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Nos esperan cerrados Juegos de Campeonato de Conferencia

Dudo que exista algún otro deporte en el que la experiencia, conocimiento, y atención a los detalles pequeños tenga tanto impacto en lo que sucede en el terreno de juego, que en el fútbol americano. A partir de 1993, la NFL impuso un límite de nómina a los equipos. Esto ha nivelado hasta cierto punto el talento de los equipos. La diferencia es que el límite de nómina no incluye a los entrenadores en jefe ni a sus asistentes. Equipos pudientes pueden ofrecer millones y millones a un entrenador en jefe cotizado, y éste puede armar un equipo de asistentes élite.

Recuerdo varios principios que enfatizaba Bill Parcells durante los cinco años que pasé con él con los Gigantes de NY. Tres me vienen a la mente que tienen alta relevancia para evaluar lo sucedido en la ronda divisional: 1) "La responsabilidad del entrenador en jefe es poner a sus jugadores en la mejor situación para ganar"; 2) "Un entrenador en jefe hizo su trabajo cuando el equipo jugó por lo menos al nivel de su talento"; y 3) "Nunca se relajen durante el partido porque no se sabe cuándo va a ocurrir la jugada que puede definir el resultado". Vaya que vimos jugadas que fueron definitorias esta semana.

Los juegos del sábado siguieron el curso anticipado. El primero fue un duelo defensivo entre Atlanta y Philadelphia, y el segundo un dominio total de los Patriotas ante un equipo de Tennessee que se coló a los playoffs, pero cuyo nivel estaba muy por debajo de los otros siete finalistas.

La defensiva de Atlanta fue de las mejores en el cierre de temporada. Podemos especular cuál habría sido su rendimiento de haber enfrentado a Philadelphia con Carson Wentz, pero ellos no escogen al rival ni a los jugadores en turno. Esta unidad más que cumplió poniendo a su ofensiva en posición de ganar el partido.

Philadelphia aprovechó una de esas jugadas imprevisibles que terminan marcando la diferencia cuando un pase de Nick Foles, que fácilmente pudo haber sido interceptado, rebotó en la rodilla a Keanu Neal y le cae del cielo a Torrey Smith, quien lo toma y llega a la yarda 50. Poco después pudieron convertir un intento de gol de campo que al final obligó a Atlanta a jugársela en cuarta y 2 de la yarda 2. La jugada que seleccionaron en esa situación ha sido debatida por varias razones: 1) Atlanta manda a sólo tres receptores en trayectoria siendo uno de ellos Derrick Coleman, un fullback que se alineó como receptor. 2) Matt Ryan se desplazó hacia su derecha lo cual limitó sus opciones de pase; y 3) erraron al anticipar una carga de Philadelphia que presionó sólo con cuatro en esa jugada.

Otra frase de Parcells es que "Jugadores grandes hacen jugadas grandes en los momentos críticos". A mí no me incomodó la jugada que mandaron. Al final, el partido quedó en las manos, literalmente, de los dos mejores jugadores ofensivos de los Halcones, Matt Ryan y Julio Jones. Jones es un jugador élite, pero por alguna razón este año fue pésimo dentro de la yarda 20. De 18 pases que le mandaron a las diagonales, completó sólo uno. En esta jugada primero se resbala y luego se le va el pase entre las manos. Aún, de haberlo atrapado, dudo que hubiera tenido ambos pies dentro del campo reglamentario.

En Atlanta piden el despido de Steve Sarkisian, el coordinador ofensivo. Dudo que Dan Quinn cambie de coordinador dado lo que pasó en 2015, el primer año de Kyle Shanahan. Matt Ryan tuvo uno de sus peores años bajo la dirección de Shanahan, pero la siguiente temporada, fueron la mejor ofensiva de la NFL. El talento es el mismo, y podrían regresar la mayoría en 2018. No descarto la posibilidad que suceda lo mismo con Sarkisian que lo que sucedió con Shanahan. De ser así, Dan Quinn podría tener dos unidades de primer nivel y ser candidatos a ganar el Super Bowl LIII.

