Uno de los dichos más trillados para explicar una temporada de la NFL es que, "Es un maratón, no una carrera de 100 metros". Esa frase está muy choteada, pero después de seis semanas no puede ser más cierta. Incluyendo a los equipos que han tenido su semana de descanso, hay 23 de 32 equipos a 1.5 partidos de diferencia de su respectivo líder de grupo. Entre los nueve que están a dos o más partidos tenemos a los Gigantes de N.Y. y Vaqueros de Dallas, Oakland, Denver y San Diego, todos ellos equipos sólidos capaces de vencer a cualquier rival. Hasta el momento veo sólo a dos equipos realmente malos y sin esperanzas: Cleveland por supuesto e Indianápolis.
A los aficionados de San Francisco les quiero decir que comparto su dolor. Han perdido los últimos cinco partidos por 3 puntos o menos, en ocasiones descontando ventajas grandes de sus oponentes. Mis Cuernos Largos de Texas cayeron ante USC, y Oklahoma por 3 y 5 puntos respectivamente. Contra los Sooners fue después de ir atrás 20 puntos a poco más de cuatro minutos del medio tiempo. Es como nadar frenéticamente para morir ahogado en la orilla, pero es señal de dos cosas. La primera es lo duro que son nuestros equipos física y mentalmente, y la segunda la actitud ganadora que se está forjando poco a poco. Contra Washington, los 49ers perdían 0-17 y reaccionaron con la inclusión del novato C.J. Beathard, selección de tercera ronda del draft quien será el titular el resto de la temporada. Estuvieron cerca pero perdieron. Mis Longhorns están jugando con un quarterback que el año pasado estaba apenas en la preparatoria. Recuerdo vagamente a un quarterback de San Francisco que también fue seleccionado en la tercera ronda por un entrenador en jefe novato y que tuvo mucho éxito en la liga. Creo que se llamaba Joe algo…
La noticia triste de la semana fue la lesión de Aaron Rodgers. Como fan de la NFL, me duele ver a super estrellas quedar fuera de acción por el resto de la temporada. La semana pasada fueron J.J. Watt y Odell Beckham. Rodgers sufrió fractura de clavícula cerca del hombro derecho. Existe la posibilidad de que regrese. Este tipo de lesión toma de dos a tres meses en sanar, a veces más si el hueso se rompe en varias partes. Con esto cambia el panorama de la NFC. Con el respeto que se merece Tom Brady, el quarterabck más exitoso en la historia de la NFL, Rodgers es, hoy por hoy, el mejor quarterback de la NFL. Nadie puede hacer las jugadas que Rodgers puede hacer, tan sencillo como eso. Brett Hundley tomará su lugar. Este es su tercer año en el esquema de Mike McCarthy. Lo vi jugar en el colegial con UCLA y su talento es comparable al de Dak Prescott. La gran diferencia a favor de Prescott es que tiene una excelente línea ofensiva y un buen ataque terrestre.
Con la baja de Rodgers, Minnesota es el claro favorito en la NFC Norte. Los Vikingos son un equipo que gana principalmente con defensiva, y fue esta defensiva la que propició la lesión de Rodgers. Hay quienes consideran la tacleada de Anthony Barr como una jugada sucia, de rudeza excesiva. He visto la jugada y he cambiado de opinión varias veces. Por un lado es claro que azota a Rodgers de manera violenta. Por otro lado es su responsabilidad taclear a un quarterback que se distingue por su habilidad para romper tacleadas y ganar yardas extendiendo jugadas.
Que cada quien emita su juicio. Estoy seguro que Mike Zimmer preferiría que Rodgers no estuviera fuera de acción, porque cada coach y cada equipo quieren vencer a sus rivales en sus mejores condiciones, pero si alguien ha tenido que sobreponerse a lesiones es Minnesota. El año pasado sufrieron la lesión grotesca de Terry Bridgewater y este la de Dalvin Cook. Dudo que Sam Bradford pueda regresar por la condición de su rodilla izquierda que ha sido reparada en dos ocasiones. Del lado positivo, a Bridgewater le dieron permiso de practicar con el equipo. Tienen tres semanas para tomar la decisión de activarlo, o ponerlo en la reserva de lesionados.
Hablando de quarterbacks suplentes, con la lesión de Aaron Rodgers surgieron las preguntas sobre si Green Bay debería contratar a Colin Kaepernick. Dudo mucho que un pasador como Kap pueda ser efectivo en la NFL esta temporada, sin importar el esquema de un equipo. Se hablaba que sería buen candidato para Tennessee. Kaepernick llegaría como suplente o tercer quarterback a asimilar cualquier esquema.
¿Vale la pena traer a un mariscal de campo que no ha demostrado consistencia en los últimos años, y que ha sido recalcitrante en su comportamiento? Recién demandó a la NFL por colusión, alegando que los equipos se confabularon para no contratarlo mientras firmaban a jugadores con menor talento. No niego que tenga más talento que muchos suplentes, y uno que otro titular, pero NO es un quarterback franquicia y dudo que pudiera ser un titular aceptable. El carácter y la personalidad de una persona cuentan en cualquier empresa y en cualquier ramo. Gente es despedida constantemente porque absorben energía de sus supervisores. Al final, hay que hacer una evaluación de costo-beneficio, y con Kaepernick, el costo es sumamente alto.
