Dicen que "no es lo mismo 'Los Tres Mosqueteros' que 'Veinte años después'". Soy prueba fidedigna de ese dicho. A mis 58 primaveras, aun estando en condición física más que decente, me cuesta un poco más de tiempo entrar en ritmo, y tardo en recuperarme después de un evento.
Ben Roethlisberger no es la excepción. Hay que considerar los años en la NFL como si fueran años de perro: uno equivale a siete. Catorce temporadas equivalen a 98 años. Esta temporada tardó un poco en entrar en ritmo. Contra Cincinnati tuvo su primer partido de la temporada en la que no recibe captura ni lanza intercepción.
No es coincidencia. Hace apenas dos semanas fueron humillados en casa por el resurgente equipo de Jacksonville y Mike Tomlin, como buen coach de NFL, copió la fórmula de los Jaguares: correr y presionar. En los últimos dos partidos contra Kansas City y Cincinnati, Le'Veon Bell ha recibido 32 y 35 acarreos respectivamente para un total de 313 yardas. A esto hay que sumarle las 70 yardas en pases que ha recibido.
La defensiva, a la cual he criticado duramente, también se ha transformado mostrando más agresividad. Keith Butler, el coordinador defensivo está siendo creativo con sus cargas y la presión que están ejerciendo se está viendo reflejada en el desempeño de los quarterbacks rivales. Alex Smith tuvo su peor partido del año y Andy Dalton no fue efectivo. Joe Haden tuvo su primera intercepción de la temporada, pero su impacto se está reflejando más allá de las intercepciones y pases desviados. Ha sido buen tutor para Artie Burns.
El énfasis en el ataque terrestre y en darle jugadas a Bell ha generado el enfado de Martavis Bryant, típico de un receptor "prima donna" y egoísta. Después de dos excelentes victorias se queja públicamente y exige su despido o un canje. Tiene talento y tarde o temprano lo van a necesitar. Lo que carece es de madurez e inteligencia. Es la tarea de Tomlin lidiar con él y meterlo en cintura. La presión del equipo ya no recae sobre Ben. Está repartida sobre un grupo talentoso de jugadores ofensivos y una defensiva que va a la alza. Ahora la pregunta obligada es, ¿en qué lugar de la AFC habría que colocar a los Acereros? Mi clasificación sería Pats, Pittsburgh y Kansas City.
Colt McCoy es todavía un ídolo en Austin, Texas, ciudad en la que resido. Nos enteramos de su vida y milagros aún ahora que han pasado ocho años desde que fue titular de Texas y cuando es suplente en Washington. Antes del draft, salió un reporte de que rechazó varias ofertas para ser titular en la NFL para regresar a ser suplente de Kirk Cousins. Me pregunto si hay algo más detrás de esa decisión. Al mismo tiempo que decidía quedarse en Washington, Bruce Allen hizo una oferta, no del todo favorable, a Cousins, la cual éste no aceptó. Allen sacó los trapos al sol y la relación entre Cousins y la directiva de Washington deterioró.
Nos comenta John Sutcliffe que esa misma directiva no cree en Cousins. Que no han visto pruebas suficientes para darle el contrato de más de 100 millones de dólares que pide. Kirk ha tendido a arrugarse bajo los reflectores de partidos importantes como el final de temporada 2016 contra Gigantes y el último MNF, partido que tenían que ganar para no perder de vista a Philadelphia. Estadísticamente su actuación no fue mala. Completó el 30 de 40 pases, con tres touchdowns y una intercepción, pero fue capturado cuatro veces. Esos diez pases incompletos fueron en tercera oportunidad, donde falló nueve intentos, siendo uno de estos interceptado y otro terminando en captura. Es en tercera y dentro de la yarda 20 cuando los quarterbacks de élite se distinguen de los que son sólo buenos jugadores. Al final del partido lanzó un pase hacia fuera del terreno de juego en cuarta oportunidad. Es el mismo Cousins que una vez se arrodilló faltando seis segundos antes del descanso estando en la yarda 6 de su rival, coincidentemente Philadelphia, en lugar de clavar el balón para parar el reloj y patear un gol de campo.
En defensa de Cousins, no tiene buenos receptores. La misma directiva que no cree en él no pudo reemplazar adecuadamente a Pierre Garçon ni DeSean Jackson. Firmaron a Terrelle Pryor y a Brian Quick en agencia libre. Josh Doctson está empezando a jugar mejor, pero le falta mucho para ser un primer receptor en la NFL. Volviendo a McCoy, me pregunto si el atractivo que vio en Washington era tomar el lugar de Cousins mientras adquieren a un quarterback en el draft.
