El nombre de Oleksandra Oliynykova está haciéndose cada vez más fuerte en el circuito WTA. Una jugadora de una actualidad impactante tras un bicampeonato en Sudamérica que le valió el ingreso al Top 100 pero de una historia de superación aún más impresionante. La ucraniana, que participará del WTA 125 de Buenos Aires, tuvo que escapar de su país y su destino fue signado por una moneda. El destino, a veces, simplemente está escrito.
Sashka, como también es llamada, respiró tenis desde sus primeros años de vida. Con menos de 10 años, ya disputaba torneos nacionales y era una de las jugadoras con mayor proyección dentro de su país. Pero de un día para el otro, todo cambió. "Una noche, papá llegó a casa tarde, cerca de la medianoche, y le pidió a todos que apagaran los celulares y guardaran lo más necesario. Tenía que dejar a mis mascotas (...) Papá dijo que teníamos que estar listos en 30 minutos. Después nos sentamos en el auto y manejamos toda la noche. Mi mamá lloró todo el camino; yo estaba muy decepcionado porque sentía que me iba a perder el Masters de Tenis Sub 10 de Ucrania".
Así comienza el relato de Oliynykova, que fue entrevistada por UbiTennis en 2017, cuando tenía tan solo 16 años. Si bien ella nació en Kiev, entre los 8 y los 10 años estuvo en Odesa. Tras aquella traumática experiencia de la que tuvieron que huir, su familia tuvo que decidir hacia dónde. Y la decisión fue tomada gracias a... una moneda. Cara o cruz.
"Recuerdo ese momento con mucha claridad. Moldavia estaba muy cerca de Ucrania, y era peligroso para nosotros quedarnos allí. El problema era que, salvo mi padre, no teníamos visados Schengen (NdR: una visa especial para ciudadanos no pertenecientes a la Unión Europea), así que había muy pocos países a los que podíamos ir juntos, y solo dos de ellos tenían tradición tenística: Croacia y Serbia. Papá lanzó una moneda y ¡ganó Croacia! Así que nos mudamos", recordó la ucraniana con el medio italiano.
A partir de 2014 empezó su recorrido como juvenil en el circuito ITF, donde pudo ganar su primer y único título recién a los 16 años. En Split (Croacia), se quedó con la Epetion Cup tras ganar la qualy y encadenar siete victorias consecutivas. Nunca disputó Grand Slam Junior. Y de allí, el salto directo al profesionalismo.
Con Roger Federer y Angelique Kerber como modelos a seguir, Sashka se embarcó en el sueño del profesionalismo. Y vaya si cumplió con creces. En 2018 ganó su primer título en Grecia, en 2019 terminó el año como Top 700 y en 2020, pese a la pandemia por COVID-19, se mantuvo en ese lote. El salto del nivel ITF a los WTA 125 lo dio a fines de 2024, cuando, luego de subir casi 300 lugares en cuatro años, ganó la qualy del torneo de Colina (Chile) y se metió por primera vez en un main draw de este nivel.
Para 2025, el ascenso fue todavía más importante. Ganó cuatro títulos ITF, disputó dos qualys de Grand Slam (Wimbledon y US Open), entró al Top 200 y se ganó el derecho a participar en torneos de mayor nivel. Y allí no desentonó: tres título de WTA 125 (Tolento, Tucumán y Colina) la metieron en un lugar impensado hace algunos años. El Top 100 la esperaba.
A los 24 años, Oliynykova irrumpió entre las mejores jugadoras del mundo a base de sacrifico y constancia. Y por eso también será una de las grandes candidatas a quedarse con el WTA 125 de Buenos Aires, donde será una de las cuatro mejores preclasificadas gracias a su nuevo ranking: N°95. Sin la estrella local Solana Sierra, la ucraniana peleará por el título con Mayar Sherif, Léolia Jeanjean, Panna Udvardy y María Lourdes Carlé.
Un hipotético título en la capital de Argentina la dejará Top 75. Pero Sashka ya ganó. Pasó de la bronca por perderse un Masters juvenil en Ucrania por tener que refugiarse a más de 1.500 kilómetros a ser de las jugadoras con mayor crecimiento en todo 2025. Un ascenso que por su historia tiene el doble de mérito.
