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CARLOS IRUSTA: Boxeo argentino, en sombras

El talentoso Juan Carlos Reveco nada pudo ante el japonés Kazuto Ioka Getty Images

BUENOS AIRES -- Con el último día del año, se fue también una de las últimas esperanzas. Juan Carlos Reveco, uno de los boxeadores con más talento y condiciones de los últimos años, nada pudo ante el japonés Kazuto Ioka, quien retuvo su título mosca AMB por KOT en once asaltos. El “Cotón” Reveco, que intentaba recuperar su corona, cayó con todos los honores, es cierto, pero vuelve a su Malargüe natal, en Mendoza, con su sueño hecho pedazos.

Para el boxeo argentino, lo de Reveco fue un nombre más para engrosar un año de derrotas importantes. Lucas Matthysse, tras ganarle en tremenda batalla a Ruslan Provodnikov, cayó ante Viktor Postol por el título superligero WBC dejando una frase descarnada: “Tuve miedo de quedarme ciego y por eso preferí no levantarme”.

Con César Cuenca pasó algo similar cuando tuvo que defender por primera vez su título superligero FIB ante Eduard Troyanovsky: comenzó a quejarse de un supuesto rodillazo en la cara y mientras decía que “no” con la cabeza -una forma de decir que no podía ver- el referí le contó los diez. “En realidad, el ruso ya no podía más, yo iba a empezar a trabajar a partir de ese momento”, contó Cuenca. “Ya van a ver en la revancha”, expresó.

Y, como se sabe, Sergio “Maravilla” Martínez anunció oficialmente su retiro (aunque en los hechos, no era ya novedad), mientras que Marcos “El Chino” Maidana parece seguir su mismo camino. Aunque se dice que sigue “Deshojando la Margarita” (juego de palabras que tratamos de hacer teniendo en cuenta que es el nombre de su pueblo natal, en Santa Fe). Hoy, casado y con una hija más, y pasado de peso, no da grandes señales de vida.

Omar Narváez perdió ya a fines del 2014, hizo una pelea venciendo en octubre con suma holgura a Diego Pichardo Liriano -había prometido dos- y espera combatir con Naoya Inoue en abril-mayo de 2016, acariciando el difícil sueño de desquitarse de “El Monstruo” como lo llaman al japonés, quien lo destronó del cetro supermosca WBO.

Quedan dos campeones. Uno, Jesús Cuellar, titular regular pluma AMB, que lleva cinco defensas contando las de su interinato, todas efectuadas en los Estados Unidos, en donde ha hecho base, y sumó dos presentaciones en el año, noqueando a Vic Darchinyan en junio y venciendo a Jonathan Oquendo en diciembre. El otro, Víctor Emilio “El Tyson del Abasto” Ramírez, campeón crucero FIB, no ha terminado de convencer a nadie en esta segunda etapa de su carrera, luego de consagrarse monarca interino superando a Ola Afolabi en abril pero igualar en octubre con Ovill McKenzie. No solamente de campeones mundiales vive el boxeo de cualquier país, pero lo realmente grave es que no se avizoran reemplazantes. Está Matías Rueda, Nº 2 del ranking pluma WBO y Nº 10 FIB, que debutó en los Estados Unidos y tiene aspiraciones, más allá de que logró una victoria ante un rival que, dicho con todo respeto, no estaba a su altura.

Diego “La Joya” Cháves se quedó esperando una pelea con Kell Brook -título welter FIB-, pero el combate no se hizo, ni se hará, y nadie le ha dado respuestas a Cháves. Primero era el 24 de octubre, luego por lesión del inglés se postergó sin fecha, y hoy ya el campeón negocia con otro desafiante. Así, “La Joya”, tras medirse a Brandon Ríos y Timothy Bradley, no tuvo ni una pelea en 2015. ¿Qué hace un retador cuando tiene un contrato firmado para una pelea titular y, de pronto, lo sacan de la escena sin mayores explicaciones?

