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Luis Artime: el 9 que llegó a Nacional gracias a una rifa, que recomendó a Menotti, y dejó heridas en Peñarol

A Nacional le dolía el alma. Su eterno rival, Peñarol, le venía marcando desde hacía tiempo la cancha. El aurinegro era amo y señor de la década del 60. Para colmo de males, los Bolsos habían quedado tres veces en la puerta de la gloria perdiendo las finales de la Copa Libertadores con Independiente (1964), Racing (1966) y Estudiantes (1969).

Por ese entonces, nadie visualizaba que una rifa, propuesta por un socio llamado Artigas Almandoz, terminaría dando el espaldarazo económico para dar el gran golpe.

La Gran Jugada” fue una rifa que en 1968 puso a la venta la directiva de Nacional tendiente a recaudar fondos para obras de infraestructura. El principal objetivo era la ampliación del Parque Central.

La rifa, que tenía grandes premios como casas, autos y apartamentos, y contaba con sorteos televisados, sirvió para financiar los goles del artillero que le faltaba al equipo: Luis Artime.

El 9 argentino estaba en Palmeiras cuando un buen día se apersonó en su casa el directivo de Nacional, Leonel Gabriel.

“Yo ni lo conocía. Se me presentó y me dijo que el club quería contratarme, que Nacional ya había hablado con el presidente de Palmeiras que les dijo que la decisión quedaba a mi cargo porque a Palmeiras le servía el dinero que Nacional le ofrecía. Empezamos a hablar de plata y Gabriel me mencionó una cifra astronómica, nada menos que 200 mil dólares, que para aquella época eran una barbaridad. De esa suma me tocaba un porcentaje grande y me entusiasmé”, comenzó diciendo Artime a Estrellas Deportiva de El Diario en nota del 23 de agosto de 1978.

El goleador siguió narrando cómo fueron las gestiones: “Fuimos a hablar con el presidente de Palmeiras que estaba operado de la vista, entramos a la clínica y me dijo: “Mirá, tenés dos posibilidades: haces un contrato por tres años más con nosotros o te vas a Montevideo porque la plata que paga Nacional nos interesa”. Lo pensé y dije que me convenía Montevideo porque estaba a media hora de Buenos Aires. Ahí me decidí, aunque quería asegurarme la plata y le pregunté a Gabriel si tenía recursos. Entonces me dijo que habían organizado una rifa (“La Gran Jugada”) y que les quedaba mucha plata, y me vine”.

Recomendó a Menotti

El dirigente de Nacional, Leonel Gabriel, reveló a El Diario que al momento de las tratativas, Artime le recomendó que se llevara también al argentino César Luis Menotti.

“Artime me preguntó si teníamos plata y yo le dije que sí, entonces me propuso que nos trajéramos a Menotti que se quería ir del Santos. Yo le dije que no tenía instrucciones, que solo lo había ido a buscar a él y de esa manera nos quedamos sin Menotti”, reveló el directivo.

Antes de viajar a Montevideo, Artime admitió que no conocía nada del fútbol uruguayo: “Para mí fue una sorpresa el pase como lo fue para todos los uruguayos. No voy a mentir. Del fútbol uruguayo no sabía nada. A los únicos que conocía eran a Peñarol y Nacional”.

En su primer entrenamiento con los tricolores, Artime quedó sorprendido por la calidad de los jugadores que tenía el plantel. “Me quería morir. No era un equipo. Era una Selección. Había como 40 profesionales, 9 jugadores de la Selección y 5 extranjeros. Y desde el primer momento me sentí como en mi casa”.

El equipo se puso en marcha bajo la conducción de Zezé Moreira y en su primer partido, ante Danubio el 16 de agosto de 1969, Luis marcó dos goles. Al poco tiempo se fue Moreira y en su lugar asumió el técnico que marcó la historia tricolor: Washington Etchamendi. “El Pulpa era una cosa muy especial. Era un tipo que nació y vivió en la calle, las conocía todas y sabía conducir al grupo”, dijo Artime.

