<
>

Michael B. Jordan y Jonathan Majors triunfan en 'Creed 3'

Michael B. Jordan y Jonathan Majors totalmente enfocados en la sesión de fotos de "Creed III" el 7 de enero de 2023. Joshua Kissi for ESPN

MICHAEL B. JORDAN y Jonathan Majors entran a un estudio de Hollywood, bromeando y saltando al ritmo de una canción de Kendrick Lamar, con todo el aspecto del Rey de Hollywood y la Estrella en Ascenso.

Ambos actores unieron fuerzas para escenificar batallas en el drama boxístico "Creed III" (la novena cinta de la franquicia extendida que se remonta a la primera "Rocky" escrita y protagonizada por Sylvester Stallone en 1976). Estrecharon nexos durante la filmación, gracias al deseo común de asumir un riesgo importante.

En el caso de Jordan, fue su decisión de laborar como director, aparte de retomar el rol de Adonis Creed: "En esta película, me lancé a la profundidad", expresa.

Para Majors, buscar lo que denomina como "el factor de dificultad" en los papeles que interpreta ha impulsado su ascenso. Creed III tenía eso y mucho más. "Creo que lo primero que dijo Mike, en nuestra primera reunión en su casa, fue: 'Cuando entremos al cuadrilátero, debe sentirse y verse como si somos dos gladiadores'", recuerda Majors. "Entonces tenía 32 años. Y a pesar de que estoy en forma, no... era un gladiador. Ponerme en esa mentalidad y esa clase de acondicionamiento físico sería difícil".

Al igual que gran parte del trabajo de Majors, ese proceso tendría un significado más profundo. Con la misma importancia de los temas que Jordan estaba ansioso por explorar en la cinta y las verdades que Majors quería sacar a la luz, ambos actores debían mostrar credibilidad sobre el ring, tal y como si fueran los dos boxeadores de campeonato que interpretaban.

"Sin intención de irrespetar a cualquier actor con quien haya trabajado en el pasado", indica Jordan, "pero esta fue la primera vez que tuve a alguien dispuesto a trabajar tanto como yo, si no más, en el gimnasio".

"Mi entrenador me dijo, y realmente lo creo: 'Peleas tal y como vives'", recuerda Majors. "¿De qué estás hecho? Aprendí mucho sobre mí".

¿Hubo alguna rivalidad para definir quien, eh... se veía mejor?

"Una rivalidad sutil", responde Jordan. "Debo declinar la pregunta porque yo dirigía [la película]. Tuvo más tiempo para entrenar que yo... ¡esa es mi descarga! Bromeábamos todo el tiempo sobre ello".

Uno de ellos es tan competitivo que, cuando se estrenó "The Last Dance", el documental producido por ESPN sobre la era de los Chicago Bulls en la década de 1990, sus amigos cambiaron el orden de sus iniciales y empezaron a llamarlo MJ. El otro se llama... bueno, ya saben... y dice que ese fue un regalo que le dio su padre (la "B" significa Bakari). "Me dio algo que demostrar... tenía que ser competitivo".

La filmación de "Creed III", que se estrenará este viernes en las salas de cine, hizo que ambos hombres aprovecharan la rara oportunidad que les dieron sus talentos y éxitos en la industria para hacer algo importante, por sus carreras y para sí mismos: forjar personajes y contar en la pantalla una historia que resonara profundamente con sus vidas reales y al hacerlo, convertir esta notable franquicia cinematográfica en algo muy propio. En el estudio, quedaba claro que sus naturalezas hiper competitivas tenían otras manifestaciones.

"Encestábamos y jugamos al baloncesto", afirma Jordan, "hicimos rutinas de enceste, porque queríamos un poquito de variedad ..."

Muy bien. ¿Y qué ocurre cuando ganas tú?

"Ganar y perder, da lo mismo", responde Majors. "Después de ganar, te vas al gimnasio, ¿muy bien? Después de perder, te vas al gimnasio".

"Solo que no hay que salir del gimnasio después de perder", agrega Jordan.

"[Yo] ya estoy calculando cómo ganar", prosigue Majors entre sonrisas. "Ya estoy pensando en cómo voy a cobrar revancha. La respuesta sincera es que ninguno pierde. Jamás".

Jordan está de acuerdo y grita: "¡Ganando siempre!"


"MIRA, MICHAEL ES UNA ESTRELLA DE CINE ¿cierto?", indica Brian Robbins, presidente y CEO de Paramount Pictures. "No quedan muchos así, pero él es uno de ellos. Y creo que se mantendrá presente por muchísimo tiempo".

