NUEVA YORK -- De nuevo en Nueva York. Serena Williams, doce meses después, volvió a vivir una pesadilla. Y otra vez en semifinales. Al igual que en 2015 cuando cedió ante Roberta Vinci en busca de su Grand Slam de año y de su título N°22 de Major, la estadounidense perdió en un partido clave en el Arthur Ashe y cedió el N°1 del mundo. Derrota por 6-2 y 7-6 (5) ante la checa Karolina Pliskova. En la otra llave, Angelique Kerber, quien desde el lunes será la nueva líder de la WTA, venció a Carolina Wozniacki por 6-4 y 6-3.
Adiós a las 186 semanas consecutivas en la cima del ranking, récord que curiosamente también comparte con Steffi Graf. Y de una mala manera, porque Serena Williams tuvo una pálida actuación, imprecisa (31 errores no forzados en total) y con un final con algunos problemas físicos en una de sus piernas. La estadounidense fue dominada en todo momento por Pliskova, que hace unas semanas se impuso en Cincinnati venciendo en la final, justamente, a Kerber.
La estadounidense estuvo desconectada desde su primer momento. Siempre corrió de atrás e incluso llegó a estar break abajo en el segundo set. Sólo la rescató una serie de tiros ganadores y alguna que otra duda de Pliskova, que finalmente pudo salir del momento tenso y, como lo hicieron Martina Hingis, Kim Clijsters y Justine Henin, se dio el lujo de eliminar a las dos hermanas Williams en un torneo de Grand Slam.
Más tarde, Kerber, con el impulso de las buenas noticias previas, tuvo un inicio brillante ante la ex-N°1 del mundo Caroline Wozniacki (74ª) y, tras ganar los primeros cuatro games del partido, se impuso por 6-4 y 6-3.
La alemana tuvo un prolijo partido desde sus impactos, con apenas 16 errores no forzados (10 menos que su rival), y con buenos inicios de set: al 4-0 del primero se le sumó un 5-1 en el segundo. Una distancia clave para terminar sellando la victoria tras una hora y 26 minutos de acción.
Kerber, con un curiosas cifras en su camino al N°1, de esta manera se clasificó a su tercera final de Grand Slam en el año, tras consagrarse campeona en el Abierto de Australia y caer en la definición en WImbledon.