Bills y Steelers dieron golpes sobre la mesa en la Semana 11, en camino a los playoffs de la Conferencia Americana
Ninguna jornada ha sido tan decisiva para determinar la siembra de postemporada en la AFC hasta el momento, como este domingo de la Semana 11.
Entonces, ¿se ha aclarado el panorama de cara a los playoffs de la Conferencia Americana, después de los triunfos de los Buffalo Bills sobre Kansas City Chiefs y Pittsburgh Steelers sobre Baltimore Ravens?
Bueno, no tan rápido.
En la AFC, nada es igual
En este punto de la temporada, se siente muy redundante hablar de cómo los Chiefs no se parecen mucho, ofensivamente, a los equipos de Kansas City que aparecieron en cuatro de los últimos cinco Super Bowls, conquistando tres --LIV, LVII y LVIII--.
Patrick Mahomes lleva solo dos de 10 partidos en el año sin tirar intercepción, y con el partido de hoy, suma tres encuentros de dos intercepciones cada uno. Ante los Bills, ambos pases robados fueron directamente a manos del rival, uno apenas en el inicio del partido y otro justo en el final.
Tirar doble dígito de intercepciones no es algo fuera de común para Mahomes en una temporada. Pero, la versión que estamos viendo fecha tras fecha en este 2024 se ve muy lejana a aquella del 2018 que tiró 50 pases de touchdown, o aquella versión del 2019-2020 que lanzó apenas 11 intercepciones en esas dos campañas combinadas, o incluso la del 2022, que acumuló 5,250 yardas por aire. La versión actual de Mahomes crea jugadas espectaculares con menor frecuencia que en el pasado, y en cambio, es más proclive a errores, mundanos que serían esperados de otros pasadores, como las dos intercepciones de hoy. Su relación touchdowns/intercepciones de 1.4 en esta campaña es el peor número en sus siete temporadas como titular de Kansas City.
Es cierto, el arsenal a disposición de Mahomes no es el de siempre. Esta noche, apenas pudo completar dos pases para 8 yardas con Travis Kelce, su socio más confiable a lo largo de toda su carrera profesional, dentro y fuera del emparrillado. En cambio, el novato Xavier Worthy y el ala cerrada suplente Noah Gray lideraron el camino para los Chiefs, con cinco pases dirigidos cada uno. La más reciente adición al grupo de receptores abiertos, DeAndre Hopkins, vio cuatro balones en su dirección, atrapando tres para 29 yardas.
Con esa clase de división del trabajo, es impensable suponer que Kelce o Hopkins pueden adueñarse de un encuentro como hemos visto en años pasados. Es bueno poder repartir el ovoide entre múltiples opciones, pero a menudo el fútbol americano se reduce a lo que hacen los jugadores más talentosos con el ovoide en las manos, y para ello, hay que poner, precisamente, el balón en sus manos.
Hasta ahora en la temporada, la defensiva de Kansas City había cargado al equipo. Los Chiefs no habían permitido más de 25 puntos en la campaña, hasta los 30 que cedieron esta noche, incluyendo una escapada terrestre de Josh Allen en cuarta y 2 que terminó por convertirse en anotación de 26 yardas para sellar el resultado, que tiene a muchos entonando cánticos de "¡M-V-P! ¡M-V-P!".
Buffalo estaba más que preparado para el escenario que, al final, terminó decidiendo el encuentro. Con ventaja de 2 puntos en el cuarto periodo, los Bills no podían arriesgarse a conformarse con un gol de campo, y rezar por una detención defensiva en los instantes finales. Para vencer al campeón, hay que noquearlo, y por eso los Bills acertaron en jugársela la cuarta oportunidad que concluyó con el touchdown de Allen. Incluso, fallando esa conversión, hubiera sido una victoria, porque significa que Buffalo ya entendió lo que se requiere para acabar con los Mahomes y los Chiefs, un equipo al que, por momentos, parece que no se le acaban las vidas de videojuego.
Los Chiefs (9-1) mantienen la punta en la carrera por el primer puesto en la siembra de la AFC, pero hoy recibieron un duro recto a la barbilla y se les tambalean las rodillas. No existe esa aura de invencibilidad de otros años. Los Bills (9-2) no lucen, tampoco, como otras ediciones más dominantes, donde podían aplastar semana a semana a sus rivales con la ayuda de Stefon Diggs. Pero sí parecen estar un poco mejor armados en el aspecto mental para lo que puede ser la revancha en la postemporada... una, que cruzamos los dedos para que se dé.
