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Liguilla, tierra de polizontes y aventureros

LOS ÁNGELES -- Tierra de nadie. Inhóspita. Idónea para aventureros sin escrúpulos. En eso se ha convertido la Liguilla del Futbol Mexicano.

De los cuatro más recientes campeones, dos de ellos se metieron de polizontes, de intrusos a la Liguilla. Ambos le tundieron a los soberbios líderes generales.

Fue así que Santos clasificó con 25 puntos, menos de 50 por ciento. Y antes, en el Clausura 2014, el León, también de carambola, pero con sólo 23 unidades, se coló a la Liguilla.

¿Alguien apostaba por Santos y León, etiquetados inequívocamente como los parias de esas respectivas Liguillas?

Es, la Liguilla, campo fértil para los oportunistas, para los astutos, para los cínicos, para los asaltantes de los que aburguesados creen que dominar el torneo les garantiza ser campeones.

Es apenas la primera Liguilla desde 2012 en la que todos los invitados clasifican con rendimiento por encima del 50 por ciento. Los más bajos en puntuación fueron Puebla y Veracruz, con 27.

Los favoritos de medio torneo o por lo rimbombante y fastuoso de sus contrataciones se han quedado en el camino o se metieron reptando apenas a la Liguilla.

Tigres tiene el mejor plantel, pero terminó quinto; América tiene la mayor exigencia y clasifica sexto, una ubicación de la que, históricamente, jamás ha salido un campeón. ¿Monterrey y Cruz Azul? Rotundos, absolutos, penosos y humillantes fracasos.

Pumas lo sabe. Es líder y no tiene garantía alguna. Un equipo que rebasa la medianía, pero si Veracruz recupera en un acto de redención su nivel del torneo anterior, puede sorprenderlo.

Puebla aún apesta a condenado a muerte en la tabla de descenso, pero la presión es para el Toluca. Y no se puede descartar a los Jaguares de Ricardo La Volpe, aunque enfrenten a un equipo como Tigres.

Ojo: en el cuadro del mañoso Tuca Ferretti, más allá del fracaso doloroso en la Copa Libertadores, sobra experiencia: todos, o al menos diez de los regularmente titulares, son o han sido seleccionados nacionales de sus países, e incluso varios tienen experiencia mundialista.

Con un entrenador veteranísimo en liguillas y una tribu de buenos jugadores y con cicatrices y triunfos, es la mejor oportunidad de Tigres para coronarse. Si no lo consigue, no será el momento para despedir a Ferretti, sino para que él mismo elija su jubilación.

Y acude al escenario un Pizzi impotente para encontrar equilibrio en un León exquisitamente letal cuando ataca y aterradoramente frágil cuando lo enciman.

¿Puede ser campeón el segundo equipo más vejado del torneo con 31 goles? La falta de equilibrio del León lo demuestra que en 17 fechas no empató ningún partido. Juega a matar o morir. Y de visitante recibió casi 2.7 goles por encuentro.

Queda claro entonces que en la Liguilla, particularmente ésta, porque entre el primero y el octavo hay ocho puntos de distancia, la oportunidad es más del oportunista, del aventurero, del astuto, que del que prolija, fecunda y acuciosamente fue sumando puntos para pretender ser el mejor del torneo.

Ojo, que en estos Pumas, líderes generales, que juegan a veces usando hasta a sus nueve no nacidos en México, lo que sobran son tipos de pellejo grueso, duro, cínico y resistente.

Al final quedará demostrado que los ocho clasificados son oportunistas, pero sólo uno sabrá serlo en el momento oportuno.