Otro caso similar de larga inactividad, e inexplicable, es la de Sebastián Heiland. Luego de que se lo mencionara como rival de David Lemieux, Gennady Golovkin y Miguel Cotto, entre otros -a pesar de que sorprendiera dado que para semejantes oponentes hace falta que el negocio funcione-, el actual Nº 1 del ranking mediano WBC tuvo solo una presentación en 2015, cuando noqueó a Claudio Ábalos en septiembre.

Además, existen otros promisorios nombres que tuvieron apariciones titulares pero no lograron consagrarse. Tal es el caso de Emanuel Cusolito, el pegador zarateño que libró una dura batalla en septiembre frente a Moisés Flores en Bethlehem, Pennsylvania, pero terminó cayendo en el último round por el título supergallo interino WBA. En otra índole, la aparatosa pero previsible derrota en tres rounds de Matías Vidondo frente a Luis Ortiz por el cetro pesado interino WBC en el Madison Square Garden, y el no menos sorprendente revés de Roberto “Incho” Sosa ante Ioka ampliamente por el mosca WBC en septiembre.

Lo paradójico de la situación -pero que da una idea del panorama que se vive- es que para la Unión de Periodistas de Boxeo de la República Argentina -UPERBOX-, declaró “Boxeador del Año 2014” a Alberto Melián. Brillante esperanza que, por ser “amateur” es una manera de decir, ya que milita en AIBA, ni siquiera pudo clasificar para los Juegos Olímpicos 2016.

Melián, como otros boxeadores argentinos con cierto futuro, optaron por boxear para AIBA, alejándose en forma proporcional de lo que sigue siendo el boxeo “clásico”, o sea, los rings de Las Vegas, el Madison o lo que sea. AIBA, que además de ser un organismo es también una empresa promotora de sus peleadores, los hace firmar contrato para que no peleen para nadie más, lo cual ha inmovilizado a toda una camada de boxeadores. Encima, muchos de estos muchachos han competido internacionalmente frente a boxeadores de mayor experiencia de años y peleas, por lo que, en muchos casos y aún ganando, han librado batallas demasiado duras… Y en sus records figuran más derrotas que victorias, por lo que luego no son fáciles de ubicar a la hora de buscar horizontes internacionales.

Otros, quizás por la misma ambición de buscar objetivos con mayores atractivos, desembarcaron en los Estados Unidos. Se trata de “Team Maidana”, con base en Marina del Rey -próximo a Los Ángeles-, California. Jesús Cuellar -el único campeón mundial con participaciones internacionales de verdad en el actual boxeo argentino-, más Brian Castaño y su hermano Alan, más Fabián Maidana o Javier Maciel, conducidos por Sebastián Contursi, están intentando abrirse paso sumándose a las filas del poderoso Al Haymon. Los Castaño y Fabián Maidana vencieron en todas sus presentaciones. Maciel, luego de pasar un año inactivo tras su mayor triunfo en nada menos que el Garden, sumó un éxito sobre un rival menor y sorprendió al caer en su última actuación.

Mario Arano, a su vez, intenta lo mismo con sus boxeadores -en donde Lucas Matthysse es el número uno- pero se maneja con Golden Boy Promotions. Así, logró que en la fatídica noche de Lucas en Carson con Postol, Marcelino “Nino” López se presentara exitosamente despachando a David Rodela.

Osvaldo Rivero, quien maneja a las principales figuras, incluyendo a Omar Narváez, Juan Carlos Reveco o César Cuenca, ha tenido y tiene contactos con Top Rank, mientras que Mario Margossian, que promueve a Matías Rueda y el paraguayo radicado en Quilmes, Isidro Ranoni Prieto, lleva ya mucho tiempo trabajando con Eddie Hearn en Inglaterra y Félix “Tutico” Zabala en Miami.

A su vez, y de forma independiente, la Liga Metropolitana ha comenzado por las bases, organizando importantes festivales de boxeo amateur en Buenos Aires, pero sin olvidar otras plazas como Mar del Plata o Uruguay, para dar dos casos. No olvidar: es de los clubes de barrio, de los llamados “semilleros” de donde salen las figuras.

