¿Se acaba en cinco juegos la Serie Mundial?
Hasta el momento, todas, absolutamente todas las series de la postemporada del 2018 han terminado con triunfos de equipos visitantes en medio de estadios con el público descorazonado.
Los Medias Rojas de Boston tratarán de seguir ese patrón y celebrar ante la desconsolada fanaticada de Dodgers de Los Ángeles la conquista de su novena corona en Series Mundiales y la cuarta en lo que va de siglo XXI.
Sorpresivamente, el manager Alex Cora anunció al zurdo David Price y no a Chris Sale como abridor en este quinto choque, en el que Boston busca dar la estocada final a los Dodgers.
Lo de Price ha sido una metamorfosis extraordinaria en las últimas dos semanas.
De ser uno de los peores lanzadores en la historia en postemporadas, ha pasado a ser prácticamente Supermán, que lo mismo abre un partido, que lo releva y hasta arregla el bullpen con un rastrillo.
Desde que se sacudió en la serie de campeonato de la Liga Americana ante los Astros de Houston la sal de nueve derrotas sin victorias en 11 aperturas en postemporadas, el zurdo es otro.
En sus últimos 12.2 innings ha permitido dos limpias y lleva dos inicios triunfales, uno ante los Astros y otro frente a los Dodgers en la Serie Mundial.
Además, tuvo dos tercios de inning de relevo en el maratón del viernes y un día después, cuando Craig Kimbrel volvió a tambalear en el noveno episodio del cuarto juego, se paró a tirar pelotas en el bullpen, presto a la acción.
Ante semejante pared tendrán que chocar los Dodgers, que contarán con el estelar zurdo Clayton Kershaw en el que pudiera ser su última salida con el uniforme azul.
Kershaw, quien tiene una cláusula que le permitiría salirse de su contrato al final de la campaña, ha sido inconsistente en la postemporada, con dos triunfos e igual cantidad de derrotas.
Las dos veces que ganó, una ante los Bravos de Atlanta en serie divisional y otra contra los Cerveceros de Milwaukee, por el campeonato de la Liga Nacional, estuvo intransitable, con una limpia en 15 innings (0.60) y 12 ponches con dos boletos.
En sus dos fracasos, ante los Cerveceros y en el primer juego de la Serie Mundial ante los Medias Rojas, acepto diez carreras, nueve de ellas limpias, en apenas siete episodios (11.57 de efectividad), cinco abanicados e igual cantidad de pasaportes.
Así ha sido en postemporadas a lo largo de su carrera, con 9-9 y efectividad de 4.28 en 29 partidos, 23 de ellos como abridor.
La pregunta es ¿cuál Kershaw saldrá este domingo a la lomita del Dodgers Stadium? ¿El que fue castigado en el primer juego de la serie de campeonato de la Liga Nacional por Milwaukee y en el partido inaugural de este clásico de octubre por Boston? ¿O el verdugo dominante que enfrentó a los Bravos y luego se desquitó ante los Cerveceros?
De él depende extender la agonía al menos un día más y devolver las acciones al Fenway Park, donde parece misión imposible ganar los dos restantes.
No es imposible, pero estos Dodgers empiezan a parecerse a aquellos de la década de los 50, cuando perdían una y otra vez en octubre ante los Yankees y sólo les quedaba una frase de consuelo: “será el año que viene”.