Aquel noviembre de 2005, llamaron a la mañana temprano a la casa de este periodista. Era del Luna Park. El motivo, algo insólito: “Tyson quiere saber dónde está la tumba de Monzón”.
Había venido para ser entrevistado por Diego Armando Maradona en el Luna Park. Iron Mike no perdió la oportunidad de preguntar por Monzón. De la misma manera en que Diego amaba al boxeo. El encuentro de ambos fue inolvidable y Mike luego se puso la camiseta de la Selección, regalo de Maradona, y no se la sacó más…
Maradona podía provocar historias como estas. Y, además, le gustaba el boxeo. Llegó a hacer una exhibición con Santos Benigno “Falucho” Laciar en Carlos Paz. Y estuvo entrenando en La Pampa, en el gimnasio de un ex campeón argentino de lujo, Miguel Angel Campanino: “Es un talentoso, todo lo hace bien, hasta boxear” fueron sus palabras refiriéndose al Diego.
Muchos no saben que, en 1981, logró filtrarse en el Caesars Palace de Las Vegas para ver, de pie, y semi escondido, la victoria de Ray Sugar Leonard sobre Thomas Hearns. Por supuesto, era fanático de otro talentoso como Sugar Ray.
En 1979, John Tate, flamante campeón mundial de los pesos completos, vino a la Argentina, invitado especialmente por la revista El Gráfico. Y este cronista fue con Tate a la cancha de Vélez, producir una foto juntos, en una bizarra nota en la que hubo que correr a ambos porque el partido ya empezaba.
Hace poco se vio un video de su época en Boca, donde hacía calentamiento como un boxeador, tirando golpes junto a Carlos Capella, recientemente fallecido y ex rival de Nicolino Locche.
Diego y el boxeo. Se colaba con toda su familia en el Luna Park cada vez que podía, y Juan Carlos “Tito” Lectoure se tomaba la cabeza: “Cuando viene no avisa y hay que encontrarle cuatro o cinco butacas en la primera fila, me vuelve loco”, decía riéndose.
Le gustaba el estilo de Gustavo Ballas, y una vez este cronista lo llevó de la mano hasta los vestuarios del Luna para lograr una foto de ambos, antes de una pelea de Ballas. Estaba totalmente prohibido hacer algo así, pero ¿quién podía negarle algo al Diego?
Cuando Ulises Morales, retador panameño al campeonato mundial vino a combatir en el Luna Park con Sergio Víctor Palma, hizo solamente un pedido: “Quiero conocer a Diego, eso es todo, con eso me conformo…” Y lo llevamos a Argentinos Junior. La sonrisa de Ulises, tras el encuentro, fue más grande que si hubiera ganado el campeonato del mundo.
Pequeños recuerdos para un grande. Excusa para que este cronista tenga la chance de decir que, después de todo, Diego no ha partido.
Diego está vivo, latiendo en el corazón de cada argentino que disfrutó de su arte.