A sus 36 años, Michael B. Jordan ha sido reconocido como "El Hombre Más Sexy del Mundo" por la revista People, aparte de interpretar a uno de los personajes más memorables del Universo Cinematográfico de Marvel, protagonizando películas que han recaudado más de $1.000 millones que van desde el milagroso filme independiente de 85 minutos "Fruitvale Station" (2013) hasta la monumentalmente significativa "Black Panther" (2018). Actualmente, mantiene una relación laboral que abarca varias cintas con el aclamado director Ryan Coogler, similar a la sociedad cinematográfica que en la generación anterior sostuvieron Martin Scorsese y Robert De Niro.

"Creo que Mike es genial en lo que hace", dice Coogler, el hombre que ha guiado a Jordan desde sus roles como Oscar Grant y Erik Killmonger hasta su interpretación de Adonis Creed. "Existe ese don conferido por Dios que entra en juego, cierto carisma... pero la otra parte es su ética de trabajo e inteligencia. Mike lo tiene todo. Ha trabajado como actor por mucho tiempo, prácticamente desde que era un bebé, y tiene el deseo de querer mejorar constantemente. Hemos forjado una amistad y un código propio".

El doble rol de Jordan como actor y director tiene el apoyo y la bendición de Coogler, productor de "Creed III" y que también es acreditado como uno de los creadores de su argumento. También cuenta con el respaldo de otros actores con quienes ha compartido la pantalla.

"Lo hizo muy, muy bien", afirma Tessa Thompson, que ha hecho el papel de Bianca, interés romántico de Adonis, desde la primera cinta de Creed en 2015. Desde entonces, ha visto cómo su carrera actoral se ha catapultado. "Es todo un reto dirigir cuando también tienes que ubicarte dentro del encuadre. Ser capaz de salir y ver la arquitectura de todo el panorama... es una responsabilidad tremenda, sobre todo en estas películas que son tan físicas. Todos los días, me sentía muy orgullosa de él".

En Hollywood, cuando llegas a cierto nivel de taquilla tan alto que puedes hacer prácticamente lo que se desee, esas elecciones dicen mucho del carácter de la persona. "Estaba cansado de que me dirigieran", explica Jordan. "Como actor, te acostumbras a expresarte de cierta forma. Todos los caminos de mi vida y de mi carrera me llevaron a este momento para dirigir. Salté para aprovechar la oportunidad".

Si Jordan es rey de Hollywood, pues Jonathan Majors disfruta oficialmente de su momento a los 33 años. Majors viene de ser elogiado por su apasionada interpretación en el filme de 2019 "The Last Black Man in San Francisco". Asimismo, el actor oriundo del estado de Texas y graduado de la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Yale ha encendido la pantalla como el nuevo villano del UCM Kang el Conquistador (Disney es la empresa matriz de ESPN y Marvel).

El trabajo de Majors al lado de Paul Rudd en "Ant-Man and the Wasp: Quantumania" hizo vibrar a los fans de Marvel. La última entrega del UCM recaudó $105 millones en su primer fin de semana en cartelera a inicios de febrero... y todo ocurrió pocos días después de que su actuación en la cinta independiente "Magazine Dreams" le convirtió en el gran tema de conversación del Festival de Cine de Sundance de este año. Actualmente, Majors aparece en la portada del célebre "Hollywood Issue" de la revista Vanity Fair junto a otras estrellas en ascenso como Austin Butler y Florence Pugh.

Mucho antes de que pactara su incorporación a la franquicia para interpretar al retador Damian Anderson, las películas de Creed fueron transformadoras para Majors. "Creed me marcó una trayectoria", afirma el actor.

"Cuando vi esa película, y me di cuenta de que la dirigía un joven Negro y veía a Mike, me inspiró tanto para crecer en cuerpo y espíritu... para valer la pena, ¿sabes? Poder decir: 'Muy bien, lo podemos lograr".

Tres años después, la secuela hizo que Majors quisiera inspirar a otros. "Luego llega 'Creed II': otro joven director Negro [Steven Caple Jr.] y vuelve Mike. Congregué a todo mi equipo de discípulos en la escuela de Artes Dramáticas de Yale (quizás siete u ocho, nueve jóvenes negros) y todos nos sentamos en nuestro cine local en New Haven para ver la película. Así que, el impacto de Creed II es [el sentido de] comunidad, haciéndonos responsables entre todos... Puedo hacerlo. Evidentemente, se puede lograr".

