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¿Cuánto optimismo debe sentir Cleveland tras sus recientes movimientos?

Los Cleveland Browns acapararon los titulares durante el fin de semana con una serie de canjes que tomaron por sorpresa a la liga.

Adquirieron al mariscal de campo Tyrod Taylor de los Buffalo Bills a cambio de la primera selección de la tercera ronda (N° 65 global), al receptor abierto Jarvis Landry de los Miami Dolphins a cambio de dos selecciones de draft (el primer turno de la cuarta ronda del 2018, N° 101 global; y una de séptima ronda del 2019), y al esquinero Damarious Randall de los Green Bay Packers a cambio del quarterback de segundo año DeShone Kizer, y un intercambio de selecciones de cuarta y quinta ronda de los equipos que permite a los Packers ascender posiciones en ambas vueltas.

Asimismo, el equipo envió al tackle nariz Danny Shelton y una selección de quinta ronda del 2018 a los New England Patriots a cambio de una selección de tercera ronda del 2019.

Sobre el papel, la serie de movimientos luce positiva. El equipo suma a un quarterback con una selección de Pro Bowl, un receptor abierto con tres selecciones de Pro Bowl, y a un esquinero titular, al tiempo que se desprende de un liniero defensivo que supuestamente no se ajusta al esquema defensivo 4-3 del coordinador Gregg Williams, así como un mariscal de campo que supuestamente no iba a tener cabida en el equipo después del draft, después de un año de haber sido reclutado en la segunda vuelta con una selección obtenida un año antes en un canje de primera ronda con los Tennessee Titans.

Por si fuera poco, los Browns todavía poseen la primera y cuarta selección en la primera ronda, y la primera, tercera y última en la segunda ronda.

Todo indica que entre el trabajo realizado por Sashi Brown --ex vicepresidente ejecutivo de la franquicia-- adquiriendo capital de draft para este año, y la labor realizada por John Dorsey --actual gerente general-- con los movimientos de este fin de semana, Cleveland está listo para dejar atrás la miserable racha de 1-31 que acumulan bajo el head coach Hue Jackson.

Pero, ¿en verdad es así? Después de todo, estamos hablando de los Browns.

Sí, es cierto que Brown acumuló un capital de draft impresionante, y Dorsey ha invertido parte de ello en concretar algunos canjes que, sobre el papel, ayudarán bastante al equipo. No obstante, esto ya lo vimos antes.

Los Browns se han convertido en expertos en amasar capital importante de draft para luego devaluarlo en canjes, tal y como acaba de ocurrir con Kizer y Shelton. Cleveland pagó una selección de segunda ronda por un quarterback que desecharon a cambio de un esquinero que, si bien posee experiencia como titular, jamás hubiera costado una selección de segunda ronda en un canje directo, y ya ni mencionamos que Cleveland también baja en el orden de draft en dos rondas como parte del acuerdo. Cleveland invirtió una selección de primera ronda (N° 12 global) en Shelton antes de convertirlo, junto con una selección de quinta ronda, en una de tercera ronda de los Patriots.

Previamente, el liniero ofensivo Cameron Erving costó a los Browns una selección de primera ronda (N° 19 global, siete turnos después de Shelton en el 2015), antes de diluirlo en una selección de quinta ronda del 2018 de los Kansas City Chiefs antes de arranque de la pasada temporada. En ese mismo año, los Browns pagaron una selección de tercera ronda por el tackle defensivo Xavier Cooper, quien fue cortado en septiembre pasado.

En el 2014, los Browns también gozaron de dos selecciones de primera ronda. Entregaron la primera por el esquinero Justin Gilbert (N° 8 global) y la segunda de ellas en el quarterback Johnny Manziel (N° 22 global). Ninguno de los dos duró más de dos temporadas en el equipo --¿se va notando una tendencia aquí?--. Gilbert --quien a la postre había costado una selección adicional de quinta ronda a los Browns, gracias a un canje de día de draft para ascender un escalón-- fue enviado a los Pittsburgh Steelers a cambio de una selección de sexta ronda del 2018, y cumple una suspensión por un año por violar la política de abuso de sustancias, mientras que Manziel --quien a su vez costó una selección adicional de tercera ronda cuando los Browns ascendieron cuatro puestos en el orden por el pasador-- fue liberado directamente. En ese mismo año, Cleveland pagó una selección de tercera ronda por el corredor Terrance West, pero fue canjeado a los Titans a cambio de una selección condicional de sexta vuelta del 2016 en septiembre del 2015.

Un año antes, en el 2013, los Browns seleccionaron sexto global al apoyador externo Barkevious Mingo, quien solamente duró tres campañas con el club antes de que, naturalmente, lo canjearan por una selección de quinta ronda del 2017 de New England. ¿Su recluta de tercera ronda de ese año? El esquinero Leon McFadden aguantó apenas una temporada en Cleveland antes de ser cortado.