Es alentador ver que todavía existe el orgullo personal en un equipo profesional. Pittsburgh fue humillado en casa por los Jaguares de Jacksonville. Mencioné en la nota anterior que había diferencias en el vestidor. Los problemas internos se discutían en los medios. La solución para los Acereros era enfrentar a Kansas City, equipo al que le tienen tomada la medida. En 2016, los vencieron contundentemente 43-14 en la Semana 4, y luego los eliminaron en el playoff divisional, aun jugando como visitantes.
Ese partido de enero terminó con una jugada de James Harrison forzando un castigo que anuló la conversión de dos puntos que habría mandado el partido a tiempo extra. El domingo tuvo una captura clave contra el mismo tackle izquierdo que cometió ese castigo, Eric Fisher, cuando buscaban empatar el juego cerca del final. Fue una excelente victoria para Pittsburgh, pero tienen que establecer consistencia. Defensivamente mejoraron en contra del segundo mejor ataque terrestre de la NFL. Ofensivamente, al igual que en el partido contra Baltimore, siguieron la pauta marcada por Le’Veon Bell. Big Ben jugó bien pero sin convencer. Tuvo suerte en el último cuarto cuando un pase errático, lanzado contra cobertura doble, fue desviado y le cayó del cielo a Antonio Brown. Van apenas seis semanas de la temporada. Hay tiempo suficiente para mejorar. Bell es una garantía si le dan el ovoide, pero para llegar lejos, Pittsburgh necesita que Ben mejore su rendimiento.
Otro gran ejemplo de orgullo profesional lo dieron los Gigantes. Jugaron sin sus tres receptores titulares cuyos lugares los tomaron Roger Lewis, Tavarres King y Ed Eagan. Tampoco jugaron Olivier Vernon y Jonathan Casillas. Hicieron cambios drásticos que tomaron por sorpresa a Denver. El primero fue que Ben McAdoo le diera la responsabilidad de mandar jugadas a Mike Sullivan, quien es el coordinador ofensivo. El segundo fue reconfigurar la peor línea ofensiva de la NFL. El tercero, y más sorprendente, fue diseñar un plan ofensivo contra la que había sido la mejor defensiva terrestre de la NFL. Eli Manning lanzó tan sólo 19 pases contra 32 acarreos que redituaron 148 yardas. No sé qué tan lejos puedan llegar ahora que no volverán a sorprender a rivales, pero contra un excelente equipo de Denver sacaron la casta.
Algo similar está sucediendo con los Cargadores. En realidad, han sido un equipo que ha estado en la pelea hasta el final en todos sus partidos. Con un mejor pateador en las primeras dos semanas su marca sería 4-2. Antes del inicio de temporada los tenía como uno de los caballos negros de la liga junto con Nueva Orleans. La defensiva ha mejorado y tienen a jugadores de gran talento a la ofensiva como Phillip Rivers, Melvin Gordon, y Keenan Allen. Es un equipo que va a dar muchos dolores de cabeza.
New Orleans abrió la temporada perdiendo sus primeros dos partidos y me llovieron las críticas por haber dicho que podrían ganar su división. Falta todavía mucho camino por recorrer, pero me gusta lo que están haciendo, en particular a la defensiva. Mi argumento en agosto fue que ofensivamente volverían a estar entre los mejores de la liga. Quedaron mal contra Minnesota, pero han recuperado jugadores y están incorporando cada vez más a Alvin Kamara en su plan ofensivo. Mencioné que la defensiva tardaría en cuajar, pero que tenían talento en sus tres unidades. Los 38 puntos que anotó Detroit se le atribuirán a la defensiva, pero 14 fueron resultado de una intercepción y un regreso de despeje que culminaron en touchdwon. Blanquearon a Miami y limitaron a 13 puntos a Carolina. Tienen marca 3-2, un juego atrás de Carolina a quien vencieron a domicilio y son el único equipo esta temporada en ganar tres partidos consecutivos por dos touchdowns o más de diferencia.
Adrian Peterson cometió un gran error al firmar con New Orleans en el verano. Lo hizo para estar cerca de Houston en donde vive su familia, pero era obvia que no encajaba en el sistema ofensivo de Sean Payton. Su talento se estaba desperdiciando. Sabía que era candidato a un canje y veía a Seattle como el mejor postor. No sé si Seattle hizo el intento de obtener a AP, pero Arizona jaló el gatillo. Inmediatamente, una línea ofensiva que había sido mediocre "mejoró" de la noche a la mañana. Bruce Arians no es de los que prefiere correr en lugar de pasar, pero contra Tampa Bay se "montó al carrito de Peterson". Será interesante ver si mantiene esa filosofía. Por lo pronto, AP volvió a ser relevante en una liga a la que le urge tener estrellas que brillen.
Sin más, ¡rumbo a Minnesota!