Majors lo ha logrado, con su protagonismo como Kang en la "Fase 5" del UCM, cautivando a las audiencias, de la misma forma en la que logró cautivar a Jordan. "Se disuelve dentro de los personajes que interpreta", afirma Jordan. "Los vive, hombre. Entra al escenario y sigue portando una parte de Damian. Se dedica tanto al personaje. Es un actor en busca de la verdad".

Siendo sinceros, Michael B. no logró una hazaña sin precedentes. Desde Rocky II hasta la cuarta entrega de la franquicia original, al igual que en su posterior extensión de 2006 "Rocky Balboa", el propio Stallone fue director y protagonista. Oh, es cierto: Esta nueva película es la primera de la serie en la que no aparece Rocky Balboa ni Stallone hizo aporte alguno (a pesar de su crédito como productor).

"Rocky siempre formará parte de esta franquicia", indica Jordan. "Estos personajes se formaron en base a esa energía e impulso. Pero creímos que este era el momento perfecto para que Adonis diera el salto con ambos pìes, como un hombre que toma sus [propias] decisiones. Debía encontrar esa sabiduría dentro de su familia y mirar hacia adentro".

Para Jordan, esa introspección impulsó sus deseos de dirigir. "Tenía algo que quería decir. Quería compartir una parte personal de mi ser que nunca había tenido la oportunidad de compartir, cosas por las que pasaba personalmente".

Esas cosas personales (que son meditadas y exploradas por este Rey de Hollywood en su primera película) salen de la boca de Jordan como un revolcón de interrogantes, animadas por un único sentimiento: la culpa.

"¿Por qué tengo todo este éxito?", se pregunta. "Vengo de Newark, Nueva Jersey. Soy del barrio. Gente que estuvo a mi lado en muchas situaciones distintas, amigos que tuve cuando crecía... ¿por qué no tienen esas mismas oportunidades?"

"Para mí, a veces esa culpa, siendo de donde soy... mucha gente no logra salir de ese entorno... ¿Por qué yo?"

Sin embargo, lo que Jordan quizás no sospechaba al principio es que no sería la única figura de la película que pondría de relieve una parte vital de su propio pasado y su relación con él, llevándolo a la gran pantalla. Para analizar lo que Coogler califica como "el remordimiento del superviviente".


ESTA PELÍCULA CUENTA la historia de un hombre exitoso: Adonis Creed, el campeón del peso completo que se retira para asumir la vida tras bastidores. Mientras sale de su gimnasio, se topa con alguien que cree extraño, apoyado en su lujoso auto último modelo. Ese hombre es Damian Anderson (Majors), amigo de niñez de Adonis, liberado tras 18 años de prisión. Creed invita a Anderson a comer para reencontrarse y definir qué quiere Damian luego de tantos años fuera de vista. Esa escena fue la primera que compartieron Majors y Jordan en el cronograma de filmación.

"Quise que fuera la primera escena para así aprovechar esa incomodidad natural", afirma Jordan, "para sentir que retomaban justo en el punto donde habían quedado hace 20 años. Aunque, en ese mismo sentir, tener un momento de: 'No conozco a este hombre'".s

"En ese momento, solo intento reconectar, ¿cierto?", agrega Majors, "y busco las herramientas: ¿Sigue mi hermano menor delante de mí? ¿Me verá de la forma en la que necesito que me vea para así ocuparme de esta misión de liberación mental?"

Jordan bromea diciendo que esa mañana llegó tan temprano al set de filmación que ayudó al equipo técnico a preparar la iluminación. Fue la primera escena de su carrera como director y "quería marcar la pauta", afirma, "mostrando lo fragmentados que están en múltiples aspectos, aunque también quería que vieran el nexo: 'Oh, veo lo cercanos que eran. Lo entiendo, pero algo no está bien".

A la mitad de su conversación entablada a principios de la cinta, los espectadores familiarizados con estas películas ya tendrán indicios de que el insistente Dame, interpretado por Majors, es un futuro enemigo en el cuadrilátero que se verá las caras con su viejo amigo Adonis.

"Es antagónico. Evidentemente, sin duda", indica Majors. "Es divertido ser disruptivo. En el mundo de Creed, está listo para jo---. No sé si pueda decirlo, pero está listo para entrar y romperlo todo".

"Quería que fuera una historia de origen y una secuela, todo en una", afirma Jordan. "Queríamos contar la historia de Adonis y lo que le convirtió en el hombre que es hoy. La relación entre Damian y él... donde todo comenzó".

Los matices de esa relación se forjaron a partir de las conversaciones sostenidas entre Jordan y Majors.

"Mike y yo, éramos como colegiales", dice Majors. "En cierto momento, ¡me hablaba en plan de director! Muy bien, eso es lo que es ahora. Y en algunos días le hablaba como si fuera su compañero de escena, diciéndole: ¡No hagas eso!"

