IRVING -- Los Cowboys están desesperados por ganar algo, aunque sea un juego de playoffs.
Pero antes de pensar en terminar con su sequía de 17 años sin campeonato, primero tendrán que analizar la manera de romper la seguidilla de tres campañas sin postemporada.
Otra vez el nombre del que más se habla en relación a los Cowboys es Jerry Jones. El dueño y gerente general despidió a Rob Ryan para reemplazarlo con Monte Kiffin, un coordinador defensivo de 73 años, que vuelve a la NFL después de fracasar en el futbol americano colegial y sin éxito sus años más recientes en el profesional.
Jones firmó un alargue contractual por 108 millones de dólares al mariscal de campo Tony Romo, a quien dio mayor poder en la toma de decisiones ofensivas, de manera pública. Con ello, quitó el control total que tenía del ataque al entrenador Jason Garrett para darle el mando de jugadas al coordinador ofensivo Bill Callahan, para muchos el estratega en jefe en espera de los Cowboys.
Dallas mostró en la pretemporada que puede mover el balón a la ofensiva y que su defensiva puede recuperar balones, aunque está pendiente si es capaz de detener en momentos trascendentes.
La profundidad es muy limitada en posiciones clave.
EN BOCA DE TODOS
El tema del nuevo contrato de Romo por seis temporadas y 108 millones de dólares, con 51 garantizados, acaparó portadas desde antes que se confirmara.
Romo ha sido un mariscal de campo explosivo, con las mejores estadísticas en la historia de la franquicia y capaz de crear jugadas de la nada. Su problema es que ha lucido poco o nada en partidos de relevancia y sus estadísticas en campeonatos son inexistentes; en más de seis temporadas sólo ha ganado un juego de playoffs.
Desde aquel balón suelto en la postemporada del 2006 contra Seattle hasta las tres intercepciones que costaron la eliminación en el último juego de la campaña regular pasada en Washington.
Durante el campamento, Romo tuvo más liderazgo, involucrado en casi todas las decisiones de sus entrenadores. Dentro del campo fue más certero, en forma; movió al equipo en su escasa participación.
Falta ver si tiene ayuda del resto de sus compañeros, en especial de su remendada línea ofensiva y si su defensa es capaz de darle por fin balones en buena situación de campo.
LA BATALLA
Más por necesidad que por gusto, la posición de guardia ofensivo representó la principal competencia en el campamento de Oxnard, California.
Ninguno de los dos guardias considerados titulares, Nate Livings y Mackenzie Bernardeau, estuvieron en forma física cuando se abrieron las puertas en el campamento californiano. Y es poco probable que lo estén cuando comience la temporada.
Ronald Leary emergió como guardia derecho y del lado contrario parecía que Kevin Kowalski se apoderaba de la plaza, pero de nueva cuenta aparecieron las lesiones y ambos quedaron marginados.
Cuando los Giants aparezcan en el recién bautizado AT&T Stadium de Arlington el primer domingo por la noche de temporada regular, es probable que Doug Free sea el guardia derecho, porque no hay otro.
Si Free abre como guardia, Jermey Parnell será el tackle derecho titular, a pesar de que estuvo lesionado desde abril hasta hace dos semanas. Del lado izquierdo, es probable que esté listo Leary, un jugador que llegó hace un año como novato agente libre y que pasó buena parte del 2012 en el equipo de prácticas.
"Vamos a jugar con los mejores cinco linieros que tengamos", advirtió Garrett. "Si tenemos que ajustar sus posiciones, lo haremos. Tenemos que maximizar recursos".
Y eso incluye jugar por momento también con el centro novato Travis Frederick como guardia.
Otra batalla de menor envergadura sucedió entre los linebackers Justin Durant y Ernie Sims para acompañar a Sean Lee y Bruce Carter. Durant, quien jugó antes a las órdenes del nuevo coordinador y de buena parte del staff defensivo, será el titular.
EN EL OLVIDO
El tackle defensivo Nick Hayden tendrá que aparecer para complementar una línea que perdió al menos los primeros seis partidos a su principal jugador, Jay Ratliff, y que desconoce si contará de arranque con el ala defensiva Anthony Spencer.
Además, Jason Hatcher terminó lesionado la pretemporada y se desconoce si Sean Lissemore estará disponible contra los Giants, luego que salió del partido contra los Texans por un golpe en la cabeza.
La ficha de Hayden dice que jugará su sexta temporada en la NFL, aunque la realidad es que sólo en el 2009 y 2010 tuvo participación regular, con Carolina; en el 2011 jugó dos partidos para Cincinnati y desde entonces estaba desempleado.
La responsabilidad será grande, pero tendrá la gran oportunidad de su vida, al menos mientras se recupera Ratliff.
A PUNTO DEL DESTAPE
Sean Lee está listo para dar el brinco a la élite entre los linebackers de la NFL.
Sin embargo, tiene que demostrar que puede estar sano de tiempo completo.
Lee recibió ya el espaldarazo; un alargue contractual que puede dejarlo en Dallas hasta el 2019 y con 51 millones de dólares en su chequera.
"Es muy rápido y cada vez más físico", dijo Kiffin. "Estudia como pocos y es muy inteligente en el campo. Puede leer cada jugada ofensiva y su liderazgo es importante".