En Foxborough no hubo drama, bueno, un poquito en el primer cuarto cuando Tennessee anotó en una serie ofensiva de 95 yardas para abrir el marcador. En esa serie mostraron todas sus cartas. Bill Belichick y Matt Patricia ajustaron.

Brady volvió a ser Brady y la ofensiva pudo hacer lo que quiso, en particular con pases a corredores y a Rob Gronkowski. Una vez que se rezagaron los Titanes, el juego fue de trámite. La línea ofensiva de Tennessee no pudo con la presión. No hubo variantes de parte de Terry Robiskie, y eso pienso que fue la causa de la salida de Mike Mularkey este lunes.

Se comentó que Amy Adams, dueña del equipo, le ofreció una extensión de contrato a Mularkey después de la victoria contra Kansas City. La situación cambió con la derrota humillante ante Pats. Mularkey y Adams decidieron de común acuerdo que sería mejor que Mularkey dejara al equipo. No conozco los detalles, pero he visto, a través de muchos años en la NFL y como analista, que cuando un entrenador en jefe deja su puesto "de común acuerdo", es cuando rechaza un mandato de cambiar de asistentes. Esta es una especulación de mi parte, pero está basada en situaciones similares que se dieron en el pasado. Robiskie y Dick LeBeau tuvieron trayectorias largas y brillantes en la NFL, pero a todos nos llega el momento de decir adiós y darle paso a otras personas con juventud, energía y conceptos nuevos.

En Pittsburgh sucedió lo que me temía hace varias semanas. El equipo con el mejor talento en la NFL perdió en casa por varias razones, todas y cada uno atribuibles a Mike Tomlin. Me sorprendió la declaración de Tomlin en la semana previa al partido de Green Bay de que estaban ya pensando en el partido contra New England de la Semana 15. Faltaban todavía partidos contra los Empacadores, Cincinnati, y Baltimore. Pittsburgh sufrió en todos y cada uno de ellos para después caer contra los Pats. El margen TOTAL de victoria de esos TRES partidos fue de sólo siete puntos.

Dos días después de perder contra Pats, escribí que veía el comienzo del final de este grupo de Pittsburgh. Mencioné que tenían un bloqueo mental con New England, y que dudaba que llegaran al campeonato de conferencia. No me sorprendió la manera de perder contra Jacksonville. Días antes del partido hubo comentarios de Le'Veon Bell acerca de su contrato y de que tendrían revanchas en semanas consecutivas. Mike Mitchell se mofó de Jacksonville y alardeó que al final del encuentro los Jags conocerían su nombre.

Un equipo refleja la personalidad de su entrenador en jefe, y lamentablemente, esa es la personalidad de Mike Tomlin. Es fanfarrón y temerario y así juega su equipo. Los Jags son un equipo diseñado para proteger ventajas. Antes de enunciar Godinovich, el marcador ya estaba 21-0 a su favor. Pittsburgh peleó hasta el final y pudieron ganar gracias al talento de Ben Roethlisberger y su elenco.

Mencioné también en la nota del 19 de diciembre que Ben podría optar por el retiro de no avanzar al Super Bowl. Espero que no. El domingo vimos su genialidad. En realidad, la defensiva de Jacksonville fue imponente aunque las estadísticas digan lo contrario. Salieron a jugar cubriendo en zona la mayoría del partido para tratar de evitar pases profundos y anotaciones rápidas. Ben lanzó para 469 yardas y cinco touchdowns. Cuatro de esos pases fueron en jugadas que niños usan cuando juegan en los parques: "corre profundo y te lanzo el pase". Pocos jugadores en la NFL habrían podido ejecutar los pases de anotación que completaron Antonio Brown (2), Martavis Brown y Le'Veon Bell. El otro touchdown fue en una escapada de Ben lanzando un pase hacia atrás.