"Algunas veces nos sentábamos en el tráiler con los suéteres de capota puestos, jorobados, viendo el guion, diciendo: no sé cómo arreglarlo. En ese sentido, fue una colaboración increíble: algo sobre nuestra relación, entre Jonathan y Michael, que trascendió cualquier etiqueta. Por eso creo que, genuinamente creo, que esta película es especial".

Tal como explica Thompson, la fe en esos procesos ha sido un valor fundamental de la franquicia Creed, instaurado desde el inicio por Coogler.

"Sí, son películas atléticas, escenificadas en el mundo del deporte, pero realmente tratan sobre la dinámica entre las personas", indica Thompson. "Algo de Ryan que siempre me ha inspirado, es que realmente cree que esa sensación que tienes cuando haces algo es importante, no sólo eso que haces. ¡No siempre es fácil lograrlo cuando filmas estas películas tan importantes! Estaba realmente orgullosa al ver que Mike mantenía esa filosofía cinematográfica".

Jordan, que antes era la estrella titular a la espera de su llamado al escenario, ahora era el asediado responsable de tomar decisiones sobre todos los aspectos de la película, constantemente solicitado por sus jefes de departamento.

"Es como si aprendieras a hablar el idioma del amor de todos, 24 horas al día, 7 días a la semana", afirma entre sonrisas.

"La gestión del tiempo es algo importante", indica Coogler. "La sensación abrumadora de no tener todas las respuestas cuando todos te buscan para que les des una respuesta... tienes que asumir que no lo sabes todo y darte cuenta de que éste es un deporte colectivo y colaborativo. Sabía que sería difícil. Sabía que él iría a sitios donde nunca he estado yo".

"Cuando me reporto al set, nadie me toma fotos. Pero él tenía que preocuparse por su dieta, tenía que preocuparse por su coreografía, tenía que preocuparse por sus diálogos. Es mucho más de lo que yo tuve que soportar".

Coogler alentó a Jordan para que sostuviera conversaciones con otros actores-directores; desde Denzel Washington, pasando por Ben Affleck hasta Forest Whitaker y Bradley Cooper.

"Decía: 'Habla con ellos' porque pueden hablarte de cosas de las que yo no podré hablar", recuerda Coogler.

Thompson buscaba síntomas de estrés.

"Lo conozco tan bien a estas alturas", afirma, "que parece que hubiéramos crecido juntos. Sabía que estaba estresado, como buena amiga y colaboradora suya desde hace largo tiempo. Pero, verdadera y sinceramente, fue la calma bajo fuego".

"Hombre, fue todo un reto", indica Jordan, reconociendo que ocasionalmente se hallaba "dando un paso hacia afuera, saliendo por un segundo".

Sin embargo, Jordan comprendió a plenitud su rol de liderazgo dentro del elenco y equipo técnico.

"¿Explotó? Intentaba mantener la calma, pero también divertirme con lo que hacemos. Quieres liderar con el ejemplo", prosigue Jordan.

En la escena que transcurre en la cafetería, Damian rechaza la oferta económica de Adonis sin emitir palabra alguna, porque busca otra cosa: la oportunidad de pelear por el título. Una vez que Adonis lo invita al gimnasio como compañero de sparring, la ambición y sinceridad de Dame interfieren con lo más importante, y el impulso que ha ardido por tanto tiempo en sus entrañas se apodera de él.

"Le han arrebatado todo", dice Majors. "El mundo lo ha empujado hacia una esquina durante toda su vida. Pero su mentalidad es la de seguir adelante, adelante, adelante".

y Todo ocurre debido a la historia secreta compartida por Dame y Adonis, una historia que hace que Adonis cuestione sus deudas con la gente del pasado. Son los mismos problemas que Michael B. confronta desde la cima de su montaña.

"Comienza a meterse en tu cabeza a medida que te haces exitoso", indica. "A veces, cuando vuelve a ti la gente con la que solías tener una relación cercana. He tenido esos momentos incómodos en los que no estamos tan unidos. Quieres estarlo, pero realmente, a veces no estamos en sintonía".

"Quería mostrar esa sensación, lo que siento en esos momentos en los cuales sopeso opciones, tomo decisiones: ¿Reconectas? ¿Cómo volver a asumir esa relación? ¿Sabes? He reconectado, he vuelto a asumir esa relación... pero en esos momentos no me funcionó, pero a veces sí. Y así es la vida. Hay muchas zonas grises. Cómo respondes y reaccionas en esos momentos: eso es lo que quería mostrar en esta película".


