Una semana más, y otra controversia por una decisión controversial de la oficina de Nueva York que revisa los desafíos de los entrenadores, los balones sueltos, los touchdowns y las jugadas al final de cada tiempo.
Al Riverón, el supervisor de oficiales de la NFL, ha sido criticado injustamente por aficionados y otros miembros de la prensa por aplicar AL PIE DE LA LETRA el reglamento de la NFL respecto a lo que constituye una recepción legal. ¿La razón? Algunas de estas decisiones han favorecido a los Patriotas de New England.
En total, se han revisado 380 jugadas y revertido 173. Esto incluye desafíos de entrenadores, paros del juego por parte de la cabina de NY y análisis automáticos de touchdowns y entregas de balón. Pensar que hay favoritismo hacia un equipo es totalmente ridículo. Riverón y su grupo de asistentes, porque las decisiones son en colectivas, no buscan favorecer a nadie en particular. Por ejemplo, los Pats perdieron un touchdown de Rob Gronkowski en el partido inaugural que al final perdieron contra Kansas City. Al y su equipo buscan que la decisión final sea la correcta, y lo hicieron en las jugadas controversiales de los dos últimos domingos.
Esto es todo lo que voy a escribir respecto a las decisiones de cabina. El tema despierta polémica y pasión, pero no he visto nada que me haga pensar en favoritismo.
A una semana del final, quedan pocos puestos disponibles para los playoffs. Hagamos un repaso.
En la AFC, New England, Pittsburgh, Jacksonville y Kansas City son campeones de división. Por el momento, Baltimore y Tennessee están adentro. Los Cargadores de Los Angeles y Buffalo todavía tienen esperanzas.
En la NFC, Philadelphia, Minnesota y los Carneros de Los Angeles son campeones. New Orleans y Carolina están clasificados, y uno de ellos ganará su división. Queda sólo un boleto que disputan Atlanta, quien controla su destino, y Seattle, quien necesita ayuda.
Anticipo que el sistema de desempate terminará decidiendo quién se queda y quién se va, por eso aquí les dejo el link.
Una manera de evaluar las posibilidades de cada contendiente es viendo cuáles equipos son más completos. De todos los clasificados y contendientes arriba mencionados, Pittsburgh es el equipo que tiene el mejor talento a través de sus líneas y por mucho. Si cada equipo juega al nivel de su talento, Pittsburgh debe debería conseguir el segundo anillo para la mano derecha. No es ni siquiera apretada esta observación.
Si asignáramos calificaciones a los equipos en base al nivel de talento, Pittsburgh tendría un 9; Minnesota, New Orleans, Carneros y Carolina, un 7; Pats, Philadelphia, y Jacksonville un 6. El resto de los aspirantes a postemporada tiene 5 o menos. La diferencia en la NFL serán los entrenadores en jefe.
No creo que tenga que gastar mucha tinta en explicar por qué Bill Belichick está en un nivel y el resto de la NFL en otro. Este martes los Pats firmaron a James Harrison. La contratación tiene mucho sentido. Harrison, que es de los jugadores defensivos más inteligentes que hay. Aportará todos y cada uno de los secretos, tendencias, puntos fuertes y débiles del esquema defensivo de los Acereros. Lo hará también con gusto, y con desdén a los años de gloria, sangre, sudor y lágrimas que pasó en la ciudad del acero. Pocos jugadores tienen el orgullo profesional de Harrison, quien fue fundamental en la conquista del sexto anillo. Su intercepción regresada para touchdown al final del primer tiempo del Super Bowl XLIII, tuvo un impacto de por lo menos 10 puntos. Ese partido lo ganaron por diferencia de 4.
El equipo le mostró la puerta de salida sin considerar lo que les aportó Harrison y sin tocarse el corazón. Había opciones de sobra en el plantel para poder activar a Marcus Gilbert. Harrison todavía es capaz de presionar a quarterbacks rivales, algo que le urge a los Pats. Tampoco es seguro que enfrenten a Pittsburgh en postemporada. No será titular, pero entrará en situaciones de pase y anticipo que será factor importante y podrá contribuir como lo hizo Chris Long en 2016.
Después de Belichick viene Sean Payton, otro de los tres que han ganado el Super Bowl. Payton tiene una gran imaginación ofensiva, pero a diferencia de Belichick, que intercede en las tres fases del juego, se especializa en la ofensiva. Mike Zimmer es su contraparte. Los Vikingos llegan con la mejor defensiva de la NFL, quizás no estadísticamente, pero sí en la práctica. Un equipo con buena defensiva siempre tiene la oportunidad de ganar. Ofensivamente tienen buenos jugadores y un quarterback capaz de operar el sistema ofensivo de Pat Shurmur.
Case Keenum ha sido una revelación, pero no ha demostrado todavía que puede echarse el equipo a sus hombros en momentos de apremio. Aún con Keenum, los Vikingos se perfilan como el equipo más fuerte de la NFC, con la posibilidad de jugar todos sus partidos de playoff en casa.