Lee está siempre cerca del balón y aparece por todo el campo; el año pasado faltó a los últimos 10 partidos y le alcanzó para ser el cuarto en derribos (58) del equipo.
¿QUIEN DICE YO?
Will Allen llegó a los Cowboys discreto, pero desde que se equipó la primera vez comenzó a hacer ruido con sus golpes y liderazgo defensivo.
El veterano profundo trae el estilo agresivo, golpeador, intimidador, que aprendió en sus 10 años en la NFL en Tampa Bay y Pittsburgh, y que tanta falta ha hecho a la secundaria de Dallas en años recientes. Ajusta en el campo a sus compañeros del perímetro y está cerca del balón en cada jugada, por tierra y por pase.
"Hay que dejar la timidez en casa cada vez que llegas a entrenar", expresó. "Hay que enseñarles a los rivales que pueden pasar cerca de ti, pero les puede doler.
"Hay que crear jugadas, darle el balón a nuestra ofensiva[...]. Hay que crear la cultura del trabajo y del golpe en esta defensiva, que me encontré demasiado presionada".
ESLABÓN DÉBIL, ESLABÓN FUERTE
Los Cowboys tienen que comenzar a generar ataque terrestre y si la pretemporada fue una buena medida, parece que mejorarán.
Es difícil empeorar cuando los Cowboys fueron los penúltimos por tierra en la NFL y tuvieron la menor cantidad de yardas por carrera de su historia: 79.1 por juego.
Para crecer el principal aspecto es mantener sano y administrado a DeMarco Murray, otro que ha dado vistazos de que puede ser una estrella en la NFL, si está sano.
El problema es que, en sus primeras dos campañas, jamás ha estado al 100 por ciento ni ha jugado 16 partidos por año.
Atrás de Murray hay progreso. Se deshicieron de Felix Jones y darán oportunidad a Lance Dunbar y Joseph Randle, reclutado en la tercera ronda del draft anterior.
Es probable que también se queden con Phillip Tanner, quien tuvo la mejor de sus pretemporadas. Otra debilidad es la incapacidad de recuperar balones. Los 16 de la temporada anterior son la peor marca de su historia.
En la actual pretemporada recuperaron hasta nueve bajo el actual esquema defensivo.
En esa defensiva, de nueva cuenta, el eslabón más fuerte es DeMarcus Ware, quien cambia de posición, de apoyador externo en sistema 3-4 a ala defensiva en 4-3. Ware lució impresionante desde la primera práctica.
Kiffin está convencido que, si logró 111 capturas en sus primeras ocho temporadas, podrá sumar más si su única preocupación es corretear mariscales de campo sin obligaciones de cobertura de pase o cualquier otra encomienda.
El único otro jugador en la plantilla de los Cowboys que lució tan dominante en su posición fue Dez Bryant.
El receptor puede ser el arma fundamental de Romo y el resto del equipo. Por vez primera vez las únicas noticias que generó en el receso de temporada tuvieron que ver con futbol americano, y parece que su único enfoque es cumplir con las 2 mil yardas que prometió.
DESDE LA BANCA
Para Jason Garrett el único resultado que vale es el boleto a postemporada. De hecho, un arranque lento podría costarle temprano el empleo.
Se acabó el margen de error para un entrenador que ha recibido más confianza y continuidad que ningún otro en la era de Jerry Jones. Garrett tiene marca de 21-19 como entrenador en jefe, sin playoffs en sus dos campañas completas al mando.
Aunque sus jugadores tampoco lucen demasiado talento, sobre todo en la profundidad en la banca, la mayoría de sus principales asistentes podrían ser entrenadores en jefe.
Desde el campamento, Garrett tiene una actitud diferente y mucho tiene que ver con la delegación de jugadas a su coordinador ofensivo. Se involucra más en las otras dos fases del juego, en especial con la defensiva. Y en los juegos de exhibición al menos volteaba a ver a su banca cuando la ofensiva estaba dentro del campo.
Para Garrett es ganar o se va... y ni siquiera se trata de un campeonato.
EN SÍNTESIS
Los Cowboys tienen para competir en una división en la que tampoco hay tantos rivales de primer nivel, pero tendrá que mejorar mucho en su línea ofensiva y jugadores clave tendrán que estar sanos.
Romo tiene que tomar mejores decisiones en momentos trascedentes y darse cuenta que no se pueden hacer todas las jugadas, que a veces es mejor "comerse" el balón que regalarlo al enemigo.
La defensiva tiene que responder tras sufrir una transición mayor y sus opciones en la cancha son pocas con una banca corta. Si los Cowboys quieren romper la anemia de postemporada tendrán que aprender a ganar después del Día de Acción de Gracias, ya que diciembre representó el fin de sus temporadas más recientes.
Dallas puede llegar a postemporada, gracias a un calendario menos complicado que en el 2012 y una división poco definida, pero sus fans tampoco deberán esperar verlos en enero por mucho tiempo.
"Estamos en forma, listos para comenzar", dijo el entrenador Garrett. "Tuvimos prácticas muy competitivas en el campamento y jugamos bien por momentos en la pretemporada.
"Tenemos un camino muy largo por recorrer. El lunes vamos a regresar a trabajar para estar prepararnos para una temporada larga, que esperemos traiga buenos resultados desde la primera semana".