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MLB se lamenta, pero se siente 'impotente' para evitar tragedias

¿Cómo se puede prevenir una tragedia? ¿Qué se puede hacer? ¿Qué se puede decir? ¿Qué se puede enseñar en un momento en el que todo el béisbol está de luto?

Dos veces en los últimos cuatro meses - primero tras la muerte de José Fernandez, y ahora en el pasado fin de semana tras los accidentes de auto que cobraron las vidas de Yordano Ventura y Andy Marte -- estas preguntas han reverberado alrededor de un deporte afligido.

Tristemente, como siempre, hay muchas más preguntas que respuestas... porque la tragedia no es exclusiva del béisbol.

"Mucha gente increíble, maravillosa, asombrosamente talentosa muere cada día", dijo el presidente de los Marlins de Miami David Samson el lunes. "Yo no estoy seguro de que eso vaya a cambiar alguna vez".

Han pasado casi cuatro meses desde el día en el que Samson y el resto de su organización se despertaron con la noticia del trágico fallecimiento de Fernández en un accidente de bote a altas horas de la noche. En el corazón y la mente de Samson, las preguntas se seguían mezclando con la tristeza. Ninguna de las dos cosas se iba a disipar por mucho tiempo.

Pero los cuestionamientos no iban a traer de vuelta a la vida a Fernández ni a su contagiosa presencia. Y de forma igualmente triste, los Marlins han concluido, que ellos no pueden arrojar suficiente luz a la pregunta que ha rondado la mente de muchos desde ese entonces: ¿Qué puede hacer la gente del béisbol para prevenir la siguiente tragedia?

"En honor a la verdad, no podemos hacer nada", dijo Samson. "Yo siento esa falta de poder cada día. Solo hay una forma para evitar que ocurra una cosa mala. Y eso es no dejar nunca el hogar".

Sin embargo, en el béisbol, esa no es una lección que se pueda enseñar. Hoy no. Ni ningún otro día. Así que para la gente que corre las franquicias tocadas por este tipo de incidentes lamentables, la única forma de seguir adelante es asegurarse que nadie se olvide que los atletas jóvenes no son tan invencibles como parecen.

John Mozeliak es el gerente de los Cardenales de San Luis, otro equipo tocado por el dolor que sienten hoy los Reales de Kansas City. En el 2014, los Cardenales perdieron a su prospecto más brillante, Oscar Taveras, en un accidente de auto fatal a gran velocidad en la República Dominicana. En el 2007, el lanzador Josh Hancock perdió la vida en otro accidente de auto luego de un partido en San Luis. El alcohol fue ingrediente clave en ambos incidentes.

Así que cuando Mozeliak habla a sus jugadores de la importancia de tomar "decisiones inteligentes", nunca hay un momento, según dijo el lunes, en el que no se acuerda de dos ex jugadores de los Cardenales cuyas decisiones reprochables tuvieron un impacto en muchas vidas más allá de la suya propia.

"Desafortunadamente, no sabemos los detalles de las tragedias [del domingo]", dijo. "Pero sí sabemos los detalles de la tragedia de Oscar. Muchas cosas estuvieron involucradas en ese accidente -- alcohol, carretera mojada, velocidad. Esas son cosas que siempre traemos a la mesa y se hablan cuando yo les doy charlas a los jugadores".

Hancock también "cometió algunos errores" que le costaron la vida, dijo Mozeliak. Y los jugadores necesitan que se les recuerde que los "errores" pueden acarrear repercusiones poderosas.

"Mi punto es", dijo, "que uno tiene que pensar en los riesgos que estás tomando antes de ponerte detrás de un volante... Y uno tiene que entender lo que puede ocurrir".

"En honor a la verdad, estamos impotentes ", dijo Samson. "Yo siento esa falta de poder cada día. Solo hay una forma para evitar que ocurra una cosa mala. Y eso es no dejar nunca el hogar" El presidente de los Marlins de Miami David Samson

Pero no es como si el béisbol solo espera a que ocurran tragedias como estas para impartir lecciones. MLB envía una delegación a los 30 campos de entrenamiento primaveral cada año para hablar de estos temas. Esas reuniones se volverán a hacer en esta primavera.