Otros de los head coaches son capaces. De no serlo, sus equipos no habrían calificado. Sean McVay es el que más me intriga. Dicen que los equipos toman la personalidad de su head coach y no hay nada más cierto. McVay es agresivo, innovador, inteligente y un gran motivador. Así es como juegan los Carneros. Me ha impresionado la manera como ha usado a Todd Gurley, quien podría ser el Jugador Más Valioso de la NFL, y cómo ha desarrollado a Jared Goff, quien bajo Jeff Fisher caía como de un avión sin paracaídas. La defensiva es capaz de dar grandes partidos, pero ha sido inconsistente.
Doug Marrone de Jacksonville es el único head coach que haya visto renunciar de un equipo prometedor después de una temporada ganadora. Cuando parecía que Buffalo repuntaría después de terminar 9-7 en 2014 con Marrone, este decidió dejar al equipo porque no estaba de acuerdo con el dueño nuevo y con la directiva. Vaya que se necesita valor para tomar este tipo de decisión. En Jacksonville le dio el primer título en la División Sur de la AFC a los Jaguares. El equipo del que siempre se decía sería el del próximo año, arribó esta temporada. La gran duda es Blake Bortles, quien había sido el mejor quarterback de la NFL en diciembre hasta que se topó con la defensiva de los prometedores 49s de San Francisco este domingo y fue interceptado tres veces.
A Philadelphia le urge usar a sus titulares en la Semana 17, aun cuando hayan ya asegurado ser el sembrado N° 1 de su conferencia. Después del juego contra los Gigantes, parecía que la defensiva, en particular contra el juego aéreo, sería el punto débil. Aunque forzaron cinco entregas, volvieron a cometer los mismos errores de la semana anterior, siendo vulnerables a fintas dobles de los receptores en las que amagan una ruta corta para después ir profundo tan pronto muerde el anzuelo el esquinero.
Contra Oakland, cuya defensiva ha sido cuando mucho mediocre este año, no pudieron hacer mucho ofensivamente. El mejor equipo de la NFL en tercera oportunidad pudo convertir en sólo uno de 14 intentos. Nick Foles no estuvo en ritmo con sus receptores. De 38 intentos de pase lanzó sólo 14 a receptores y completó cinco. Foles jugó bien contra NYG lanzando cuatro touchdowns sin intercepción. Ha sido un quarterback capaz durante su carrera, pero tendrá que jugar mejor para que su equipo tenga posibilidades de llegar lejos en playoffs. La responsabilidad de repuntar el barco le toca a Doug Pederson quien es de los candidatos a ser el entrenador del año. Es difícil evaluar a Pederson en sólo dos años como head coach. Ciertamente ha rebasado las expectativas pero, ¿podrá compensar la baja de Carson Wentz? La evidencia en este momento dice que no, pero les falta un juego muy valioso que les podría ayudar a regresar al camino de la consistencia.
Kansas City es similar a Philadelphia. Pederson está en la NFL gracias a Andy Reid y ha seguido su pauta en sus inicios como head coach. La diferencia es que la defensiva de los Jefes no convence. Dependen en gran parte de robos de balón para ganar sus partidos, y los robos de balón son imprevisibles. Reid ha demostrado en 18 años de head coach en ser alguien que arma equipos de excelente nivel, pero incapaces de dominar a la hora de la verdad.
En defensa de Reid, nunca ha tenido un quarterback de élite. Donovan McNabb y Alex Smith han sido ciertamente capaces, pero ninguno fue, o ha sido de primer nivel. Todo parece indicar que enfrentarán a Baltimore, un equipo capaz de vencer a cualquiera de los calificados en la AFC. John Harbaugh ha demostrado ser un coach que le puede competir y vencer a Belichick y los Pats a quienes han eliminado en dos ocasiones. De clasificar, los Cuervos serán el equipo que nadie quiere enfrentar en la AFC. Carolina, sería su equivalente en la NFC. También un equipo con una defensiva dura, pero con un ataque inconsistente, principalmente en el juego aéreo.
Lo que nos lleva a Pittsburgh, el equipo más talentoso. Es difícil criticar lo que ha hecho Mike Tomlin. Año tras año están en la pelea. Con Tomlin han llegado a dos Super Bowls y han ganado uno. En 2015, eran para mí el mejor equipo de la NFL, pero bajas a Le'Veon Bell y Antonio Brown en playoffs les afectaron. Aún sin ellos, estuvieron cerca de vencer a Denver, el eventual campeón en su casa, cuando ganaban en el último cuarto antes de tener un balón suelto cuando buscaban liquidar el partido.
Los Acereros son otro equipo cuya personalidad refleja la de su entrenador. Tomlin comanda con pasión e intensidad, pero le falta frialdad en momentos de apremio. Su pasión lo lleva a tomar decisiones cuestionables como tratar de sorprender a los Patriotas con la jugada de amagar clavar el balón para después lanzar. El resultado fue una intercepción que les costó el partido. Pittsburgh tiene con qué arrollar a todos los clasificados a la postemporada, y también a los que son por el momento candidatos, pero Tomlin tendrá que ir en contra de la corriente y ser frío, planeador y calculador para poder hacerlo.
Sin más, ¡rumbo a Minnesota!