"EN PRIMER AÑO nos conocimos en la clase de Inglés, dice Daquan Raymond, de 35 años, por teléfono desde Nueva Jersey, "y el hecho de que vivíamos a la vuelta de la esquina el uno del otro, simplemente partimos de allí".

En las hojas estadísticas de los juegos de baloncesto masculino de Newark Arts High School durante la temporada 2004-05, sus nombres están uno al lado del otro, Daquan Raymond y Michael B. Jordan a menudo llevando la carga de anotar para los Jaguars.

"Mejores amigos fuera de la cancha", dice Raymond. Su destreza en el baloncesto se perfeccionó en el aro del patio trasero fuera de la casa de la abuela de Mike, en la sección Weequahic de Newark. Raymond recuerda que Jordan tenía un juego ofensivo rudimentario: "Podía llegar al carril y terminar en el aro; tenía algunos saltos; había desarrollado un tiro en suspensión decente, pero era más hábil en el otro extremo de la cancha.

"Era más un jugador defensivo. Anticipaba muchos pases", dice Raymond.

Al principio de su adolescencia, Jordan estaba adquiriendo papeles pequeños como actor infantil profesional; ahora el jefe de Paramount, Robbins, lo eligió para "Hardball" de 2001 con Keanu Reeves.

"Michael tenía un poco de experiencia en la actuación y era un atleta bastante bueno", dice Robbins, quien dirigió la película sobre un equipo de ligas menores. "Recuerdo que tuve que sacarle mucha emoción".

Jordan recuerda que Robbins le pidió que imaginara algo que deseaba desesperadamente y que ya no podía tener. "Recuerdo haber hablado muy suave y tranquilamente con Michael... y él lo hizo, y estuvo genial", dice Robbins. "Increíble enfoque para un niño de su edad".

Jordan comenzó a emocionarse por la escena y no podía parar.

"Lo recuerdo llorando y luego sintiéndose como, 'Dios mío, me siento tan mal, ¡tengo que darle un abrazo! Estuviste genial, pero ahora puedes dejar eso en paz. Déjalo ir'", dice Robbins.

Desde entonces, Jordan recordó filmar esa escena como uno de los puntos de inflexión en la vida: la pura emoción de sentir algo que lo puso profundamente en el camino hacia una carrera como actor. Su papel como Wallace en el drama definitivo de HBO "The Wire" llegó un año después. Pero en casa, el baloncesto también siguió siendo un foco de atención para Mike.

"Crecí con un chip en mi hombro", dice. "Tenía que ser competitivo. Quiero decir, ¡mi papá me nombró Michael Jordan! ¿Sabes cuántos chistes escuché?".

Raymond recuerda. "Sentí que, como se llamaba así, él quería estar a la altura de las expectativas".

Para cuando él y Raymond estaban en el último año de Bellas Artes, Jordan tenía un papel fijo en la telenovela de ABC "All My Children". Después de graduarse, los dos se mantuvieron en contacto por un tiempo; Jordan se mudó al oeste para perseguir su sueño.

Fue elegido para representar al mariscal de campo Vince Howard en "Friday Night Lights" de NBC en 2009. Por esa época en Hollywood, Robbins estaba jugando en una liga de entretenimiento de la NBA, "y de repente era este hombre, volando por el gimnasio, jugando baloncesto", recuerda Robbins. "No lo había visto en años y pensé, '¡Dios mío, se convirtió en un verdadero atleta!' Y eso fue antes de que se convirtiera en una gran estrella".

De hecho, Jordan pensó en dejarlo y regresar al este antes de obtener un papel en el drama sobre la Segunda Guerra Mundial "Red Tails" de 2012, eso lo convenció a quedarse.

Raymond recuerda haber llamado a Jordan después de verlo en Creed.

"Le dije que lo felicitaba por la película", dice Raymond.

Cuando se lanzó el tráiler de Creed III, Raymond dice: "Mi hermanastro me decía que la historia le recuerda lo que pasó entre nosotros. Pero nunca peleamos ni discutimos de esa manera".


"CUANDO YO ESTABA haciendo Rocky", me explicó Sylvester Stallone en 2021 durante una rueda de prensa para "The Suicide Squad", que no había sombrero. Y había una tienda y... es un sombrero de tres dólares hecho de cartón. Tan pronto como me lo puse, cambió todo el personaje".

