Mariano Rivera se va del béisbol activo con toda la gloria del mundo, como debe ser.
El mejor relevista de todos los tiempos deja a su paso, tras 19 campañas con los Yankees de Nueva York, respeto y admiración no sólo de la fanaticada de la Gran Manzana, sino también de sus rivales que tanto vieron como el panameño les quebraba sus bates con sus endemoniados envíos cortantes.
El retiro de Rivera estaba originalmente previsto para la pasada campaña, pero la lesión que sufrió el 3 de mayo del 2012, mientras capturaba elevados en los jardines del Kauffman Stadium de Kansas City durante una práctica lo llevó a mover el adiós un año después.
Y no podía ser de otra manera. Para quien en ese entonces había salido en 608 oportunidades con el brazo en alto en señal de victoria y la habitual sonrisa amplia, su última imagen no podía ser la de un hombre caído, con una mueca de dolor en el rostro, llevado en hombros por sus compañeros.
Prometió que volvería y lo hizo en su mejor forma, con su recta cortada quiebrabates para regalarle a los Yankees 44 rescates más con los que extendió a 652 el récord absoluto de salvamentos.
A lo largo del 2013, Mariano fue objeto de merecidísimos homenajes en cuanto estadio se presentó y a quien dejó una estela de caballerosidad también para con la prensa, los colegas de los medios lo premiaron concediéndole el título de Jugador Más Valioso en el Juego de las Estrellas disputado en el Citi Field de los vecinos Mets de Nueva York.
Pero al panameño aún le queda un galardón por recibir, más allá de su segura inclusión en el Salón de la Fama de Cooperstown dentro de cinco años.
¿Alguien duda que será Rivera el Retorno del Año de la Liga Americana?
Sobreponerse a los 42 años a una operación tras su grave lesión en los ligamentos cruzados de la rodilla derecha y una temporada después salvar 44 encuentros, además de sumar seis victorias y efectividad de 2.15 es una de las mayores hazañas de las tantas que ha protagonizado en su carrera.
Por cierto que otro lanzador latino merece el mismo premio, pero en la Liga Nacional.
Hace un año atrás, la carrera del zurdo dominicano Francisco Liriano parecía a punto de esfumarse a la aún corta edad de 28 años.
Liriano, quien en su primera campaña completa en Grandes Ligas, en el 2006 con los Mellizos de Minnesota, apuntaba a convertirse en uno de los grandes serpentineros latinos de la historia, con récord de 12-3 y efectividad de 2.16.
Pero se perdió por lesión todo el 2007 y cuando regresó en el 2008 nunca volvió a ser aquel tirador dominante y su carrera inició un retroceso aparentemente indetenible que tocó fondo en el 2012, cuando los Mellizos lo transfirieron a los Medias Blancas de Chicago.
Sin embargo, tras pasar sus siete primeras temporadas en la Liga Americana, este año pasó al viejo circuito con los Piratas de Pittsburgh y su carrera renació de las cenizas como el Ave Fénix.
Liriano, con 16 victorias, es el tercer pitcher más ganador de la Liga Nacional y pieza clave para que los Piratas lograran su primer boleto a la postemporada desde 1992.
El zurdo quisqueyano, ahora con 29 años, ostenta una efectividad de 2.88, la más baja desde aquel ya lejano 2006 y la sexta mejor de todo el circuito.