Dicen que no hay defensa contra un pase perfecto y Ben lanzó cuatro pases perfectos para anotación en jugadas bien defendidas por Jacksonville. A pesar de estar atrás 21 puntos en dos ocasiones, Pittsburgh estuvo atrás por sólo 7 puntos a 2:18 del final y con dos tiempos fuera a su disposición.

Tomlin optó por intentar una patada corta, las cuales tienen un porcentaje de éxito de aproximadamente el 12 por ciento. Fallaron y le dieron excelente posición de terreno a Jacksonville que resultó en 3 puntos y una desventaja de 10. Esta decisión, más que la selección de jugadas en cuarta y 1, fue determinante en la derrota de los Acereros.

Mucho mérito de Jacksonville que hizo su partido y sobrevivió en el segundo tiempo. Entiendo la tristeza y frustración de los fans de Pittsburgh. Muchos piden el despido de Tomlin. No dará, por lo menos este año. Tomlin es buen entrenador y su récord de 116-60, en once años, lo refleja. Desarrolla jugadores y los hace rendir. Es su temperamento y sus decisiones los que le han costado campeonatos. Al final, perdió la fe en su defensiva, y no tomó una decisión lógica en la patada corta. Es cierto que habían sufrido para frenar a Jacksonville, pero vale preguntar, si esa es la situación, ¿prefieres poner a tu floja defensiva dentro de tu propio terreno, o en la yarda 25 del rival? "Debes poner a los jugadores en la mejor situación para triunfar". Existe la remota posibilidad de que Tomlin aprenda de esta experiencia y que cambie. De darse ese milagro, este equipo tiene talento para ganar otra vez el Super Bowl.

New Orleans y Minnesota nos dieron un partido para la memorable que culminó con una de las jugadas más dramáticas en la historia de los playoffs de la NFL. Fue un partido de dos mitades con Minnesota dominando el primer tiempo y New Orleans respondiendo en el segundo. Drew Brees fue excelente, pero eso se espera de Brees. Minnesota controlaba el partido con una ofensiva conservadora pero eficiente, y una defensiva que dictaba condiciones. Eso cambió con la conmoción sufrida por Andrew Sendejo faltando 1:28 en el tercer cuarto y ganando 17-0. Sendejo había interceptado a Brees y había descifrado las combinaciones de rutas de los Santos. Sin Sendejo en la secundaria de los Vikingos, Brees atacó sin misericordia y en dos ocasiones remontó marcador. La última vez, con 25 segundos en el reloj.

Case Keenum, quien con la excepción de un error que terminó en intercepción, dio un partido sólido. En ese momento tenía sólo un tiempo fuera disponible. Una serie ofensiva que empezó con un castigo, terminó con un pase de touchdown improbable a Stefon Diggs sin tiempo en el reloj. Marcus Williams, el safety de New Orleans que interceptó a Keenum, se fue en blanco a la hora de taclear y tumbó a un compañero que pudo haber perseguido y derribado a Diggs. Sean Payton pidió un tiempo fuera antes de la ejecución de la jugada para cerciorarse que cada jugador sabía cuál era su responsabilidad y recordarles que no cometieran interferencia de pase.

Después del partido, Williams aceptó su error diciendo que había llegado un poco antes al punto de la recepción y que esquivó a Diggs para no cometer un castigo que hubiera permitido un intento de gol de campo como de 52 yards. En esta ocasión, el jugador estaba en la mejor situación para tener éxito, pero erró en su decisión.

Los errores son los mejores maestros que podemos tener, y TODOS cometemos errores. Cómo respondemos a la adversidad es lo que al final marca la diferencia en nuestras vidas.