En el 2012, para variar, los Browns eligieron dos veces en primera ronda. El corredor Trent Richardson fue reclutado en el tercer turno global --luego de ascender en el orden de selecciones un peldaño y pagando selecciones adicionales de cuarta, quinta y séptima ronda a los Minnesota Vikings para ir por él-- mientras que el quarterback Brandon Weeden salió con el turno N° 22 de la primera vuelta. Curiosamente, los Browns no perdieron tanto cuando canjearon a Richardson a mediados de su segunda campaña profesional; los Indianapolis Colts pagaron una selección de primera ronda del 2014, una que más tarde se traduciría en "Johnny Football". Con respecto a Weeden, fue liberado tras dos años en Cleveland.

¿Y en el 2011? Los Browns cedieron el sexto turno global a los Atlanta Falcons --uno que se convertiría en el receptor abierto Julio Jones-- a cambio de un número importante de selecciones, entre las cuales la N° 21 global de este año fue para el tackle defensivo Phil Taylor, quien fue cortado por el club antes del arranque de su quinta campaña con el club. Otra de las selecciones que recibieron en el canje con Atlanta se convertiría en Weeden al año siguiente. En la segunda ronda, con el turno N° 59 global y también como parte del botín por Jones, los Browns eligieron a Greg Little, quien solamente duró tres campañas con la franquicia antes de ser cortado.

Otras selecciones altas de draft que se quedaron muy corto respecto a sus expectativas incluyen al corredor Montario Hardesty (segunda ronda 2010, dos años con el equipo, cortado), el quarterback Colt McCoy (tercera ronda 2010, tres años con el equipo, canjeado a los San Francisco 49ers junto a una selección de sexta ronda por turnos de quinta y séptima vuelta), el receptor abierto Brian Robiskie (segunda ronda 2009, tres años con el equipo, cortado), el ala defensiva David Veikune (segunda ronda 2009, un año con el equipo, cortado), el quarterback Brady Quinn (primera ronda 2007, tres años con el equipo, canjeado por una selección de sexta ronda y una selección condicional de séptima ronda, además del corredor Peyton Hillis), el receptor abierto Travis Wilson (tercera ronda 2006, un año con el equipo, cortado), y el quarterback Charlie Frye (tercera ronda 2005, tres años con el equipo, canjeado por una selección de sexta vuelta).

Y todavía no contamos al receptor abierto Josh Gordon, quien costó a los Browns una selección de segunda ronda en el draft suplementario del 2012 y fue elegido al Pro Bowl del 2013, antes de caer en una pronunciada espiral descendente que le vio perderse 54 partidos a lo largo de los siguientes cuatro años por suspensiones de la liga. Gordon regresó a la acción a mediados de la campaña pasada, y aunque no lució mal, está a una prueba positiva de no volver a jugar en la liga.

Y por si fuera poco, a esa larga lista, podría sumársele muy pronto el receptor abierto Corey Coleman, recluta de primera ronda del 2016 (N° 15 global). El primer jugador seleccionado en el mandato del ahora "celebrado" Brown --por aquello del capital de draft que acumuló para Cleveland-- ha sido un fiasco y su pase dejado caer en la Semana 17 frente a los Steelers en la pasada temporada sirve como estampa de lo decepcionante que ha resultado a la fecha.

Si le añadimos la reciente llegada de Landry para tomar el puesto en la ranura, y los rumores que señalan a Cleveland como posible destino de Terrelle Pryor en agencia libre, para jugar al lado opuesto de Gordon, Coleman podría quedarse rápidamente sin lugar en la plantilla de los Browns.

Al final del día, Coleman podría convertirse, junto a Kizer, en el legado más recordado de Brown a largo plazo, sin olvidar que también fue el responsable de firmar en la agencia libre del año pasado al receptor abierto Kenny Britt por cuatro campañas y 32.5 millones de dólares, de los cuales casi 5 millones siguen pesando contra el tope salarial del club.

En descargo de Brown, sus predecesores no necesariamente hicieron un trabajo ejemplar con firmas de agencia libre que incluyeron, solamente en esa posición, a Dwayne Bowe, Marlon Moore, Miles Austin, o al ala defensivo Frostee Rucker, únicamente en lo que va de la década.

Para ser justos con lo realizado hasta ahora por Dorsey, Landry no es Britt, ni Bowe, ni Miles, ni Moore. Y de paso, Taylor no es Robert Griffin III, ni Brock Osweiler, ni Josh McCown, ni Jason Campbell.

Lo que sí parece una repetición año con año, y lo que vuelve a causar preocupación con los Browns de este año, va más allá de simplemente fallar una y otra vez con selecciones altas de draft. En Cleveland, el carrusel de ejecutivos a cargo de las decisiones de personal, entrenadores en jefe, coordinadores, y por lo tanto sistemas de juego, gira a una velocidad terrible.

Hasta en tanto el equipo no se comprometa realmente --a largo plazo-- con un sistema, será imposible desarrollar coaches y jugadores. Las recientes salidas de Kizer y Shelton aparentemente señalan que los Browns no están listos para ello, ni del lado ofensivo ni del lado defensivo del ovoide.

Otra campaña miserable en Cleveland significaría, con toda certeza, el despido de Jackson como head coach, y de un número de sus asistentes. Si eso sucede, ¿qué le pasará al resto de reclutas de draft de la era Brown-Jackson? La respuesta parece estar arriba.

Irónicamente, los Browns nuevamente están apostando a un proyecto a corto plazo encabezado por Taylor como mariscal de campo puente, para tratar de asegurar continuidad.