colorados en ponerlo como el gran candidato al título. El año pasado luchó hasta donde pudo, pero no alcanzó por varios motivos. El team no logró poner un auto altamente competitivo de entrada, recién llegó para la quinta fecha y ese terreno cedido fue clave para el título de Max Verstappen. Más tarde en la temporada, cuando el auto estaba en su punto alto, los popes del equipo no supieron manejar el duelo interno entre sus pilotos. Y, por último, el combo se completó con una gama de errores de Norris que hipotecaron sus opciones. Este año, de arranque, McLaren tiene el auto. Para el resto habrá que esperar 24 carreras.
Allá lejos de McLaren apareció Verstappen, cuándo no. Con su Red Bull que se mostró indócil el viernes y llevó al neerlandés a asegurar que el entrar a Q3 era el objetivo. Se sabe, cuando hay que apretar fuerte, Max saca el plus que tiene y fue el mejor del resto. Lejos, a 385 milésimas, pero solo el talento del tetracampeón pudo sacar adelante la clasificación. Helmut Marko, hombre fuerte del equipo de las bebidas energizantes, había dicho que estaban para la segunda final y no se equivocó. Pero mucho deberá trabajar el equipo de Milton Keynes si quiere recortar la brecha inicial de McLaren.
Ahora bien, ¿está definido el fin de semana de Australia? No. ¿Pero si McLaren es recontra superior? Sí, pero hay un dato no menor: el clima. Se anuncia lluvia para el momento de la carrera y ahí todo puede pasar. Será otra prueba para Norris, quien en la última carrera con agua terminó de mostrar la bandera blanca de rendición en la lucha por la corona 2024. Fue en San Pablo, donde el de McLaren picó en pole y Max… ¡17º! Mientras el campeón avanzaba, el inglés no podía ni tenerlo en pista. En ese objetivo de ganar el título de pilotos, McLaren hizo su parte al llevar temprano en la temporada un auto competitivo. Norris deberá empezar a rendir los exámenes que aplazó en 2024. Y si llueve, llegará el primero.
