Con un sobresaliente desempeño durante las dos semanas de competencia, Madison Keys (14ª WTA) se ganó un merecido lugar en la historia del Australian Open.
La nacida en Rock Island, Illinois, se redimió de la dolorosa derrota del US Open en 2017 (fue derrotada por su compatriota Sloane Stephens por 6-3 y 6-0), su primera final de Grand Slam, y gritó por fin campeona.
Esta vez, en territorio oceánico, la estadounidense logró doblegar a Aryna Sabalenka, nada menos que la número uno del mundo, y se unió a leyendas de su misma bandera como Lindsay Davenport, Jennifer Capriati, Serena Williams y Sofia Kenin.
Este Abierto de Australia representó la participación número 46 de Keys en un Grand Slam. Solo dos jugadoras necesitaron más actuaciones para ganar su primer torneo 'grande': la italiana Flavia Pennetta, quien conquistó el US Open en 2015 en su 49ª participación, y la francesa Marion Bartoli, campeona en Wimbledon en 2013 tras 47 intentos.
Fue ex 7ª del planeta y volverá a serlo. Logró una victoria impresionante sobre Iga Swiątek, salvando un match point en semifinales, por lo que se transforma en la primera jugadora en eliminar a las dos primeras cabezas de serie en un Grand Slam desde la rusa Svetlana Kuznetsova en Roland Garros 2009.
Es la primera jugadora en ganar un título de Grand Slam femenino después de haber salvado un punto de partido en el camino desde Iga Swiatek en Roland Garros 2024 y la primera en el Abierto de Australia desde Naomi Osaka en 2021.
Además, es la cuarta jugadora que gana un torneo femenino importante tras derrotar a cuatro de sus oponentes mejor clasificadas en la Era Abierta, después de Evonne Goolagong (Wimbledon 1980), Mary Pierce (AO 1995) y Li Na (RG 2011).
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