<
>

Las grandes posibles transferencias del fútbol uruguayo que nunca llegaron a concretarse

Ronaldinho, Diego Maradona, Christian Vieri o Garrincha son apenas algunos de los nombres que se llegaron a escuchar en los medios de prensa como probables refuerzos de Peñarol o Nacional, especulaciones jamás concretadas pero alimentadas por la propia realidad o por declaraciones no tan ajustadas de dirigentes de los clubes que catalogan con escaso rigor de ‘factible’ o ‘probable’ alguna de estas posibilidades.

El escritor argentino Eduardo Sacheri define al mercado de pases en su texto Veinte pibes en la cornisa como ‘aquellas novelas interminables en las que los hinchas nos entusiasmamos con la hipotética llegada de grandes refuerzos, nos asustamos ante la posible pérdida de jóvenes valores, nos esperanzamos con la repatriación de algún joven prometedor que acaba de cumplir un par de temporadas en el hemisferio norte, y nos sorprendemos ante la chance de que ignotos jugadores de otros mercados sudamericanos vengan a “romperla” a nuestro país’.

“Esas novelas –excepto para los hinchas de los clubes muy afortunados– terminan siempre igual: los grandes refuerzos no llegan, los jóvenes valores se las toman, los repatriados efectivamente vuelven –y después de verlos jugar dos partidos ya entendemos por qué – y los ignotos jugadores que vinieron a romperla, si la rompen, se van enseguida a Europa; y si no la rompen, siguen siendo ignotos”, se lamenta el argentino.

Los hinchas de Nacional y Peñarol han tenido grandes picos de entusiasmo cuando algún rumor de la prensa o en redes sociales encuentra un determinado eco, o al menos no es desestimado rotundamente, en alguna declaración pública de cierta autoridad del club.

El escritor Miguel Méndez le dedica un capítulo entero de su divertido e interesante libro Beckham nunca conoció Durazno y otras historias insólitas del fútbol uruguayo a las figuras del fútbol mundial que nunca arribaron al fútbol charrúa, a aquellos jugadores de renombre cuyo pase ‘se cayó’ a último momento.

El primer ejemplo que menciona Méndez en el capítulo Estrellas estrelladas es el legendario Garrincha, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, campeón de mundo con Brasil en Suecia 1958 y Chile 1962.

Miguel Restuccia, presidente del Club Nacional de Football entre 1968 y 1979, había confirmado en su primer año de mandato el interés de sumar al elenco tricolor al puntero derecho que, con 34 años, llegó el 10 de junio de 1968 a Montevideo y se reunió en la sede del Bolso para negociar su incorporación.

En la obra citada se detalla que el futbolista, según publicó en su momento el diario El País, pedía mil dólares por firmar, cifra que Nacional aceptó.

“A continuación le realizaron una prueba médica y la salvó con éxito. (...) Sin embargo, apenas dos días después de la reunión sin dar ninguna explicación Garrincha se tomó un avión a Brasil y no regresó más. Desde Nacional trataron de contactarlo durante una semana, pero siempre sin éxito”, escribió Méndez, señalando que diez días después de su arribo a Montevideo, Nacional debió anunciar oficialmente que no ‘haría más esfuerzos por Garrincha’.

El fútbol se fue transformando, la economía de los equipos también, la televisión comenzó a generar más ingresos que las entradas vendidas y los clubes uruguayos fueron quedando relegados en el mercado internacional.

Que Nacional pudiera contratar en las décadas de 1960 o 1970 a las estrellas argentinas José Sanfilippo, Luis Artime o Rogelio Domínguez (quien había atajado en el Real Madrid), o que Peñarol tuviera en su plantel al mejor delantero sudamericano de la época como Alberto Spencer, por citar apenas algunos ejemplos, ya era ‘cosa de otra época’, de otro fútbol, de otro mundo cuando nos acercamos al final del Siglo XX.

Ese cambio paulatino también se puede observar en la ‘caída’ de esos pases que no fueron, pasando de aceptar las condiciones de Garrincha, continuar luego con coqueteos dirigenciales asociados más a sueños personales y lejanos, y terminar en la actualidad en simples rumores poco constatados por parte de la prensa que se descubren como inverosímiles una vez revelado el predecible final.

En Estrellas estrelladas también aparece el nombre de Diego Armando Maradona. El periodista Méndez recuerda en dicho capítulo que a principios de 1997 la prensa argentina llegó a titular ‘Peñarol aprobó la contratación de Maradona’, repasando algunas de las cláusulas fijadas entre el representante Guilermo Cóppola y el contador José Pedro Daminani, presidente del Carbonero en aquel año, como por ejemplo que el club se comprometía a darle al Diego todos los pasajes a Buenos Aires que el jugador quisiese.

