“Creo que el entrenador tiene que pelear por ser, no por estar. Y creo que hoy en día, con tal de estar, el entrenador deja de ser”. La frase de Juanma Lillo, mano derecha de Pep Guardiola, fue elegida por Diego Franco para explicar los motivos de su alejamiento de Villa Española.
Con apenas 33 años, a Diego Franco le llegó este año su primera oportunidad de conducir a un grupo de jugadores. Luego de trabajar en el cuerpo técnico de Román Cuello, el club Villa Española lo contrató como cabeza de su proyecto. Diego se metió en la Cultura de Barrio con la ilusión del pibe que hace sus primeras armas.
Pero de la noche a la mañana se quedó sin trabajo. El pasado fin de semana Villa Española perdió con Racing y la salida del equipo de la cancha fue compleja. Amenazas y hasta armas que se dejaron ver. En la semana se incrementó el clima de violencia con amenazas personales. Y Diego, siguiendo las enseñanzas de sus viejos, dio un paso al costado. Prefirió quedarse sin laburo antes de permanecer en un lugar donde algunos de sus compañeros estaban pasando mal como el delantero Santiago Bigote López.
El técnico explicó a ESPN todo lo que sucedió y precipitó su renuncia al cargo.
“Lo que pasó fue que el domingo, luego del partido con Racing, un grupo de hinchas que está marcando diferencias con la dirigencia actual del club se arrimó al tejido del túnel e intercambió alguna amenaza, algún insulto, con jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Se generó una situación de violencia complicada que no pasó a mayores por la cabeza fría que tuvimos en ese momento de no entrar en provocaciones”, comenzó diciendo Franco a ESPN.
El entrenador reveló que se tuvieron que quedar en el vestuario del Parque Palermo por espacio de una hora, hasta que llegó la Policía y despejó la zona.
En ese momento, el técnico dijo que sintió temor por su familia que estaba en la tribuna. “Claro que tuve miedo, pero por mi familia, porque ellos estaban viviendo todo eso desde la tribuna”.
Posteriormente agregó: “Yo lo que sentí es que todo esto fue premeditado, que fueron a eso. De hecho, luego que terminó todo, algunos medios de prensa estaban afuera esperando. Les preguntamos si querían entrevistar a alguien y dijeron que no. Todo muy raro”, expresó.
Consultado sobre si conocía a los hinchas que le habían gritado a él y a los jugadores, respondió. “A un par de ellos sí los conocía, de verlos en la cancha, pero a otros no, no fueron nunca”.
El inicio de la semana fue más complejo aún. Algunos jugadores recibieron amenazas, entre ellos el referente Santiago Bigote López, como lo expresó el club en un comunicado. Esto llevó al delantero a tomar la drástica decisión de retirarse del fútbol.
Debido a todo lo vivido, Franco decidió poner fin a su primer sueño como entrenador. Renunció. Se quedó sin trabajo.
“Mi renuncia tiene más que ver con los valores y el sentir. Nadie me dijo que me fuera. Pero la manera de marcar la cancha, de marcar la situación, fue esa. Solidarizarme con las personas que recibieron amenazas y alejarme del cargo. Ojalá no hubiésemos llegado a eso. Todo el mundo destaca; que valientes, que honrados, pero la realidad es que el Bigote quiere seguir jugando y yo dirigiendo. Me quedé sin laburo, pero los valores valen más”.