Sin mucho brillo, la era Fossati arrancó con dos triunfos para Perú: 2-0 ante Nicaragua en Matute y 4-1 sobre República Dominicana en el Monumental, en lo que supuso una reconexión de los hinchas con su selección.
Tras los malos resultados en las Eliminatorias bajo las órdenes de Juan Reynoso, Perú apeló al entrenador ganador de la Liga 1 con Universitario y este decidió que la selección vuelva a jugar en el país y en los estadios de los clubes más populares del país.
Balance del inicio de la era Fossati en Perú
Ante dos rivales menores, el Perú de Fossati se impuso sin problemas en ambos partidos, pero lo más importante es que el DT pudo darle minutos a todos sus jugadores de campo y dio muestra de los perfiles de futbolistas que busca y la idea de juego que apunta a implementar en la selección.
Además de un arquero y centrales con buena salida de balón, que conecten con los jugadores lejanos, las mayores conclusiones de los amistosos salen a partir de lo que quiere en la volante.
Ante la ausencia de Renato Tapia y Pedro Aquino, Fossati apostó como pivote por Martín Távara ante Nicaragua y Jesús Castillo contra República Dominicana, es decir, dos jugadores de buen pie, panorama y organización, como la función que cumplía Rodrigo Ureña en 'su' Universitario.
Como interior derecho, el seleccionador de Perú apostó por Wilder Cartagena en el primer amistoso y por Sergio Peña en el segundo. Más allá de sus distintas características, lo cierto es que la tarea de ambos pasó también por potenciar a los carrileros de la banda derecha, es decir, Andy Polo ante Nicaragua y Luis Advíncula contra República Dominicana.
A diferencia de la era Gareca, donde la banda izquierda era el sector fuerte de Perú, en la era Fossati la banda a potenciar será la derecha. Polo y Advíncula atraviesan un buen momento en sus carreras y a nivel individual, brindan mayores soluciones que los carrileros de la otra banda.
En ese sentido, Peña asoma como una mejor opción como interior derecho que el improvisado Cartagena (su posición predilecta es de pivote) debido a su personalidad, dinámica, panorama y la complicidad que mostró con sus compañeros de mediocampo y el propio Advíncula.
Si bien Joao Grimaldo cumplió un buen partido ante Nicaragua, lo de Piero Quispe fue superlativo ante República Dominicana a partir de su atrevimiento, desequilibrio individual, intensidad y mayor conocimiento del puesto. Apunta a ser uno de los jugadores importantes en el Perú de Fossati y lo confirmó en el amistoso en el Monumental.
Ahora bien, hay algo que se dejó en evidencia en los amistosos y que apunta a ser más un recurso que un discurso. Que el puesto de interior derecho, también podría ser el izquierdo, pase a ser ocupado por un atacante devenido en volante, como lo fueron ocupando Grimaldo, Franco Zanelatto y José Rivera en los amistosos. Lo cierto es que el 3-5-2 se mantuvo a lo largo de los 180 minutos, por lo que ante la necesidad de un delantero más cuando el resultado sea adverso, lo más probable es que se posicione unos metros más atrás.
En la zona atacante, quedó claro que Fossati no quiere necesariamente dos postes, sino uno más movedizo y otro más fijo en el área. Fueron los casos de Gianluca Lapadula y Paolo Guerrero ante Nicaragua, y en un lapso del complemento ante República Dominicana, y de Bryan Reyna y Edison Flores ante la selección caribeña.
A partir de su explosividad y desequilibrio, Reyna asoma como un argumento importante para el Perú de Fossati a futuro. Y Lapadula como el centrodelantero que puede aportar mayores cosas a la selección, pese a no ser el tipo de atacante que actúa más como una referencia en el área. En ese sentido, Fossati tiene el objetivo y la obligación de hacer muy complementarios a una dupla que pueda resultar muy explosiva en ataque.
Cabe destacar que la selección disputará dos amistosos antes de su debut en la Copa América, pactado para el 21 de junio ante Chile. Posteriormente enfrentará el 25 a Canadá y cerrará la fase de grupos el 29 ante el campeón del mundo Argentina.