El balance de la temporada de la Selección Colombia alivia desde la tabla de posiciones de las Eliminatorias. Sin embargo, queda mucho por mejorar en su fútbol predecible, liviano, y sin gol que lo aleja del entusiasmo de los hinchas. La defensa y Luis Díaz son sus puntos a favor.
Este año Reinaldo Rueda recibió el equipo con cuatro puntos, en el séptimo puesto y diferencia de gol de menos cinco. Lo tiene cuarto con 17 puntos, clasificado al Mundial y diferencia de menos uno.
¿Hasta dónde llega su mérito en una campaña avalada por esos logros? Dirigió 17 partidos (cuatro victorias, 10 empates y tres derrotas) con la Copa América en el medio a manera de laboratorio. No se reflejan señas particulares de juego más allá del 4-4-2 base.
Ahí el análisis le juega en contra. El equipo transita entre la zozobra que generan cinco fechas seguidas sin gol, sostenido en la tabla por resultados de la irregularidad de las demás selecciones.
Rueda luce apagado
En su llegada, el DT recuperó el ánimo del grupo. Convenció con la necesidad de la solidaridad colectiva incluso para los delanteros y se adaptó a la ausencia de James Rodríguez. Sumó empates valiosos que ahora empiezan a perder importancia por la debilidad en ataque.
Su mensaje está perdiendo efecto. Reacciona tarde. Errático con los cambios en últimos tres partidos amontona delanteros y desbarata el mediocampo. El gol tampoco llega y todos los artilleros que probó quedan apuntados como los culpables.
"Tenemos que asumir responsabilidades. Equivocarnos quizá en la ansiedad de no finalizar. De parte nuestra como cuerpo técnico, en el caso mío como responsable de las decisiones intenté darle equilibrio, como oxigenación y mantener el orden. Tampoco podíamos regalarnos ante un equipo que sabe jugar bien en transiciones directas, tiene buen juego aéreo. Lo importante era hacer el gol, no lo logramos y por eso el partido se hizo tan difícil", explicó.
Sin plan definido
La ausencia de James llevó a Colombia a ser práctica. Encontró respuestas en el 4-4-2 con equipo compacto y pase largo para la velocidad de Luis Díaz. El respaldo colectivo le dio puntos, pero no certezas para definir los partidos.
Después perdió efectividad con laterales imprecisos, el mediocampo ofensivo en poder de Wilmar Barrios y los delanteros angustiados por anotar. Así entra en zonas desfavorables: roce físico, mala entrega, desgaste mental…
No hay reacción ante la adversidad. Al manual de instrucciones de Rueda le faltan soluciones. Son cinco partidos sin gol.
Luis Díaz, David Ospina y la defensa, lo mejor del ciclo
Es un jugador diferente. El más desequilibrante. Crack. Incansable. Necesita más apoyo del fútbol colectivo que el equipo tuvo en la Copa América. Sus condiciones ilusionan para los cuatro partidos que vienen.
Hacerle un gol a Colombia es difícil. Recibió uno en cinco partidos enfrentando dos veces a Brasil y a Uruguay en Montevideo. Afectada por lesiones, el recambio mantuvo el cero. William Tesillo fue el mejor de los centrales en esta doble fecha.
David Ospina también es punto alto. Definitivo con sus atajadas para salvar en los momentos más delicados. Capitán notable de Selección.
Bajo rendimiento de experimentados
Este comienzo de temporada en Europa resulta difícil para Juan Guillermo Cuadrado y Luis Muriel. El de Juventus arrastra cansancio. Decide mal en jugadas en la que es especialista y por momentos se nota fastidioso.
Al delantero de Atalanta, una lesión le sacó nivel. Su aporte en diferentes posiciones de ataque lo raja. Flojo de mediapunta, extremo o segundo delantero. Lo mismo ocurre con Matheus Uribe, sin la sorpresa para ir al área y asociarse con sus compañeros.
La Selección no enamora, impacienta y empata más de lo debido. Está cuarta en medio del desencanto.