De todas maneras, el acuerdo no llegó a firmarse y Maradona terminó concretando un nuevo regreso a Boca Juniors en abril, retirándose en octubre. Los motivos de la no llegada del Diego al Manya nunca se confirmaron, pero desde el club se llegó a decir que las exigencias del ‘10’ no podían ser cumplidas, como que el club también contratase a su compatriota Claudio Caniggia.

Precisamente, el nombre del Pájaro sonó como posible refuerzo de Nacional en 1998, e incluso hubo negociaciones entre Boca y el Tricolor, pero finalmente el Bolso no pudo asumir el salario del veloz atacante.

Ya en el siglo XXI sí jugaron en Peñarol o Nacional los futbolistas José Luis Chilavert, Santiago Solari, Marcelo Gallardo o Ruben Capria, e incluso Julio Marchant llegó a Defensor Sporting en el 2007, Ernesto Farías a Danubio en el 2014, e Iván Moreno y Fabianesi (2014) y Óscar Ustari (2019) defendieron a Liverpool.

Sin embargo, y más allá de que ni el paraguayo José Saturnino Cardozo ni el chileno Marcelo Salas llegaron a Peñarol, y de que en diciembre del 2011 el ‘Pocho Insúa dejó pagando a Gallardo’ en Nacional, aún faltaba un fuerte rumor que involucrase a una figura europea y entonces, detrás de la fantasía (o humo), surgió el debate de si el italiano Christian Vieri era el atacante que Peñarol necesitaba.

“Es una posibilidad que es factible que la podamos llevar a cabo. Es un nombre que es real, que fue ofrecido a Peñarol. Existe la real posibilidad de que él pueda venir. Lo estamos charlando. Él está en Brasil. Se hizo un contacto telefónico con un amigo de él”, señalaba el dirigente carbonero Sergio Perrone en Radio Sport en agosto del 2010.

No obstante, y tal como bien recuerda el periodista Méndez en su libro Beckham nunca conoció Durazno…, apenas horas más tarde el también dirigente aurinegro Edgar Welker declararía que ‘Peñarol no está en condiciones de hacer esfuerzos con gente que ya está amortizada’, descartando enfáticamente la posibilidad de traer ‘a un futbolista jubilado para hacer marketing’.

Uno de los últimos grandes nombres que generó ilusión, que (¿tristemente?) no será el último, fue el de Ronaldinho Gaúcho. Méndez rememoró que el diario Ovación tituló el 7 de enero del 2017 que ‘un empresario lo quiere acercar a Nacional con sponsors que paguen el salario del brasileño’, lo que generó un entusiasmo poco correspondido entre los propios dirigentes tricolores.

José Luis Rodríguez, presidente de Nacional entre el 2015 y 2018, aceptó públicamente que el club estaba estudiando esa posibilidad y que el sponsor sería extranjero, más allá de aclarar que ‘lo veía como algo muy distante’.

"Soy de los que piensa que Ronaldinho medianamente preparado tiene que ser un jugador todavía súper útil en la actualidad”, llegó a declarar el entrenador Martín Lasarte en Radio 1010 AM en aquel verano, cuando los hinchas tricolores dieron rienda suelta a su ilusión, que hasta llegaron a debatir cómo lidiar con el aspecto 'no profesional del brasileño', compartiendo sus ideas de aquella utópica llegada con el #DinhoANacional que se hizo tendencia y finalmente solo fue real en el mundo virtual de Twitter.

Tal vez, y contrario a aquel verso del cantautor español Joaquín Sabina que asegura que no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió, con los pases que se cayeron parece no prevalecer un sentimiento de tristeza, sino más bien hay una mueca de media sonrisa.

El periodista español Sergio Vázquez Jodar escribió en la revista Panenka el artículo Los fichajes sueños son (publicado el 8 de junio de 2022), donde destaca: “Los fichajes están hechos del mismo material que los sueños. Son frágiles, a veces se rompen solo con pensarlos. Son escurridizos, se escapan entre los dedos como un puñado de arena. Son ficción, parecen reales aunque no existan. (...) Y tú, hambriento de alegrías, hambriento de goles, hambriento de fútbol, estás dispuesto a creértelo todo. Porque qué es el fútbol si no es ingenuidad”.

En cada mercado, se escuchará una infinidad de nombres dentro de esa ensalada de información sin chequear; hasta que un apellido en particular iluminará los ojos del ingenuo aficionado, que, revelado el engaño y aunque debiera exigir mayor rigurosidad a la prensa, no tendrá tanto rencor por haber caído en la trampa del mercado de pases y solamente saldrá para volver a ella en los próximos seis meses.