A Peñarol siempre le gané

El 28 de setiembre de 1969 el delantero argentino jugó su primer clásico. Peñarol llegaba golpeado luego de perder, a manos de Liverpool, un largo invicto de 56 partidos oficiales a nivel local. Y Nacional le marcó la cancha ganando 2 a 0 con goles de Celio y Artime.

“A mí no me importó nunca la leyenda, ni los años anteriores que habían sido de Peñarol, ni Spencer, ni Goncalves, ni quienes fueran. Yo llegué sin saber nada de la historia del fútbol uruguayo. En los clásicos nunca fracasé, siempre le hice goles a Peñarol”, expresó Artime en El Diario.

Con los goles de Artime, Nacional fue campeón Uruguayo en los años 1969, 1970 y 1971. Pero ese último año quedó en la historia porque los tricolores se sacaron la espina y ganaron finalmente la Copa Libertadores y la Intercontinental.

Luego de las referidas conquistas, en 1972 el técnico Zezé Moreira apareció en escena para llevarse al argentino a Fluminense de Brasil.

“La oferta era buena y acepté irme. Yo estaba acostumbrado al ambiente del Palmeiras, pero en Rio de Janeiro las cosas eran distintas. Mi señora y mi hija no se adaptaron y estuve apenas 7 meses. Devolví la mitad del dinero que había cobrado, dejé de percibir el sueldo, y me volví a Argentina. Pensé que el fútbol se había terminado…”.

El último llamado y el último gol

Y cuando parecía que la carrera se había terminado, en marzo de 1973, Artime recibió el llamado de Miguel Restuccia que le ofreció volver a Nacional.

En ese momento los tricolores llevaban ganados cuatro títulos consecutivos e iban por el quinquenio, pero el equipo había sufrido muchas bajas. El torneo lo ganó Peñarol con la aparición de Fernando Morena.

Una mañana de febrero de 1974 ocurrió lo inesperado. Luis Artime, que tenía que ir a entrenar a Los Céspedes, se quedó más de la cuenta en la cama de su casa.

“Recuerdo que tenía contrato hasta 1976 pero el fútbol empezó a cansarme. Entonces me acuerdo como si fuera hoy, una mañana de febrero de 1974, me levanté temprano pero me costó dejar la cama, y le dije a mi señora: “Mirá, el domingo es mi último partido”.

Fui al entrenamiento, practiqué y quedé concentrado. Esa noche vino Restuccia, lo llamé y le dije: “Don Miguel, el domingo es el último partido…”. Me preguntó si había tenido algún problema, le dije que no y que me pagara hasta el domingo. Me ofrecieron que jugara sin concentrar, que me viniera a Buenos Aires y volviera para los partidos, pero nunca me gusto eso de que los consagrados sacaran ventajas, eso no lo podía aceptar. Y así fue como, cuando terminó el partido, tiré la camiseta en un rincón y largué el fútbol”.

El último partido

Luis Artime jugó su último partido el 16 de febrero de 1974 ante Cerro Porteño por la Copa Libertadores. El encuentro, que ganaron los guaraníes por 2 a 1, se disputó en el Estadio Centenario bajo la conducción del árbitro brasileño Romualdo Arppi Filho.

Los compañeros de Artime, el último día que jugó con la camiseta de Nacional fueron: Manga, Eduardo Gerolami, Juan Masnik, Luis Senatore, Gervasio González, Daniel Mantegazza, Carlos Rodríguez (45’ Roberto Repetto), Jorge Rivero (65’ Braulio Castro), Luis Cubilla, Luis Artime y Julio Silvera. DT: Washington Etchamendy.

Cerro Porteño: Alcides Báez, Pedro Rodríguez, Silverio Troche, Antonio Gavilán, Sebastián Melgarejo, Juvencio Osorio, Carlos Jara Saguier, Hugo Ricardo Talavera, Pedro Alcides Bareiro, Mario Berón (80’ Clemente Rolón) y Carlos Báez. DT: Salvador Breglia.

Seis días antes, el delantero argentino había marcado su último gol ante Olimpia de Paraguay.