BRISTOL -- Otra vez están frente a frente, son dos de los mejores quarterbacks de los últimos años y seguro dentro de los 10 mejores de todos los tiempos; de eso no hay duda alguna. Tom Brady y Peyton Manning se vuelven a encontrar en un terreno de juego por decimoséptima ocasión (Brady 11-5), y el escenario no podría ser mejor que el pase al Super Bowl 50.
Será la cuarta Final de Conferencia entre Brady y Manning, Peyton tiene dos victorias por una de Brady en esta etapa de los playoffs. Volverá uno de los duelos más esperados de la temporada, mismo que no se pudo dar en la Semana 12 por la lesión en el pie que tenía Manning, pero la espera valió la pena.
Es un hecho que para el Super Bowl tendremos a Brady o Manning; y de eso se trata todo esto. Aquí no les diré quién es mejor, si uno es mejor que otro, si uno tiene más anillos que otro, que si uno hizo supuestamente trampa o que el otro fue acusado por usar hormona de crecimiento humano; no. Aquí se trata de ver a dos quarterbacks que han marcado una época en la NFL.
La forma como ambos jugadores logran manejar sus ofensivas dentro del campo, cómo llevan al máximo las exigencias de su cuerpo, para una exitosa ejecución; cómo logran hacer un análisis de las defensivas y del desempeño de los jugadores a su alrededor. La atención a cualquier detalle por mínimo que este sea, ubica a los dos quarterbacks como los mejores en su posición. Ambos son dos coordinadores ofensivos dentro del terreno de juego y lo que tienen en la mente buscan ejecutarlo. Ambos poseen una inteligencia para jugar este deporte, pues ninguno de los dos son los más altos, los más fuertes (incluso del brazo) o lo más rápidos en su posición, pero ese nivel de preparación para cada partido, esa concentración y ejecución en el campo, los coloca en un puesto único y los separa del resto de los mariscales. Para poder realizar todo lo anterior, ambos cumplen con el principio básico: disciplina.
Los caminos de Brady y Manning son diferentes, pero al final se encuentran en el mismo punto. El lugar reservado a los mejores quarterbacks de la NFL. Brady llegó a la titularidad por una lesión de Drew Bledsoe y saltó a la fama por llevar a los Patriots a un triunfo en el Super Bowl XXXVI cuando eran desfavorecidos por 14 puntos ante los Rams (campeones dos años antes). Brady fue una selección de sexta ronda en el draft del 2000; pasaron 198 jugadores antes de que fuera tomado por los Patriots y fueron seis los quarterbacks seleccionados ante que Brady (el primer QB de ese draft fue Chad Pennington, Jets selección N° 18 global). El resto de la historia la conocemos.
Manning arribó a la NFL en un camino completamente opuesto al de Brady; seleccionado en la primera posición global del draft de 1998 procedente de la Universidad de Tennessee donde se quedó cerca de ganar el Trofeo Heisman (Charles Woodson). Su apellido no era desconocido para la Liga, pues su padre (Archie) fue un gran QB solo que contó con la mala fortuna de jugar para New Orleans en los 70. A Peyton, por su padre y por sus logros en el colegial, se le conocía y se esperaba que fuera una alta selección; de Brady, quien destacó en la Universidad de Michigan, sólo esperaba que fuera seleccionado en el draft.
Queridos y odiados
Suele pasar con los grandes atletas o personalidades; los quieren o los odian. Brady y Manning no se pueden escapar de esto. Ambos son queridos porque logran sacar partidos en los últimos minutos, pero esto mismo los hace odiosos para otros aficionados. Ambos demandan exigencias con todos los involucrados en el campo (jugadores, coaches y árbitros), ambos son perfeccionistas y ese puede molestar a muchos. Pero, por lo que más los quieren y al mismo tiempo los odian, es porque son ganadores.
Si tú le vas a Patriots seguro te cae bien Brady pero si no le vas a ellos, seguro lo odias (no sólo a él sino a todo el equipo junto a Bill Belichick) y seguro de tramposos no los bajas; pero, para mí no sólo, ni las grabaciones y los supuestos balones desinflados han sido factor para construir una franquicia ganadora. Y mucho menos han sido determinantes para ver las cualidades de Brady.
Si tu le vas a Denver y/o Indianapolis seguro te cae bien Manning, pero si no, puede que lo odies porque su nivel de exigencia y perfección es al típico del niño inteligente en la escuela, que hacía caprichos porque se quedaba a décimas del perfecto 10 o quizás los critiques porque puede tener muchos récords y victorias en la temporada regular, pero pocos anillos; que por cierto, no dependen de él los triunfos en el Super Bowl y tampoco para mí determinar si es el mejor de todos los tiempos.
No importa si uno es mejor que otro, pues esa discusión nos podría llevar días enteros y muy probablemente nadie convencería a la otra parte de cambiar de opinión. Lo que si vale la pena es disfrutar este domingo de dos de los mejores quarterbacks que ha dado este deporte y que sin duda su lugar en el Salón de la Fama ya lo tienen apartado.