Stallone sabía que ese sombrero ayudaría a transformar su personaje de Rocky, de un rudo de la calle a un desvalido hablador y tambaleante que el público apoyaría. "El director [John G. Avildsen] dice: 'No puedes usar eso'. Digo, '¿Por qué?' Él dice: 'Gene Hackman usó eso en The French Connection (1971)'. Le dije: '¿Así que no hay más sombreros en el universo porque Gene Hackman usó uno?' Le dije: 'Este sombrero se queda puesto'. Y se mantuvo durante 40 años".

Ellos también tenían unos buenos 40 años.

"Estás hablando de la mitología estadounidense", dice Coogler. "Para mí, cuando alguien dice Rocky, solo pienso en mi papá, mis hermanos y mi mamá sentados en el sofá viendo películas, y mi papá llorando en algunas de las escenas. Mi papá era un hombre duro, pero por la razón que sea, estas películas le sacarían agua de los ojos, ¿sabes?"

Majors también expresaría su admiración por las películas de Rocky y su creador.

"Lo que hizo el Sr. Stallone revolucionó por completo las películas sobre deportes", dice. Tras su debut en 1976, Rocky fue recibida como una saga inspiradora que surgió de la nada y, durante sus primeros 45 minutos aproximadamente, como una comedia romántica sublime. Un año antes de que "Star Wars" reinventara la epopeya espacial para una nueva audiencia, la adopción de Rocky de la imagen de lucha como un crisol para lo que Majors llama "fortaleza intestinal" fue un retroceso a las películas biográficas de los años 50 como "La historia de Joe Louis" y " Le gusto a alguien allá arriba".

Though Stallone would deny it, a Rocky creation myth had him cracking the screenplay's first page just days after Muhammad Ali's bout in March 1975 with Chuck Wepner. A fight in which Wepner scored a sham knockdown by stepping on Ali's instep and lost via TKO with just seconds to go in the 15th and final round.

Aunque Stallone lo negaría, un mito de la creación de Rocky lo tiene a él rompiendo la primera página del guion solo unos días después de la pelea de Muhammad Ali en marzo de 1975 con Chuck Wepner. Una pelea en la que Wepner se anotó una caída falsa al pisar el empeine de Ali y perdió por nocaut técnico con solo unos segundos para el final en la ronda 15 y final.

Como guionista de las películas de Rocky, Stallone siempre estaría lidiando con la ansiedad de la influencia de Ali, especialmente en la creación de Apollo Creed de Carl Weathers. Los Premios de la Academia de 1977 presentaron a Ali "sorprendiendo" a Stallone en el podio y diciendo la parte tranquila en voz alta: "¡Soy el verdadero Apollo Creed! ¡Me robaste el guion!" Los dos intercambiaron golpes de sombra y luego se abrazaron.

"Es un privilegio estar junto a una leyenda viva", diría Stallone. Rocky ganó tres premios Oscar en la noche (Edición, Mejor Director y Mejor Película) y ninguna de las estatuillas fue personalmente para Stallone.

Durante el resto del siglo XX, ninguna película de boxeo, ni siquiera la obra maestra de Martin Scorsese "Raging Bull" de 1980, podría competir con el éxito de las películas de Rocky. Reforzada en parte por el aclamado documental de 1996 "When We Were Kings", la influencia de Ali en la sociedad y la cultura perduraría en la próxima, desde la película biográfica de 2001 "Ali" con Will Smith... hasta el discurso de graduación de 2018 en la Howard University, dado por un alumno que comenzó sus comentarios recordando una vez que vio a Ali en el campus de HU.

"Sus ojos se clavaron en los míos y se abrieron de par en par", recordó el orador. "Levantó el puño... Estaba listo para jugar con él, para actuar como si fuera un oponente digno. ¡Qué honor ser desafiado por el GOAT!... Me alejé ligero y listo para enfrentarme al mundo". Así habló el difunto Chadwick Boseman, Clase del 2000, quien se enfrentó al mundo y ganó como la estrella de "Black Panther".

Lanzado a principios de 2018, el drama de superhéroes sería el mayor triunfo de Coogler. (Su impacto en la carrera de Jordan sería de tan largo alcance que cuando Mila Davis-Kent, de 9 años, hizo una audición el año pasado para el papel de la hija de los Creed, Amara, la mera visión de Jordan en Zoom la llevó a darle el saludo Wakanda Forever con los brazos cruzados.) Solo tres años antes, con solo Fruitvale Station en su currículum, Coogler sería un desfavorecido si el Team Rocky le diera una oportunidad por el título: la oportunidad de dirigir a Creed: "Nunca se me pasó por alto: un chico de unos 20 años, recibió la bendición. Oye, aquí tienes tu oportunidad, la primera película de estudio'".

