BUENOS AIRES -- El fútbol viene en la sangre, muchas veces como herencia de una pasión adoptada con el paso del tiempo. Es así como toman forma las conocidas "familias futboleras", donde los apellidos se hacen íconos y son reconocidos por su buena o mala fortuna. Venezuela no es ajena a este fenómeno, más bien todo lo contrario. Tenemos, por ejemplo, el caso de los Maldonado y los Páez, entre otros. Pero esta vez trataremos un nuevo linaje, más específicamente la historia de Bernardo Añor.
Difícil hubiese sido imaginar otro futuro para los hijos del ex Caracas Fútbol Club y Destroyers de Bolivia. Bernardo y Juan Pablo, dos de sus cuatro hijos, son hoy promesas del fútbol venezolano. El menor trabaja desde hace un año con el Málaga y el mayor defiende los colores de Columbus Crew de la MLS. De este último se trata esta historia, sobre todo por su presente y los logros conseguidos en las últimas semanas.
Su historia con el fútbol viene de mucho tiempo atrás. Bernardo tiene algunos recuerdos de haber visto a su padre cuando era jugador profesional. Vagos, pero están. De allí nace la inspiración e inicia su formación como futbolista. Pero, sin duda alguna, sus primeros pasos los dio en el colegio San Ignacio de Loyola, donde se encontró con uno de los entrenadores más importantes de su carrera: Leopoldo Páez Pumar. Allí consiguió dos títulos, ambos en la Liga Intercolegial de Caracas.
Su buen rendimiento el abrió un lugar en las selecciones estatales para los juegos nacionales. Recuerda con emoción haber representado a Distrito en Sub18 y Sub20, aunque sólo se pudo coronar en su última participación. Para ese entonces ya era jugador del Caracas Fútbol Club, donde admite haber recibido las primeras armas en su formación como profesional. Por momentos hizo recordar a su padre, un creativo de mitad de cancha hacia adelante. Los asemeja su vocación ofensiva, pero los diferencia el perfil. Bernardo papá es derecho y jugó como mediapunta, el hijo es zurdo y se prefiere moverse como enganche. Diferencias y similitudes en una familia con ambición e historia.
Del Caracas no se fue con las manos vacías. Lideró a la Sub17 en su primera temporada y se consagró en el conocido Inter-Regional. No hizo menos con la Sub20, donde anotó 14 goles en 16 partidos de la temporada 2005-2006 y le permitió al Rojo coronarse por quinta vez en la categoría. Allí conoció a Ceferino Bencomo y a Miguel cordero, otros entrenadores que lo marcaron en su formación como profesional. Y precisamente por su buen rendimiento en estos torneos fue contactado por Daniel De Oliveira, quien le acercó la posibilidad de recibir una beca para jugar y estudiar en Estados Unidos.
Su padre dio el visto bueno y Bernardo cambió de rumbo. El destino lo ubicó en Tampa, más específicamente en University of South Florida. Allí estuvo 3 años, completó la carrera de finanzas y se consagró en el equipo de División 1. En 2008 sufrió una lesión de menisco y ligamento, situación que puso en jaque su sueño profesional. Sin embargo, las ganas superaron al miedo y Añor completó satisfactoriamente su recuperación. Volvió a las canchas en 2009 y, con 6 goles, lideró a los Bulls en su clasificación hasta la segunda ronda del torneo NCAA. Durante 2010 asistió a varios campamentos con equipos profesionales, verbigracia: Real Salt Lake, Columbus Crew y Colorado Rapids. También estuvo trabajando en Suecia, más específicamente en la ciudad de Örebro. En Estados Unidos formó parte de Bradenton Academics, equipo de la Liga de Desarrollo. Allí no tuvo mayores oportunidades pero persistió en su preparación para el Draft de 2011.
"El Chino", como le dice su madre Adriana Acosta, vivió con ansias el día de la selección... Solo, en su dormitorio y frente a la computadora. Tres rondas y 11 puestos tuvo que esperar hasta recibir la mejor noticia de su carrera. Columbus Crew tomó el turno 48 e hizo su sueño realidad: Bernardo Añor ha sido seleccionado. Lo compartió con su familia y algunos allegados, pero era sólo el primer paso. El caraqueño tuvo que ganarse un lugar en los entrenamientos, su participación en la MLS no estaba asegurada. Luchó, trabajó y dejó la vida hasta conseguir su objetivo: su primer contrato profesional.
La temporada 2011 arrancó y Bernardo Añor no estuvo en la convocatoria de su equipo en la derrota por 3-1 ante DC United. Sin embargo, en la segunda fecha entró en el grupo de trabajo y debutó en el empate 0-0 frente a NY Red Bulls. Su entrenador, Robert Warzycha, se mostró más que satisfecho y el criollo tomó confianza de cara a su próximo objetivo: ganarse un puesto en el 11 titular. Sueña con jugar en España o en cualquier liga importante de Europa, pero ahora disfruta del presente. Es la historia de una promesa, un legionario que se abre camino en la MLS.