Andy Murray (49°) se estrenó contundentemente en el US Open. La actuación ante el N°27 del mundo y 24° preclasificado, Francisco Cerúndolo, (7-5, 6-3 y 6-3 en dos horas y 42 minutos) lo depositó en la segunda ronda con un sabor más que especial: por primera vez desde 2017, ganó un encuentro de Grand Slam en sets corridos.
El europeo comenzó la temporada ubicado en el puesto 134° del listado masculino. Pero los resultados que fue cosechando paso a paso lo volvieron a establecer entre los cincuenta mejores del planeta. Primero sumó la definición en el ATP de Sídney. Luego, en la temporada sobre césped, llegó otro resultado favorable para el ex N°1 del mundo: en Stuttgart, derrotando en el camino a Stefanos Tsitsipas y Nick Kyrgios, se instaló en una nueva final citándose allí con Matteo Berrettini, quien superó el escollo y alzó el título ante el escocés.
El año pasado en Nueva York, el campeón en la edición del 2012 se había despedido en la ronda inicial por primera vez en quince apariciones dentro del cuadro principal cayendo derrotado ante Stefanos Tsitsipas. En esta oportunidad sacudió esa amargura con una rotunda actuación frente al argentino Francisco Cerúndo que, además, le dio su primera victoria de Grand Slam en sets corridos después de cinco años. La última vez había sido en la Catedral del Tenis, enfrentando en los octavos de final al francés Benoit Paire (7-6 (1), 6-4 y 6-4).
En la próxima ronda del último Major del año se medirá con el australiano John Millman o el local Emilio Nava.