Stallone ganaría una nominación al Premio de la Academia como Mejor Actor en un Papel Secundario, pero incluso dado su trabajo y el uso de Coogler de la música "Gonna Fly Now" de Bill Conti, Creed no requería un conocimiento profundo o lealtad a las películas de Rocky.

Cuando era adolescente, Thompson había aparecido en una producción de 1999 de "Annie" en Los Ángeles. Más tarde, en la escuela secundaria de Santa Mónica, sería Hermia en una producción de "Sueño de una noche de verano" de Shakespeare. El impacto de las películas de Rocky, dice, en su propia carrera no la golpeó hasta el estreno de la película en Londres a principios de 2016.

"Estábamos haciendo el primer Creed: esta era una idea nueva", dice ella. "Hasta que salimos al mundo y nos relacionamos con los fanáticos, Mike y yo realmente no estábamos pensando en el legado de eso, francamente... de lo que estábamos tomando prestado. Hay un amor intergeneracional por la franquicia de Rocky, y para entrar en eso, donde ya hay un fanatismo incorporado, yo estaba como, '¡Oh Dios, esto!' Fue muy emocionante y sigue siéndolo".

A través de sus actuaciones, Coogler hizo una película tremendamente entretenida que creó una franquicia de películas "negras", incluso antes de que ayudara a darle a Marvel una: una película sobre un héroe que no necesitaba usar un sombrero para ser visto como un desfavorecido.


"MI FÍSICO", dice Majors, "es de cierta manera: largo como Thomas Hearns, mis hombros son redondeados como Tyson". Si bien hay elementos de boxeadores conocidos en Dame, "Se necesitó disciplina para no decir: 'Pelearé como Floyd [Mayweather, Jr.], pelearé como [Joe] Frazier'. Estaba tratando de agregar a Damian al canon de estos grandes peleadores".

"Tomamos estilos de Bernard Hopkins, de Tyson", dice Jordan, "peleadores que tenían tenacidad y crueldad, pero también su entorno tenía un impacto en la forma en que peleaban dentro del ring".

Esa tenacidad, y la capacidad de ejercer un enfoque similar al láser en la actuación, sus procesos y formas de ver el mundo, serían característicos de Majors una vez que abrazó la misión de su vida hacia el final de la escuela secundaria en Cedar Hill, Texas.

"Había estado practicando deportes y viviendo activo y saludable desde que era un niño", dice, "pero Majors recordaría que su día a día se desintegró cuando cumplió 10 años más o menos, después de la unión de su madre, la ministra de la iglesia, y el padre, director del coro, llegó a su fin. Él relataría una adolescencia de conflictos y desventuras ocasionales dentro y fuera de su hogar.

"Vengo de cierto vecindario", dice, "y tuve mi encontronazo con que me encerraran".

La literatura y la interpretación liberarían su creatividad. Se dirigiría a la Universidad de Winston-Salem de Carolina del Norte para la especialidad de Artes y haría Shakespeare tal como lo hizo Thompson. Luego, después de una temporada en la ciudad de Nueva York, Majors se dirigió a New Haven para estudiar un posgrado y obtuvo un papel clave en una película para televisión de ABC incluso antes de obtener su diploma.

Una vez que Jordan lo eligió, dice: "El objetivo de Jon para Mike era 'No te voy a defraudar, te lo prometo'".

Pero incluso cuando cumplió su promesa de construir su cuerpo en condiciones de estar listo para el ring, Majors criticó el entrenamiento en sí mismo, el aumento de volumen de los protagonistas de películas de acción. "Es un privilegio ir a un gimnasio y hacer ejercicio y construir un cuerpo", dice Majors. "Mira, solo hablaré con franqueza. En mi industria, ves estos cuerpos [que habrían] sido construidos superficialmente. Eso cuenta una historia que no me interesa".

Para Majors, el cuerpo que trabajó para crear para Damian contaría una historia diferente: sería una indicación vívida del dolor que su personaje había soportado durante su encarcelamiento. "No se trata de cuán marcado está alguien", dice Majors.

"Mi objetivo era que la gente viera 18 años de determinación, de miedo, de rabia, de pérdida. Debes entender que esos abdominales se hicieron del encarcelamiento. Este es un hombre que tenía grandes sueños, y esos sueños fueron aplazados; esos músculos son apretados y fuertes porque no han sido utilizados en todo su potencial".

Él hace una pausa por un momento. "Está tan lleno de esperanza y alegría. Pero ese es el fondo. Se construyó a través del trauma".

