Roberto Mancini hace un trabajo espectacular con la selección de Italia desde que tomó el mando de un equipo en pleno declive tras no asistir a un Mundial
Este viernes, Italia empató con Suiza en el Estadio Olimpico de Roma en un partido decisivo por las Eliminatorias del Mundial 2022. Los dos equipos suman 15 puntos en el grupo C.
Para conseguir otro resultado importante, la Azzurra cuenta con la labor del técnico Roberto Mancini, que desde que se hizo cargo del equipo, en mayo de 2018, ha tenido unos números espectaculares: 30 victorias en 44 partidos, con un 68,18% de efectividad. Y el título del 2020 Eurocopa.
Mancini, que ha estado al frente de varios equipos importantes en Europa, es elogiado con frecuencia por sus excompañeros por su personalidad desenfadada, así como por el estilo de trabajo cohesionado basado en la meritocracia demostrada en los entrenamientos con la selección nacional y en los partidos con los clubes.
El centrocampista Daniel Bessa, actualmente en el Hellas Verona, es uno de los que forma parte de la "tropa" del técnico.
Con pasajes por las bases de Coritiba y Atlético-PR, Bessa hizo toda su carrera en el fútbol europeo tras llegar al Inter de Milán todavía en su adolescencia (recordemos la historia del centrocampista.
En el equipo nerazzuro, estuvo dirigido por Roberto Mancini cuando ascendió a profesional en la temporada 2012/13. A pesar de que tiene pocas apariciones con el técnico, el brasileño solo puede elogiar la metodología de "Robby Mancio", como se le conoce al técnico.
"Mancini era mi entrenador en el Inter cuando me ascendieron desde las básicas. Tenía mucha atención con todos desde la base y veía todos los partidos juveniles. Tanto es así que lanzó a varios muchachos importantes en ese período", recordó Daniel.
"Todos hicimos la pretemporada de 30 días y lo que más recuerdo es que trató a todos de manera idéntica. Es un tipo muy sencillo en el campo, con un gran trabajo técnico y táctico. Además, es muy directo y tranquilo. Como jugaba al fútbol, y muy bien, inspira respeto", enumeró.
"Con él, la impresión que todos tenían era que iba a jugar con quien lo hiciera bien. En ese momento, ni siquiera debían haberme considerado para el equipo, porque era muy joven, pero jugaba en la pretemporada, ya que estaba entrenando bien, a su juicio. Esta es una cualidad enorme de Mancini", exaltó.
Bessa dice que, al principio, "Mancio" estaba muy preocupado por la defensa, como todos los buenos entrenadores italianos.
Sin embargo, a lo largo de los años, y también con lo que aprendió de su trabajo en clubes como Manchester City, Galatasaray y Zenit, Roberto cambió un poco su estilo cuando se incorporó a la selección italiana, convirtiéndose en un profesional más completo.
"Su estilo era muy italiano, siempre prestando mucha atención a la defensa, marcando pliegues y presión. En la selección nacional, sin embargo, busca que el equipo ataque mucho más que antes, además de tener más la pelota. Ha cambiado a lo largo de los años, aportando nuevas ideas a su trabajo", argumentó Daniel.
"Hoy, Italia usa un estilo de juego muy físico, porque todo el mundo corre todo el tiempo, y manteniendo un poco la defensa italiana, pero también siendo más valiente en el ataque", explicó.
"Actualmente, también juegan con tres muchachos de calidad en el mediocampo. Anteriormente, había dos para anotar y correr y solo uno para lanzar. Los extremos eran muchachos fuertes en el pasado, mientras que hoy son atletas más rápidos y más técnicos, teniendo a tipos como Del Piero y Totti, la defensa era el punto fuerte de Italia. Hoy es un equipo que juega mejor que sus rivales y gana con imposición", agregó.
Para Daniel Bessa, la llegada de Mancini fue fundamental para reactivar el fútbol italiano tras la vergüenza de no clasificar al Mundial de 2018.
"Los italianos fueron muy críticos con la caída visible de su fútbol tras el título del Mundial de 2006, pero fueron tras las soluciones y consiguieron levantarse. Trajeron lo mejor de otros países y consiguieron aplicar aquí. Y Mancini los puso a punto, la cereza del pastel encima de este trabajo de ser campeón de la Eurocopa. Aunque el equipo no se identificó como favorito, él era campeón y estaba jugando bien", analizó.
Uno de los puntos fuertes del trabajo de Roberto Mancini, por cierto, fue que puso fin a la inútil discusión sobre el uso de futbolistas naturalizados en la Azzurra.
El tema dominó el fútbol italiano durante muchos años, pero Mancini guardó silencio y fue campeón de la Euro con un equipo con tres brasileños de nacionalidad italiana: el lateral izquierdo Emerson, el defensa Rafael Tolói y el centrocampista defensivo Jorginho .
"No mira quién es el jugador, de qué país viene, sino quién está mejor. A Mancini no le importa si el tipo es brasileño, italiano, mitad brasileño, mitad italiano... si es bueno ¡Lo pone a jugar! Mancini mira el trabajo, no el nombre. Para construir el equipo, busca lo mejor que tiene a su disposición", concluyó Bessa.