Es una lástima que el público, a través de redes sociales, esté acosando a Williams al grado que tuvo que cancelar su cuenta de Instagram. Pero esos son los tiempos en los que vivimos. El reto de Sean Payton, es rescatar mentalmente a Williams. Hablé con Bill Parcells al respecto. En el playoff divisional de 1989, nuestro equipo perdió con un pase profundo a Flipper Anderson con Mark Collins en cobertura. Mark, que tenía su locker junto al mío, estaba devastado emocionalmente. El año siguiente, Mark Collins fue pieza clave en el campeonato de conferencia neutralizando a Jerry Rice que terminó con sólo tres recepciones para 30 yardas. Collins fue clave en la victoria una semana después contra Buffalo. Confío que Payton hará lo mismo con Williams quien podría convertirse en uno de los mejores safeties de la liga. El problema es que bajo el actual contrato laboral colectivo, el contacto de los entrenadores con los jugadores fuera de temporada es muy limitado.

Quedan cuatro equipos cuyos quarterbacks son Tom Brady, Blake Bortles, Case Keenum y Nick Foles. Brady ha jugado 35 partidos de playoffs y ha ganado cinco Super Bowls. Los otros tres, han jugado un TOTAL de cinco veces en postemporada. Uno pensaría que no tiene caso seguir con los playoffs y que la NFL debería otorgar el Vince Lombardi a los Pats. No estén tan seguros. Por más disparidad que parezca existir, Jacksonville tiene excelentes posibilidades de avanzar.

Hagamos un ejercicio simple. Cataloguemos a los quarterbacks empezando con el mejor. Para mí, serían 1) Tom Brady, 2) Case Keenum, 3) Nick Foles, y 4) Blake Bortles. Si clasificamos los equipos por nivel de talento SIN incluir al quarterback, serían 1) Jacksonville, 2) Minnesota, 3) Philadelphia, y 4) New Inglaterra. Si sumamos ambas clasificaciones tenemos Brady/Pats y Bortles/Jags con cinco puntos y a Keenum/Minnesota con una ligera ventaja sobre Foles/Philadelphia. Así veo de parejos los dos partidos de campeonato.

Minnesota vs Philadelphia será un partido muy cerrado. Si regresa Andrew Sendejo del protocolo de conmoción, vería a Minnesota ganando este juego. La ventaja de talento es mínima y se podría contrarrestar con la localía.

En el otro campeonato vamos a ver si pesa más tener un quarterback de élite, o un equipo más talentoso. Jacksonville no tendrá que enfrentar a receptores excepcionales como los de Pittsburgh. Anticipo que harán más coberturas individuales como lo hizo Miami en el partido de "Monday Night Football" de la Semana 14, contra Pats. Myles Jack es capaz de cubrir a Gronk.

Otro factor importante es la presión. Tom Brady perdió dos Super Bowls contra equipos de los Gigantes que le llegaban constantemente con sólo la línea defensiva. Miami hizo lo mismo en "MNF". Le pedí al equipo de investigación y estadística de ESPN que me pasara un reporte de cómo se había desempeñado Brady en campeonatos de conferencia y Super Bowls contra equipos que habían logrado 45 capturas o más en una temporada. Brady ha jugado en once finales y siete Super Bowls. En siete partidos contra equipos con que tuvieron 45 capturas o más, Brady tiene marca de 4-3, con siete touchdowns, cinco intercepciones y ha sido capturado en 17 ocasiones. En los otros once, su record es 8-3, con 43 touchdowns y 12 intercepciones, sufriendo sólo 16 capturas.

Brady, como todo quarterback que ha jugado en la NFL, es susceptible a la presión, sobre todo si le llega con sólo cuatro. Esta es la especialidad de "Sacksonville". La clave para los Jaguares será no rezagarse como lo hizo Tennessee. Para los Pats se aplica el dicho que "cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon la tuyas a remojar". Este no será un juego tan fácil como lo pronostican en Las Vegas, no contra un equipo en donde figura Tom Coughlin.

Sin más, ¡rumbo a Minnesota!