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La Final del Caballo Blanco

BUENOS AIRES -- Una curiosidad es, sin dudas, que la foto mas representativa del primer partido de fútbol que se jugó en el mítico estadio de Wembley no corresponda a un gol; a una jugada o a la entrega de una copa, sino a una emblemática imagen de los incidentes que se produjeron en el campo de juego antes del comienzo de aquel match inaugural.

Junto a otras monumentales obras arquitectónicas, el estadio había sido construido para ser presentado en el marco de la Exposición Imperial Británica de 1924. De hecho, antes de ser universalmente célebre por el nombre del barrio en el que se emplazó, fue conocido como el Empire Stadium (Estadio Imperial).
En 1923 ya estaba en condiciones para ser utilizado y la Federación Inglesa dispuso que se inaugurara con el partido final de la F.A.Cup entre el Bolton Wanderers y el West Ham United. Al natural atractivo que significaba para los apasionados aficionados ingleses la definición del certamen, se sumaba el hecho histórico de presenciar el primer match a disputarse en el nuevo coliseo. El clima primaveral y el fácil acceso en transporte público completaron el combo perfecto para que aquel 28 de abril una verdadera muchedumbre se acercara a Wembley.

Las puertas del estadio se abrieron a mediodía, tres horas antes de la patada inicial, fijada para las 15. Rápidamente el aforo de 125.000 espectadores se vio colmado, pero la afluencia de público no cesaba y comenzaron a colapsar los accesos. La policía intervino formando un cerco para impedir el ingreso, pero duró poco, la multitud desbordó las barreras y se abrió paso hacia las gradas, obligando a los que ya se encontraban allí a invadir el campo de juego. El partido estuvo a punto de suspenderse, los jugadores del Boltón no podían alcanzar la zona de vestuarios y el caos era total.

La inminente llegada al estadio del rey de Inglaterra, Jorge V, encargado de entregar el trofeo, obligó a la policía a recurrir a su división de montados para tratar de dispersar a la gente del terreno de juego.

Un fotógrafo busco un punto elevado para tener una perspectiva adecuada de los incidentes que se venían desarrollando y fue así que inmortalizó a Billie, el caballo blanco que contrasta con la multitud de fanáticos con gorras y sombreros, intentando mantenerlos fuera de los límites de la cancha para que se pueda jugar el partido, que contra toda la tradición de puntualidad inglesa, comenzó con cuarenta y cinco minutos de demora.

Se calcula que 200.000 espectadores, presenciaron la final, ocupando hasta los bordes de las líneas de cal, a la vera del campo de juego. Ganó el Bolton por 2 a 0 con un gol a los dos minutos de David Jack y otro muy controvertido en el que los jugadores del West Ham protestaron porque el público devolvió una pelota que se iba afuera y el escocés Jack Smith, silbando bajito, siguió con la jugada y selló el marcador.

Pero el que quedó en la historia fue el animal montado por el policía George Scorey, que se convirtió en el símbolo de aquel primer partido jugado en Wembley, recordado como La Final del Caballo Blanco. En 2005 una encuesta dio ganador el nombre de White Horse Bridge para bautizar a un puente peatonal de acceso al reconstruido estadio de Wembley. De manera que Billie, aun hoy, casi noventa años después, sigue estando presente en las finales de copa.