Cada vez falta menos para "The Last Dance" del tenista argentino Diego Schwartzman (382°), quien culminará su exitosa trayectoria como profesional en el ATP 250 de Buenos Aires, debutando el próximo martes contra el chileno Nicolás Jarry (38°), séptimo favorito.
En la previa de su 12° participación en el Argentina Open, el ex número 8 del mundo, campeón en 2021 y dos veces finalista, en 2019 y 2022, pasó por la tradicional conferencia de prensa en el Media Day, aprovechando para relatar su objetivo en el polvo de ladrillo porteño, analizar sus últimos años de carrera y recordar su inolvidable triunfo frente al español Rafael Nadal, en el Masters 1000 de Roma 2020.
"Rosario estuvo bueno, el torneo y las condiciones estaban muy bien . Me sirvió para agarrar ritmo y sacarme un poco los nervios. Igual el martes va a ser otra historia acá igual, tengo que ver cómo puedo competir. El resultado está lejos de ser lo que más me importa, jugar bien sí porque va habrá gente y está bueno dar un buen espectáculo y disfrutarlo con buenos puntos. Creo que para todos eso es lo más lindo y el principal objetivo, si toca ganar o perder solo va a ser una anécdota", expresó el dueño de cuatro títulos en el circuito, quien preparó la máquina en el Challenger 125 de Rosario.
Por otro lado, el semifinalista en Roland Garros 2020 agradeció el cariño de los fanáticos: "Mi cabeza siempre se supo abstraer y era algo positivo, me permitía estar enfocado en otras cosas. En los últimos meses me preguntaba por dentro cómo hice para ganar tanto tiempo y tantos partidos, sintiéndome bien en cancha. Tampoco me dejo de preguntar por qué le llego tanto a la gente, recién ahora voy tomando dimensión de todo lo que tengo a nivel personal y deportivo con ellos".
"Ya no quería hacerlo más. Es muy adentro de las entrañas lo que uno siente. Siempre el que lo ve desde afuera te dice que frenes un poco, tengas otra mirada y busques otras herramientas. La familia también te incita a seguir", reveló el participante en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 sobre su decisión de colgar la raqueta a los 32 años.
En consecuencia, el 10 veces finalista en el máximo nivel extendió: "A final de 2022, cuando yo tengo una última racha mala en los indoor, ya estaba empezando a tener esos nervios. Veinte minutos antes me subía la adrenalina y me hacía mal. No me gustaba para nada. Antes tenía el control, era una adrenalina buenísima que te hacía sentir que querías entrar y quebrar en el primer game"
"Sentía mucha ansiedad, no sabía cómo hacer ni cómo iba a responder. Empezaba a transpirar y a perder el control del cuerpo. Después lo trasladé al rendimiento, arrancaba mal los partidos, jugaba mal, no estaba bien y no tenía ganas de entrenar al otro día. Fue un período de varios meses o un año, lo fui procesando y me di cuenta que ya no quería más", prolongó el 'Peque'.
Por último, el guerrero albiceleste mencionó el histórico éxito versus el zurdo manacorí en cuartos de final del evento italiano: "Yo había arrancado muy mal después de la pandemia, no estaba jugando nada bien. Llegué ahí y casi pierdo con Hurkacz, pensé que Rafa me iba a cagar a palos. Igual sentía que podía estar más cerca. En el comienzo del partido las condiciones se empezaron a dar, él no estaba tan fino al ser su primer torneo".
"Se dio todo, todo perfectamente preciso, las defensas, los ataques, la ubicación, las decisiones que tomaba. Se dan esos partidos, es la única manera de ganarle a jugadores así. Ahí se dio todo, algunos errores de él y perfección de mi lado", culminó Schwartzman, que seguramente disfrutará una despedida a la altura de su carrera en el Buenos Aires Lawn Tennis Club (BALTC).