Dmitry Bivol y Artur Beterbiev se enfrentan este sábado en la Kingdom Arena de Riyadh en un combate que tendrá todos los títulos semipesados en juego.
La pelea entre Dmitry Bivol y Artur Beterbiev define el futuro de ambos pugilistas. Uno es capaz de morir de frente a las bayonetas, mientras el otro olfatea la pólvora y guarda distancia. El ganador lo tendrá todo: los cuatro títulos mundiales (AMB, CMB, FIB y OMB) de las 175 libras y un reconocimiento casi instantáneo por aclamación popular para ser el siguiente rival de Canelo Álvarez. El perdedor sentirá la soledad de la derrota. Si le toca a Bivol perdería millones porque su interés ante Canelo caería en picada, mientras Beterbiev sería catalogado como un veterano (39 años) que le queda poco tiempo en el pugilismo.
El combate se perfila a ser una batalla entre la fuerza y la inteligencia, la dureza contra la velocidad, la bravura ante la técnica. Beterbiev en cada nueva pelea está redescubriendo una nueva juventud, mientras Bivol ha demostrado que ha amplificado su boxeo entre la cautela y agresividad. Será un combate de estilos totalmente opuestos que coinciden en una sola característica: el alto volumen de golpes de ambos pugilistas, porque mientras uno suelta los brazos por iniciativa el otro lo hace como respuesta.
La insistencia de Beterbiev
El peleador ruso, pero radicado en Canadá, Artur Beterbiev, solo conoce una manera para terminar los combates: el nocaut. En sus 20 peleas suma 20 KOs y es curioso porque no es que tenga el poder de Mike Tyson, que con un solo golpe mandaba a dormir a sus oponentes, sino que Beterbiev es un ‘noqueador por insistencia’, manteniendo un alto ritmo de golpes. Para eso necesita tomar riesgos excesivos que para él le resultan ya naturales y va colocando espinas a sus rivales hasta desinflarlos.
A Beterbiev no le preocupa terminar con sangre en el rostro, es la gasolina que alimenta su coraje, tampoco le importa si va ganando la pelea en las tarjetas porque su misión siempre es la misma: buscar el nocaut. Así fue como Callum Johnson lo sorprendió en 2018 y lo mandó a la lona con el cruzado de izquierda en el segundo asalto. Se ha medido a tipos duros de liquidar como Oleksandr Gvozdyk y lo envió tres veces al piso hasta noquearlo, luego se pensó que tendría problemas ante la velocidad de Anthony Yarde, pero lo pudo resolver de la misma manera, por KO. Beterbiev es lento, pero efectivo, como una tortuga derrotando a la liebre.
Bivol no cae en la tentación
Bivol es una antítesis de Beterbiev. La cautela es su sello de presentación, pero no es una cautela con ‘melatonina’, que manda a dormir a los fanáticos del pugilismo, sino que se mantiene en constante respuesta. Es un pelador atento para no caer en las tentaciones y morder carnadas, alineándose a su plan de pelea como sucedió en ese quinto asalto contra Canelo, cuando el originario de Kirguistán lo llevó a las cuerdas y en combinaciones repetidas al rostro lastimó al mexicano, haciendo pausas constantes para no caer en el intercambio, mientras un Canelo enfurecido lo invitaba a que continuara castigándolo.
Con su guardia zurda e incómoda sabe moverse en el ring, le huye a las ‘bombas’, no le gustan los terrenos minados, pero sobre todo, sabe cómo mantener la distancia exacta para hacer daño y sumar puntos. Entre la fuerza de Beterbiev y la astucia combinada de Bivol con un boxeo más más completo y rápido, salta como favorito para ser el primero en evadir el nocaut de su rival y llevarlo a los 12 asaltos por primera vez en su carrera, mientras Canelo observa desde lejos.