Por LEN PASQUARELLI
SAN ANTONIO -- Doce años de brillante carrera, una en la que Darren Woodson incluye más tackleadas que nadie en los anales del club, cinco apariciones de Pro Bowl y tres anillos de Super Bowl, este excelente profundo libre es uno de los personajes más respetados en la organización de los Dallas Cowboys.
Él es uno de los pocos eslabones que unen a esta plantilla con el "America's Team" (Equipo de América). Y ahora, ya ha trabajado con cinco de los seis entrenadores en la historia de la franquicia. Tiene una perspectiva que es casi única en cuanto a los jugadores que están en la superficie del Alamodome para poder ganarse el derecho de llevar la estrella de los Cowboys a cada lado de sus cascos.
Pero ahí estaba Woodson el viernes en la noche, siendo llamado por un entrenador al que supera en anillos de Super Bowl 3 a 2, y advertido de que no piense que puede dar por hecho que su cheque le pertenece. Y ahí estaba "Woody" el sábado por la mañana, con su nombre en cinta con letras de marcador permanente en su casco, como para identificarlo, como si se tratara de un novato.
Así es, los 'Boys están de regreso. Pero, más significativo es que Bill Parcells esté de regreso en la NFL. Y para un equipo de los Cowboys qye ha tomado simetría a un grado extremo, con tres campañas seguidas de 5-11, significa que todos, incluso Darren Woodson, está sujeto al escrutinio de un entrenador que no tiene ningún compromiso y que no tiene ningún prejucio a favor o en contra de sus nuevos discípulos.
Lo que, de acuerdo a Woodson y otros veteranos, no está tan mal.
"Lo que uno ha hecho en el pasado se queda ahí, bueno, no lo hiciste para él," dijo Woodson, luego de la primera práctica bajo el mando del famoso "Big Tuna". "Quizás te respete si jugaste contra él, o si sabe un poco de tí por haber estado tanto tiempo en la liga, ¿sabes? Pero ahora él es el jefe, la planilla se borra por completo, y todos empiezan de cero en cierta forma. Pero ¿sabes qué? Necesitamos una meneadita como esta, porque las cosas aquí estaban un poco sueltas en cuanto al juego."
Así que en la última reencarnación del Tuna, con el extraño matrimonio por conveniencia que trajo a Parcells junto al 'pro activo' dueño Jerry Jones, ¿será un buen año para unos Cowboys con poco talento o un año para el olvido en 2003?
Es muy temprano para responder a esta pregunta, aunque, con lo que parece ser una falta de protagonistas, el juicio unicial es que el progreso se dará en pasos incrementales. Pero esto es lo único cierto: Dallas será uno de los equipos mejor entrenados y Parcells encontrará la forma de regresarle el respeto a esta franquicia.
Y, claro, está esto: Sin importar lo que suceda, Parcells, aunque no por decisión propia, opacará a todas las personalidades de este equipo. Mientras que aceptó al final de la primera práctica que sus ojos estaban por todos lados, revisando todo el detalle posible (hasta el director del video), lo que Parcells se da cuenta que los ojos de la NFL están en él.
Lo bueno es que Parcells nunca tendrá miedo, en regresar a una liga de la que se fue hace tres años, y a la que regresó con los ojos bien abiertos. Le dijo a Jones durante sus entrevistas antes de ser contratado, dijo el dueño de Dallas, que comprende la importancia de los Cowboys en el panorama de la liga y que conoce la historia de esta franquicia de alto perfil.
"No creo que llegue el momento, incluso cuando me vaya del juego," dijo Parcells, "en que esto no me importe. No creo que nunca llegará el punto en el que diga, 'OK, es sólo una campaña de la NFL, y no tengo ningún interés en ello.' … Una vez que te vas del football, es como si nunca hubieras estado. Ahora que estoy de regreso, es como si nunca me hubiera ido."