En el duelo entre Nueva Zelanda y Sudáfrica, los Springboks dieron clase y golearon por 35-7, siendo el resultado en contra más abultado en la historia de los neozelandeses. A raíz de lo sucedido a poco menos de dos semanas en el debut de los All Blacks en la Copa del Mundo ante Francia, Ian Foster instó a sus seguidores a no entrar en pánico.
A pesar de tremenda derrota de su equipo en Twickenham el viernes pasado, el head coach se mostró convencido de que los tres veces campeones del mundo están por el buen camino a su primer partido en París el 8 de septiembre. "No nos entra el pánico por ese resultado", dijo Foster y agregó: “Sabíamos que íbamos a ser desafiados. No es el resultado que queríamos. Pero sigo creyendo en el plan".
“Todo el grupo que necesitábamos jugar jugó – Scott (Barrett) no tanto como me hubiera gustado – a quince días de una gran prueba y al menos tenemos una buena idea de dónde estamos. En muchos sentidos fue una tormenta perfecta. Teníamos siete jugadores que no habían jugado en cuatro semanas. Necesitaban este partido. Pensé que parecíamos oxidados y, francamente, Sudáfrica fue excelente en términos de cómo nos presionó en las áreas que querían. Eso coincidió con la tarjeta roja (a Scott Barrett), y ahí terminó el partido", analizó el entrenador.
Por último, Foster finalizó: “Creo que tenemos confianza. No lo parecía, y sé que recibimos una buena derrota. No nos escondemos de eso. Es nuestro trabajo como equipo lidiar con eso [daño psicológico]. En realidad, está bien estar psicológicamente deprimido después de un partido como ese porque, en general, se trata de lo que queríamos lograr. Obtuvimos todo lo que esperábamos, pero simplemente no lo manejamos tan bien. Entonces tenemos que arreglar eso. Tenemos mucha fe en lo que estuvimos haciendo, sabemos que el primer partido de la Copa del Mundo es importante, será así y probablemente seremos atacados de una manera muy similar”.