Rafael Nadal (275º del mundo) no pudo con Alexander Zverev (5º) en la primera ronda de Roland Garros y se despidió rodeado de afecto en un partido con tono melancólico. El español, 14 veces campeón en este suelo, batalló como siempre pero se quedó en el camino.
De esta manera, el manacorí sufrió su primera caída en el debut del Grand Slam parisino (nunca había perdido antes de la tercera ronda), donde ganó en 14 oportunidades, y sumó su tercera eliminación en la primera fase de un evento Major.
Antes, el balear, de 37 años de edad y dueño de 92 trofeos ATP, había sido sorprendido en Wimbledon 2013 por el belga Stever Darcis, por entonces 135 del planeta, quien daba el cimbronazo en el jardín inglés y lo borraba en el estreno por primera vez en su carrera, porque hasta esa fecha, Rafa registraba 34 presentaciones exitosas en cuadros principales de "Torneos Grandes".
Tres años después, Nadal se marchaba a la primera de cambio en el Abierto de Australia 2016, siendo (hasta hoy en París) su último adiós en el comienzo de un competencia de esta categoría. Allí, inesperadamente, su verdugo fue su compatriota y también zurdo Fernando Verdasco, quien se apropió de una contienda impresionante de cinco sets.
El pupilo de Carlos Moyá, ex número uno del mundo, que aseguró que el 2024 será su última temporada como profesional pero que abrió las puertas a un posible regreso a París, cayó con Zverev en el estadio Philippe Chatrier ante los ojos de Novak Djokovic, Carlos Alcaraz e Iga Swiatek, entre otras estrellas, para dar lugar a un tropezón sin precedentes en esta sede.
El alemán, reciente campeón en el Masters 1000 de Roma, jugó un partido perfecto con todo el público en su contra y consiguió su cuarta victoria ante el histórico Nadal para clasificar a la siguiente instancia en el Abierto de Francia.