Y Dame en Creed III, el personaje que acaba de salir de una larga oración, permitiría que Majors sacara una página escondida durante mucho tiempo de su propio pasado. "Fui criado por un hombre que había estado encarcelado durante 15 años", dice. "Mi padrastro, mi figura paterna principal en mi vida. Aprendí mucho de él. Y así en mi amor por él... tienes que amar a alguien en la totalidad. Y una gran parte de su vida fue el hecho de que él fue encarcelado. Entonces comencé a interesarme en la psicología de eso, como actor y simplemente como su hijo ".

El hecho de que esos fueron a menudo años difíciles para Majors se suma al poder de su tributo a Joe L. Young, de 55 años. "La libertad que se ofrece, incluso en la exoneración, es sólo la del cuerpo", dice.

"Con Damian y con mi padrastro, es el cerebro y el espíritu lo que tiene que ser libre. Lo que pasa con la forma en que encarcelamos a la gente aquí en Estados Unidos, no es solo un cuerpo que está enjaulado. La cantidad de fortaleza, la cantidad de fuerza, la cantidad de poder espiritual necesaria para liberar eso... es algo que espero que la gente vea en Damian".

¿Cuánto de su padrastro verá el público en pantalla? "Diría mucho, sí. Quiero decir, me rompe el corazón, porque estos hombres, sus emociones se dan por sentadas. Tienen ambiciones y sueños. Damian es una carta de amor para esos muchachos, para seguir balanceándose. Si eso significa hacer terapia o si eso significa arreglar tu cuerpo, si eso significa reconectarte con tu familia y amigos..."

Se toma un momento para limpiarse los ojos. "Lo que sea que eso signifique, se puede lograr. No eres quien tu pasado dice que eres. Con suerte, el poderoso Joe Young, mi padrastro, puede recibir eso".


MICHAEL B. JORDAN ha estado entregando su cuerpo a las películas de Creed desde 2015. "Me rompieron los metacarpianos, me desgarraron los labrums y los abductores y tuve cirugías".

Ahora, como director, Jordan le está dando a esta serie algo fresco y nuevo.

"Lo que traté de decirle más que nada", dice Coogler, "fue recordar por qué quería contar esta historia en primer lugar".

"Tenía mucha ansiedad", dice Jordan. "Como, '¿Cómo voy a filmar esto diferente? ¿Cómo voy a hacer que este nocaut se vea especial? OK, ya hicimos eso, hicimos esa lesión, ¿qué cosas nuevas podemos hacer?' Estar limitado me obligó a ser más creativo y pensar fuera de lo obvio. A través de esa lucha, creo que encontramos algunas sorpresas hermosas".

"Hay una escena en la que Mike usa un lenguaje puramente cinematográfico", dice Coogler, "para mostrar... un trauma compartido: dos personajes que se conocen como la palma de la mano, y lo resuelven de la mejor manera que saben. Estoy muy orgulloso de esa escena, porque creo que Mike era el único que podría haberla dirigido de la forma en que se hizo".

Entonces, ¿cómo es realmente estar en la cima de la montaña de Hollywood?

"Ahora tengo la capacidad de hacer lo que quiero", dice Jordan, "y todos dicen: 'Sí, puedes relajarte por un minuto'". Dije: '¿Relajarte? ¿Por qué? ¿Cómo puedo relajarme? ¡Acabo de llegar!'

"Sería una locura sentarme y relajarme. Creo que los últimos 12 meses para mí es saber que puedo dirigir... no, saber que puedo manejarlo".

En Creed III, Adonis no compite por pura fuerza o poder de golpe, sobrevive en el ring al percibir oportunidades y aprovecharlas a la velocidad del rayo. Fuera del set, trabajar le da la oportunidad de poner un poco de sí mismo en el producto final. Tal como lo está haciendo Majors, y también Thompson.

"Realmente me gusta la idea de que esta vida que tenemos es un regalo, incluso si es diferente de lo que pensamos que sería", dice Thompson. "Eso es algo que Bianca me recuerda, que es algo agradable de recordar".

Para Jordan, los desafíos de la vida real traen resultados.

"Si no estoy trabajando duro en el gimnasio, si no tengo callos, si mis nudillos no están sangrando... vivo esa vida porque eso es lo que pasan los peleadores", dice. "Cuando subo al ring, tengo que creerlo, Jonathan tuvo que creerlo, tuvimos que creerlo nosotros mismos. Nadie podría decirme algo diferente".


Diseños de Michael B. Jordan por Jason Bolden; Diseños de Jonathan Majors creados por él mismo; Diseño de vestuario adicional de Manny Jay/Celestine Agency; Wooden Ladder estableció el estilo de diseño.