Mientras tanto, la Federación Argentina de Box, presidida desde hace más de veinte años por Osvaldo Bisbal, cambia de dirigencia. Bisbal, comprometido abiertamente con AIBA, ya que está convencido de que por ese camino está el futuro, debió dar un paso al costado y dedicarse pura y exclusivamente a esa entidad. Se supone que el próximo presidente, cuando se realicen las elecciones, será Luis Romio, veterano dirigente del amateurismo, más allá de que se presentaría una lista liderada por el juez Héctor Miguel.

A su vez, en forma paralela a la Federación Argentina –único ente oficial que rige el boxeo en el país con representación en los organismos internacionales- también funciona la “Comisión Mundial de Pugilismo”, que sanciona peleas que hasta son válidas por títulos “mundiales”. Aunque en ellas actúen boxeadores que hasta tienen sus licencias oficiales canceladas por la FAB. Sin embargo, y a pesar de que el boxeo es una actividad de altísimo riesgo, esta entidad sigue funcionando sin mayores problemas.

Un dato más: la FAB también controla, supervisa y ordena el boxeo profesional, ya que tiene un importante contrato con TyC Sports -similar al modelo que tenía, con la misma cadena, la AFA dirigida por Julio Grondona-. Se suceden entonces festivales profesionales todas las semanas -a veces más de uno- en donde da la sensación de que es mayor la necesidad del aire televisado que la misma oferta de boxeadores. La Televisión Pública aportó lo suyo, pero levantó un ciclo en donde las figuras no eran, justamente, del primer nivel. A su vez, Mario Arano mantiene su ciclo por DirecTV Boxing, con veladas mucho más esporádicas y de menor visibilidad.

Quedan algunos nombres más, que se espera para 2016 puedan tener grandes desafíos. Jonathan Barros tiene muy cerca una oportunidad mundialista para volver a consagrarse, pero en este caso entre los plumas de la FIB. Rueda, de seguir su paso, podría tener su chance por la WBO en breve. Pero fuera de ellos, más allá de figuras que intenten recuperar reinados, poco parece divisarse.

A la hora de indagar en “lo que se viene”, los prospectos de mayor ascenso en 2015 o de proyección, la búsqueda es más ardua que años atrás. Rápidamente surgirán promesas como las mencionadas del “Team Maidana”, sumado a Marcelo Cóceres, Germán Benítez, Horacio Centeno, Ricardo Villalba, Adrián Verón, Miguel Barrionuevo, Horacio Cabral y Lucas Fernández. Pero la indagación se torna más trabajosa que en generaciones anteriores.

El boxeo femenino sigue pisando fuerte, aunque no cuenta en realidad, con el apoyo masivo del público, salvo algunas excepciones. Reinan Marcela Acuña -sin acción en todo 2015 y cuya corona supergallo WBO se declararía vacante-, Érica Farías -superligero WBC-, Yésica Bopp -totalmente en receso, al menos desde su maternidad de sus cetros minimosca WBA y WBO-, Carolina Duer -lo mismo con el gallo WBO que incluso ya tiene otra monarca, y además en su rol de boxeadora y promotora, un caso excepcional de multifacetismo, ya que también era comentarista del ciclo de la TV Pública-, Débora Dionicius -supermosca FIB-, Daniela Bermúdez -supermosca WBO-, Soledad Matthysse (hermana de Lucas) -pluma WBA y WBC-, Fernanda Alegre -superligero WBO-, Ana Esteche -superligero WBA-, Anahí Sánchez -pluma interina WBA-, Yésica Marcos -supergallo WBA-, Victoria Bustos -ligero FIB- , Paola Casalinouvo -superwelter FIB-, Marisa Núñez -superligero FIB-, Mayra Gómez -gallo interina WBO-, Betiana Viñas -superpluma FIB-, Leonela Yudica -mosca FIB- y Yohanna Alfonzo -ligero WBO-.

¿No serán demasiadas campeonas mundiales, o será que el boxeo masculino no puede crecer?

Preguntas aparte, queda en claro que, si de una buena vez, la gente del boxeo no se reúne a discutir sus problemas en serio, el pugilismo argentino continuará en un tobogán que puede ser muy pronunciado…