Con la victoria ante Washington, Philadelphia se pone al frente de la NFC y la NFL en general. Carson Wentz demostró que tiene el temple para corregir un mal inicio de partido y terminar siendo el factor decisivo de su ofensiva. Del lado negativo, Philadelphia sufrió dos lesiones devastadoras: Jason Peters y Jordan Hicks. Con nueve Pro Bowls en su haber, Peters es debatiblemente el mejor tackle izquierdo de la NFL. Es difícil reemplazar a un jugador de ese calibre, especialmente con la temporada que estaba teniendo. Hicks era clave en el esquema defensivo de Jim Schwartz. Su ausencia no se sentirá tanto como la de Peters, pero la defensiva bajará un escalafón.
Dos entrenadores en jefe me han impresionado gratamente hasta el momento. El primero es novato, Sean McVay de los Carneros de Los Angeles. El otro es Adam Gase de los Delfines de Miami en su segundo año al frente del equipo. L.A. superó ya el número de victorias que tuvieron en 2016. La fórmula es la misma que desde hace dos semanas está usando Pittsburgh, que ha usado Jacksonville toda la temporada, y que implementan Minnesota, Buffalo, Houston y otros: correr y jugar a la defensiva.
La NFL tiende a ser cíclica y parecería que regresamos al estilo de juego de los '70s. Volviendo a L.A., Jared Goff ha sido eficiente esta temporada. Administra bien la ofensiva sin arriesgar mucho. Cuando lo necesitaron, contra San Francisco, respondió con tres touchdowns. Se nota la mano de McVay que no es mucho mayor que Goff. A Gase le podríamos apodar "el mago". Ningún equipo en la NFL juega más feo que Miami, pero están GANANDO. Prefiero mil veces que mi equipo juegue mal y gane, a que de un partidazo y pierda.
Ganar es un hábito, así como lo es también perder. La ofensiva de los Delfines es la peor de la NFL en yardas y la N° 31 en puntos permitidos. Las últimas dos victorias han sido admirables, remontando 17 puntos en Atlanta, y 14 en casa contra Jets. Ni Jay Cutler ni Matt Moore son los quarterbacks del futuro en Miami. No sé si la respuesta sea Ryan Tannehill. En la NFL, los equipos ganadores tienen la combinación de un buen entrenador en jefe y un buen quarterback. Ambos son difíciles de encontrar. Miami por lo menos ya tiene la mitad de lo que se requiere.
El domingo tuvimos la revancha del Super Bowl y no fue nada parecido a lo que vimos en febrero. Atlanta está pasando por un momento de transición con dos coordinadores diferentes. Por alguna razón, a Matt Ryan le cuesta trabajo asimilar un esquema nuevo. En 2015, su primer año con Kyle Shanahan, tuvo una temporada mediocre. Repuntó en 2016 y su desempeño ayudó a la defensiva. Steve Sarkisian es el nuevo coordinador ofensivo, y este ataque no parece estar en ritmo. Después de empezar 3-0, han caído contra tres de la división este de la AFC, Buffalo, Miami y New England. Esta semana viajan a New York a enfrentar a los Jets, cuyo desempeño ha sido admirable a pesar de carecer de talento ofensivo de primer nivel.
Finalmente, grande y obligada la victoria que tuvo Oakland frente a Kansas City. No pudo ser más dramático ese final que incluyó un par de jugadas ejecutadas cuando el tiempo reglamentario había terminado. De perder, Oakland se hubiera rezagado tres partidos del líder Kansas City, y con tres derrotas en la división. Amari Cooper por fin despertó y Derek Carr volvió a ser Derek Carr.
En mi nota previa a la temporada puse a la División Oeste de la AFC como la más competitiva de la NFL con tres equipos calificando: Kansas City, Oakland y San Diego (ooops), Los Ángeles. Los Cargadores empezaron 0-4, perdiendo partidos cerrados por fallas de su pateador contra Denver y Miami, y cayendo en partidos cerrados contra Kansas City y Philadelphia. Llevan tres victorias consecutivas, pero tendrán una prueba muy dura contra Pats. El cierre de temporada no les será nada fácil, pero nadie los querrá enfrentar. Me encanta esta división este año y en MNF tendremos a los Broncos vs los Jefes, ambos en una situación algo desesperada después de haber perdido sus dos últimos partidos. Será gran juego.
Sin más, ¡rumbo a Minnesota!