Cada mes de enero, el deporte reúne a sus mejores prospectos para su Programa de Desarrollo de Novatos, que es trabajado de forma conjunta por MLB y la unión de jugadores. Parte de ese programa involucra insertar a los jugadores en escenas de improvisación, dirigidas con humor brillantemente realista por el programa de formación corporativa de Second City, que los obliga a tomar todo tipo de decisiones difíciles que podrían enfrentar en el futuro cercano.

Y un oficial de la unión dijo el lunes que los líderes ya están estudiando maneras de enfatizar la importancia de tomar buenas "decisiones de estilo de vida" después de estas últimas tragedias.

"Así que yo siento que, en nuestra industria, somos muy proactivos", dijo Mozeliak, "al intentar controlar ese tipo de situaciones. Pero desafortunadamente, hay límites en lo que nosotros podemos hacer".

Esos límites existen por una simple razón. Porque hay un mundo allá afuera más allá de las paredes del estadio de béisbol. Y ningún equipo puede controlar completamente lo que esos jugadores hagan más allá de esas paredes.

Recuerden, para vivir y jugar béisbol en Estados Unidos, José Fernández tuvo que escapar de Cuba. Así que él "disfrutaba de la libertad", dijo Samson. ¿Le competía a su equipo dictarle lo que él podía o tenía que hacer con esa libertad cuando no estaba jugando? Esa es una línea bien difícil de cruzar.

"Nosotros nunca hariamos eso", dijo Samson. "Nunca le quitaríamos esa libertad a nadie, en nombre de la seguridad o del conservadurismo. Es algo inmoral. Eso va en contra de todo lo que creemos en este país".

Así que a pesar de cualquier cosa por la que los Marlins puedan preocuparse por las decisiones tomadas por Fernández o cualquier otro jugador que camine fuera de las puertas del camerino, todo lo que ellos pueden hacer es aconsejar a esos jugadores sobre el impacto que esas decisiones pueda tener. Pero los seres humanos tienen la responsabilidad de tomar esas decisiones por sí mismos.

"En el caso de José, hablamos con él un millón de veces", dijo Samson. "¿Acaso deseo ahora mismo haber hablado con él un millón de veces y una más? Por supuesto. Pero no estoy seguro que la gente piense que nosotros llegamos a hacerlo. ¿Quieren que nos mudemos con él? ¿Quieren que tengamos a una persona que se quede con él en todo momento como Josh Hamilton? ¿Qué debimos haber hecho mejor?"

Los hombres con los que Fernández jugaba siguen viviendo con el dolor de su decisión de haberse montaod en un bote demasiado tarde en la noche de aquel fatídico sábado. A su equipo le gustaría pensar que ese dolor actuará como recordatorio de tomar decisiones buenas y seguras por el resto de sus vidas. Pero ellos no tienen ninguna garantía de eso.

"Los 25 jugadores en ese casillero ese domingo 25 de septiembre nunca olvidarán ese momento", dijo Samson. "¿Pero eso les impactará? Quizás. Pero el equipo de este año tendrá unos siete jugadores nuevos, y quizás más. Esos chicos no estuvieron aquí para experimentar eso. Así que tendremos que tener la misma conversación que siempre tenemos con nuestros jugadores en esta primavera. Pero ¿quién sabe?"

De hecho, ellos nunca lo saben. Solo miren atrás en el tiempo a octubre del 2014. La noche después de la muerte de Oscar Taveras, ¿quién fue el lanzador que fue al montículo con las iniciales de Taveras dibujadas en su gorra? ¿Quién fue el lanzador que le dedicó la victoria en la Serie Mundial a la memoria de su amigo Oscar?

Por supuesto, ese fue Yordano Ventura. ¿Acaso hay un recordatorio más vivo que las lecciones de incluso las tragedias más dolorosas no duran para siempre?

"Creo", dijo David Samson, "que acabas de contestar tu propia pregunta".