El joven cátcher ha demostrado sus credenciales para quedarse con la posición en el futuro, tras la inestabilidad que han tenido los “Bombarderos del Bronx” en los últimos años.
Llenar la vacante de receptor para cualquier equipo de Grandes Ligas es un reto de muchísima dificultad. El receptor es básicamente el cerebro de la operación defensiva de cada escuadra, no solamente teniendo que encargarse de la organización de la defensa en el cuadro interior, sino de llevar el pitcheo, tratar de convertir bolas en strikes, mantener a los corredores rivales a raya para que no se roben múltiples bases, en especial bajo las nuevas reglas, pero, sobre todo, jugando la posición defensiva que más exigencia física requiere cada vez que se colocan la careta.