Por circunstancias especiales, Panamá regresará a la Serie del Caribe, un evento del cual fue fundador en 1949 y su segundo campeón un año después.
Llega a salvar un evento que corrió inmensos riesgos de suspenderse este año ante la explosiva situación sociopolítica de Venezuela.
Los Toros de Herrera son los campeones de la liga panameña, que vienen de participar hace unos días en la Serie Latinoamericana que se jugó en Veracruz, México.
Supuestamente, el nivel del equipo es inferior al de los otros cinco países que estarán presentes en la Serie del Caribe, pero en reciprocidad por haber salvado el evento, se le permitió reforzarse con otros peloteros de Colombia, Nicaragua, Argentina y México que estuvieron en el torneo de Veracruz.
Pero, ojo, que en la confianza está el peligro. Este equipo panameño está plagado de figuras que juegan en las Ligas Menores de Estados Unidos, como el receptor Rodrigo Vigil (Miami Marlins), el jugador de cuadro Gerald Chin (Atlanta Braves) y los jardineros Rodrigo Orozco (Toronto Blue Jays) y Jhonny Santos (Marlins).
Además, figuran en la plantilla jugadores que han visto acción en Grandes Ligas, como Allen Córdoba y Javier Guerra, ambos de los San Diego Padres, así como los lanzadores Severino González, Manny Corpas y Enrique Burgos.
Los principales refuerzos escogidos por el mánager Manuel Rodríguez han sido en el área del pitcheo, con el nicaragüense Carlos Teller y venezolanos como Alvin Herrera, Jesús Yépez, Anthony Ortega y Joimer Camacho.
Este último hará historia. Camacho se convertirá en el primer pelotero procedente de la Liga Argentina de Béisbol (LAB) en una Serie del Caribe.
Se ganó su inclusión en el equipo panameño tras lanzar 13 entradas en blanco en la Serie Latinoamericana ante los dos equipos mexicanos que estuvieron presentes, a los que los argentinos vencieron con pizarras de 1-0 y 9-0.