La realidad es que en el debate del mejor de todos los tiempos, LeBron y Nadal agregaron datos y no opiniones para que muchos reconsideren su juicio
En menos de 12 horas de diferencia, con la victoria en sus respectivos deportes, LeBron James y Rafael Nadal reabrieron la conversación del GOAT, del mejor de todos los tiempos.
Nadal lo hizo ganando por decimotercera ocasión el titulo de Roland Garros y quizás con el performance mas dominante de todos sus títulos, sin perder un solo set a los 34 años de edad.
Con un año más de edad que el balear, LeBron consiguió lo que nadie antes, campeón y MVP de las Finales con tres equipos distintos. Saliendo ahora de la conferencia del Oeste, de esa que en la que muchos decían jamás sería capaz de dominar y de paso convirtiéndose en el jugador más veterano que gana por primera ocasión el titulo de líder asistencias por juego.
Los argumentos para reabrir la discusión son legítimos.
En el tenis , ¿cuál es el parámetro de grandeza? Grand Slams: Nadal ya empató a Federer con 20. Títulos totales: ninguno ha alcanzado a Jimmy Connors que con 109 rebasa los 103 del suizo y los 86 del español.
Duelos entre sí: Nadal 24 vs 16 Federer
Finales: Nadal 14 vs 10 Federer
En el basquet ¿cuáles son esos parámetros? Títulos: Todos los Celtics de los 60 tienen más que LJ y MJ . Bill Russell encabeza la lista con 11 campeonatos. Récord en Finales: 4 jugadores incluido Robert Horry (7) ganaron más y tuvieron récord perfecto.
La realidad es que en el debate del mejor de todos los tiempos, LeBron y Nadal agregaron datos y no opiniones para que muchos reconsideren su juicio. Pero, ¿por qué tantos odian las comparaciones? ¿Por qué se niegan a escuchar nuevos argumentos?
Porque es enfrentar generaciones (millenials vs. boomers vs. X) y por naturaleza humana los aficionados siempre defenderán lo suyo, lo que vieron al crecer, lo que les hizo seguir tal o cual deporte y por eso es que esas discusiones venden tanto. Decirles que un jugador nuevo es mejor que su ídolo es de alguna forma atacar su personalidad y atentar contra juicios absolutos. El no abrirse a valorar nuevos argumentos es como cerrar el libro de la historia arbitrariamente.