A menos que suceda algo drástico en la recta final de la campaña, Buffalo puede ya ser considerado favorito para una potencial segunda vuelta, sin importar la sede.
En la AFC, todo sigue como siempre
Nada en contra de Allen, y el magnífico desempeño de esta tarde para propinar a los Chiefs su primer descalabro del año, pero todavía le falta para superar a Lamar Jackson como el claro favorito para el premio de 'Most Valuable Player'. Veinticinco pases de anotación contra tres intercepciones, más lo que aporta por tierra, te brindan esa clase de colchón.
Sin embargo, Jackson y sus Ravens volvieron a vivir otro "Groundhog Day", cayendo ante los Steelers. Ahora, contribuyeron dos intentos de gol de campo errados por Justin Tucker, considerado el mejor pateador en la historia de la liga, y el primer balón suelto perdido en tres años --538 toques del ovoide-- para Derrick Henry. Poner este revés a los pies de Jackson simplemente no funciona.
No obstante, y a diferencia de lo que vimos de los Bills, los Ravens necesitan encontrar el modo de, no solo no perder en contra de Pittsburgh, sino de superarlos decididamente, triunfar en un partido que no termine con marcador cerrado... disipar cualquier sombra de duda.
Esa respuesta no la tiene el head coach John Harbaugh, todavía. No la tiene tampoco Jackson, quien sumó su tercera intercepción este día, injustamente, cuando el linebacker Payton Wilson --genialmente-- arrancó el ovoide de las manos del corredor Justice Hill, cuando ambos caían al suelo, en un pase perfectamente colocado.
Lo que ha intentado Baltimore sigue siendo insuficiente. Este domingo, impidieron un solo touchdown de los Steelers, y no permitieron captura de quarterback contra Jackson en todo el día. Marlon Humphrey interceptó un pase terrible de Russell Wilson en las diagonales para negar la posibilidad de una anotación.
Entonces, ¿qué le falta a Baltimore, que llegó al encuentro como uno de los equipos más encendidos en la NFL? Ante los Steelers, los Ravens han demostrado que saben boxear, pero no han aprendido a dar el golpe del nocaut. Apostar siempre a la decisión en las tarjetas no está funcionando.
Afortunadamente para Baltimore (7-4), hay todavía un compromiso pendiente contra Pittsburgh (8-2). Para ganar, habrá que ser, todavía, más agresivos. Si es necesario hacer a un lado a Tucker, así sea. Si es necesario un touchdown por tierra de Jackson en cuarta oportunidad, así sea.
Incluso, fallando la ejecución y quedando nuevamente con la derrota en manos, Baltimore necesita demostrar que han aprendido la lección. Un golpe de nocaut será el único modo en que puedan sacar de su camino a Pittsburgh. Posiblemente, no baste uno para los Ravens en este año, si es que los Steelers se vuelven a atravesar en sus caminos en la postemporada. No se trata de sobrevivir a Pittsburgh, se trata de aniquilarlos.
Los Steelers también tienen circulado en sus calendarios un duelo ante los Chiefs. Lideran a la AFC Norte, y siguen mejorando semana a semana, conforme la posición de quarterback, totalmente renovada para este año, se sigue asentando con más minutos de juego. Pittsburgh ha enmendado bien las rasgaduras causadas en la línea ofensiva por lesiones, y marchan con paso seguro, pero sin hacer demasiado ruido. Sí, los Steelers vuelan bajo el radar, por increíble que parezca.
A diferencia del duelo de arriba, sin importar la sede, en un tercer partido entre Steelers y Ravens en playoffs, tendría que considerarse favorito Pittsburgh, a menos que Baltimore haga algo drásticamente diferente en su cita de la Semana 16.
La carrera por el primer lugar en la AFC no solo está lejos de definirse, sino que está ahora más apretado que nunca. La localía en playoffs no es garantía absoluta, pero es mejor tenerla que no tenerla. Cuatro contendientes levantan la mano por el derecho de recibir todos los partidos de postemporada en casa, y descansar durante la Ronda de Comodines para sanar heridas y recuperar lesionados.
Pero, los cruces que resulten cuando se defina la siembra de la Conferencia Americana, seguramente no decepcionarán. Particularmente, si nos regalan reediciones de los partidos de esta Semana 11.