Las tres de la mañana. La ciudad, dormida, está en calma. Poca gente en la calle. Pocos autos en las avenidas. Las tres de la mañana. Para él, comienza una jornada.
A esa hora comienza a trabajar en la recolección de residuos y cuando el reloj marque las 7, emprenderá el regreso a casa.
Agustín Mauro Gauto, campeón sudamericano, Internacional WBO, Latino WBO e Internacional Juvenil IBF, es, también, un obrero más, con su uniforme de Solbayres.
“Gracias a Ariel Cimino –delegado sindical que me ha ayudado mucho y lo sigue haciendo-, y a Dany Salerno tengo este trabajo, porque los tiempos actuales han sido y son muy duros”, dice “El Avión”, uno de los boxeadores más atractivos del boxeo argentino de hoy. “Se me complican un poco los horarios, pero ya estoy acostumbrado. Vuelvo a mi casa de Lanús Oeste, desayuno, descanso y a partir de las 9 y media de la mañana y hasta las 11 voy al gimnasio Gym Power. Después almuerzo, vuelvo a descansar y a las tres y media de la tarde ya estoy en el gimnasio del club Villa Argerich, para entrenar por dos horas… Y asi voy completando los días”.
Durante 2021, Gauto vivió un año movido: se separó de O.R. Promotions para firmar con Chino Maidana Promotions. Y este 31 de diciembre, cuando cumple 24 años, sabe que lo mejor tiene que estar por venir.
Invicto en 17 peleas, todas ganadas, con 12 por KO, solamente efectuó un combate en 2021 y fue en Dusseldorf, el 13 de noviembre, cuando despachó en 2 minutos y 30 segundos a Jaba Memishishi (8-16-1 KO).
“Fue un rival de reemplazo porque el venezolano David Barreto ( 16 victorias, 15 antes del límite y una derrota) tuvo problemas con el Covid. Lo cierto es que todo duró muy poco y ahora supongo que vendrá lo mejor”, afirma quien está número 3 en el ranking WBO de la división de los 48,900 kilogramos (108 libras) en donde reina el puertorriqueño Jonathan “Bomba” González (25-3-1, 14 KO). En su presentación en Alemania, Gauto lo tuvo dos veces por el suelo a su rival hasta que el referí detuvo las acciones.
Casado con Melanie, con quien tienen un hijo, Benjamín, nacido en noviembre 2020, entrenado por su padre Hernán, fanático seguidor del Club Atlético Huracán (si, el de “Ringo” Bonavena) y poseedor de un tremendo gancho de izquierda, Gauto apuesta a un futuro cercano. “Muchos creen que soy un peleador, o un noqueador, pero la verdad es que me siento, ante todo, un boxeador, siempre bien entrenado y tratando de sumar buen repertorio de golpes”, confesó alguna vez. Eso sí, no se descuiden al verlo, porque además de sus tremendos ganchos al cuerpo, tiene un gran temperamento cuando hace falta.
“Si todo sale bien voy a pelear a Dubai en marzo en el festival en donde El Chino Maidana va a presentarse con Yao Cabrera. Creo que también va a estar Brian Arregui y será para nosotros una muy buena vidriera, porque seguramente se va a televisar a todo el mundo”, afirma.
“El 2021 fue un año complicado para todos. En mi caso el cambio de escudería también fue un paso importante, del que prefiero no hablar, porque son cosas que pasan”, afirma este hombre nacido un 31 de diciembre de 1997 en Lanús.
“Estoy satisfecho con Chino Promotions y espero que se me den las cosas. Tuve dos lesiones en la mano derecha y eso también me complicó: una lesión en la muñeca y otra en un nudillo, pero por suerte, eso también está superado. Los que me conocen, saben que nunca le mezquino al entrenamiento, así que sea como sea, siempre estoy listo para pelear”.
Ya se sabe que su padre, Hernán, es quien se ocupa de la parte técnica de sus entrenamientos y de su rincón: supo ser boxeador y cuando Agustín le contó que quería pelear, renació en él ese fuego y se dedicó a entrenarlo. Como aficionado, Gauto realizó 64 peleas con 7 derrotas. Debutó como profesional en septiembre de 2017.
Además de trabajar en la preparación física con Iván Suárez, se suma un nutricionista, Nicolás Matías Díaz. “Argentina tuvo campeones mundiales en peso mosca, pero nunca en mínimo, y a mí me gustaría lograrlo pero es un sueño. Bajar a los 47,630 (105 libras) no es tan sencillo aunque lo parezca, pero todo llegará a su tiempo, si es que se puede. Con Matías nos llevamos muy bien y me viene bárbaro que me dé indicaciones. Por ahora estoy muy bien como estoy, porque tengo un promedio de unos 49 kilos cuando entreno, puedo trabajar bien y a fondo”.
La cita a las 3 de la mañana es en la avenida General Paz y Constituyentes y de ahí, parten los camiones de recolección. “Puede comprarme un autito, así que ahora el viaje desde mi casa en Lanús es mucho más directo y rápido, especialmente a esa hora”, dice. “Igual cuando hay pelea, tengo permiso para entrenarme. Son sacrificios que hay que hacer. A las ocho y media de la noche ya estoy cenando con mi familia y a eso de las 2 y media ya empiezo a salir de casa”
“El trabajo no es demasiado complicado –afirma-, porque primero hacemos desinfección general del camión y luego la recolección de los tachos es mecánica, así que me ocupo de prolijar lo que queda afuera, pero sea como sea, hay que moverse y lo principal es que me permite un ingreso mensual. Hace como diez meses que estoy en este trabajo. Y en estos tiempos es importante”.
Campeón sudamericano mosca (2018), Latino minimosca WBO (2018), Internacional de la Juventud minimosca IBF (2018), Internacional minimosca (2019); ha peleado en Uruguay, México y Panamá. Entrena en el gimnasio del club Villa Argerich y lleva una vida tranquila, esperando solamente su oportunidad.
Actualmente está 7mo en el ranking de la WBA, 5to en la IBF y 3ro en la clasificación WBO de la división de las 108 libras. Todo indica que su camino debería continuar por la Organización Mundial de Boxeo, en donde ya estuvo cercano a pelear por la corona mundial ante Elwin “La Pulga” Soto, hasta que éste fue vencido por Jonathan González.
“Yo sé que se me va a dar este año que empieza, ya van a ver. Sé que esa oportunidad va a llegar y cuando suceda, no la voy a dejar pasar”.
Ajustarse los cinturones, porque el Avión parece estar listo para el despegue. ¡Ah! Y feliz cumpleaños, campeón.