Portimao es un lugar que le siente bien. Allí ganó en 2021, temporada en la que logró el título de MotoGP, y en 2022. Sin embargo, Fabio Quartararo no vive de recuerdos y rápidamente le hizo lugar a la realidad en la previa de la segunda fecha de 2024: “Si soy honesto, las posibilidades de ganar una tercera vez son escasas”.
El piloto nacido en Niza no gana desde el GP de Alemania de 2022. En 2023 vivió un tortuoso camino por la falta de competitividad de la Yamaha, única marca que utilizó desde su desembarco en la máxima categoría del Mundial. El décimo lugar final en el torneo fue la clara muestra de lo lejos que estuvo.
Para este año, el nuevo motor creado por Luca Marmorini era la carta fuerte de la marca del diapasón para volver a la pelea, sumado a las concesiones que recibió de Dorna (al igual que Honda) para dar una mano en la lucha. Sin embargo, en Qatar quedaron lejos. Quartararo fue 11º y Álex Rins, su nuevo compañero, 16º.
Con esos resultados en la mochila, Yamaha llega a Portugal para la segunda cita. “Hay que ser positivos. Será importante pasar directamente a la Q2. Debería ser algo más fácil que en Qatar, porque no se ha entrenado tanto aquí. El tiempo con esta moto ahora se hace completamente distinto a cómo lo hacíamos antes. La estoy entendiendo y el equipo también, cómo manejar la electrónica, que es la parte en la que más atrás estamos. En Qatar no estábamos listos. Teníamos muchas cosas que probar. Para mí, terminar décimo o undécimo, no cambia nada”, dijo el excampeón en Portimao.
El contrato de Quartararo con Yamaha vence al cierre del presente ejercicio y varias veces el francés ya había avisado que, si no tenía una moto para pelear, buscaría nuevos horizontes. “No pienso en contratos. Ya he hablado con otras marcas, pero no es una distracción. Estoy en una posición que no es mala. Mi futuro se decidirá dentro de poco. No he firmado con nadie, pero no quiero esperar meses para tomar una decisión”, aclaró.