Para aquellos que no han leído estas notas anteriormente, hace años decidí hablar sobre prospectos del draft de la NFL que pude ver jugar en persona. Con eso quiero decir que estuve presente en el estadio y pude observar todo su comportamiento durante un partido, dentro y fuera de la cancha. Mi filosofía es que ver sólo video no basta. El video se puede manipular. Todo jugador tiene momentos muy buenos y muy malos. No es complicado editar un segmento y hacer ver a Saquon Barkley como un inepto, o como el siguiente Jim Brown. En el estadio se puede apreciar cómo reaccionan a jugadas buenas y a jugadas malas y entender el por qué del resultado.
Esta vez vi muchos prospectos interesantes. Trataré de ser breve y conciso para poder cubrir a varios sin extender mucho la nota.
Baker Mayfield, QB, Oklahoma. Baker creció en Austin, Texas, ciudad donde resido, por lo que he sabido de él desde que estaba en high school. Primero que nada, ha sido un triunfador en los primeros niveles del fútbol americano, high school y colegial. En la prepa llevó a su equipo al campeonato del estado, algo de mucho valor en Texas. Fue parte de una tradición ganadora. Los quarterbacks antes, y después de él, también ganaron campeonatos. Tuvieron una racha de cinco títulos consecutivos. En Oklahoma ganó el Big XII tres veces y en dos ocasiones su equipo avanzó al playoff de la NCAA sin avanzar al partido final. En su primer año en Texas Tech no tuvo mucho éxito y sufrió una lesión. Con la excepción de Texas Tech, ha tenido la fortuna de estar rodeado de talento y de jugar contra rivales por lo general mediocres. Del lado positivo, es un gran competidor que nunca se da por vencido y es un gran líder. Es sumamente escurridizo. Sabe moverse, evitar capturas y comprarse tiempo cuando no tiene receptores abiertos. Tiene buen brazo y puede completar cualquier pase, pero no tiene la potencia de Brett Favre como muchos dicen y comparan. Del lado negativo, es indisciplinado fuera del terreno de juego. Ciertos equipos con defensivas más sofisticadas lo pudieron confundir. Lo vi frustrado en el segundo tiempo contra Texas la temporada pasada. Lo mismo sucedió contra Houston, contra Clemson en el playoff del 2016, y en la segunda mitad contra Iowa State y Georgia también en 2017. Jugó en el mismo sistema de Jared Goff. Tengo muchas dudas sobre sus posibilidades de brillar en la NFL. Si llega a un equipo que tenga un entrenador que sea pueda hacer lo que hizo Sean McVay con Goff, tendría posibilidades de brillar. Lo veo más bien como talento de tercera o cuarta ronda.
Mark Andrews, ala cerrada, Oklahoma. Me recuerda a Travis Kelce. Tiene el potencial de ser tan bueno o mejor que él. En momentos de apremio y bajo presión era el jugador que sacaba a Mayfield de apuros. A pesar de su talento fue inconsistente sus primeros dos años, pero mejoró considerablemente en 2017. Le falta mejorar como bloqueador, pero tiene la corpulencia necesaria para llegar a serlo. Lo tienen clasificado como el N° 5 entre alas cerradas. El equipo que lo escoja tendrá un buen elemento.
Orlando Brown, tackle, Oklahoma. Posiblemente el jugador más sobrevalorado del draft. Lo vi jugar tres años y en cada partido se daba por vencido el último cuarto. Jugadores de menor tamaño que él lo desplazaban. Su falta de fuerza fue evidente en el Combinado cuando se vio lento y pudo levantar 225 libras sólo 14 veces. Pudo llegar a 16 repeticiones en su pro day, pero no es suficiente para un tackle de primer nivel de la NFL. Tiene la "materia prima" para desarrollar, pero dudo de su temperamento. No lo escogería antes de la cuarta ronda.
Mason Rudolph, QB, Oklahoma State. Toda la atención de este draft está enfocada en los "cuatro grandes", como les han dicho a Sam Darnold, Josh Rosen, Josh Allen y Baker Mayfield. Poco, si no es que nada, se habla de Mason Rudolph. Algún equipo seleccionará a Rudolph al final de la primera o en la primera mitad de la segunda ronda y obtendrá un jugador que representa el prototipo de quarterback de la NFL. Su estilo de juego es similar al de Nick Foles, quien en el sistema indicado se convirtió en el Jugador Más Valioso del pasado Super Bowl. Lanza profundo mejor que cualquiera de los "cuatro grandes", y tiene excelente precisión. Asumió el puesto de titular al final de su primer año y optó por regresar en lugar de declararse elegible para el draft después de su año de junior. No tuvo el año que se esperaba, pero le exigieron mucho con una defensiva pésima que los obligaba a tratar de anotar muchos puntos para ganar. La defensiva de Texas, que mejoró semana tras semana, lo pudo neutralizar, siendo este partido la única vez que no lanzó pase de touchdown. Jugó 42 partidos y ganó 32. No me sorprendería que New England lo escogiera con la selección N° 31 o los Gigantes con la N° 34.
James Washington, receptor, Oklahoma State. Clasificado como el noveno mejor receptor de este draft. La crítica principal fue que en el sistema ofensivo no desarrolló la capacidad de correr rutas variadas y precisas. Pocos equipos lo trataron de cubrir de manera individual. Holton Hill de Texas lo hizo con éxito. Tiene gran velocidad, buenas manos y podría convertirse en un jugador similar a su ex compañero Tyreek Hill.
Este año la universidad de Texas, equipo al que sigo fielmente, tuvo varios prospectos junior. A todos ellos la NFL les recomendó regresar a un último año, pero todos optaron por entrar al draft.
Connor Williams, tackle, Texas. Tuvo un gran segundo año y muchos analistas del draft lo tenían clasificado como el prospecto N° 1 entre los tackles ofensivos. Empezó mal la temporada 2017 contra Maryland y sufrió una lesión en la rodilla que le costó siete partidos. Jugó mal en el último partido de la temporada y optó por no jugar en el tazón. La crítica más grande es que tiene brazos cortos por lo que lo consideran mejor prospecto como guardia. Tiene un excelente temperamento de intensidad y saña. Aniquila a sus oponentes. Excelente en el juego por tierra. Lo veo como jugador de segunda ronda.
Malik Jefferson, LB, Texas. Llegó como uno de los prospectos más cotizados en high school, pero jugó en defensivas pésimas bajo Charlie Strong. Todd Orlando, el nuevo coordinador defensivo de Texas, lo supo aprovechar y empezó a demostrar su nivel. También se lastimó y no pudo jugar los últimos dos partidos. Tiene gran capacidad física pero tarda en reconocer jugadas. Mejoró en este aspecto pero le falta desarrollar. Por eso pienso que ir al draft fue un grave error de su parte. Será jugador de equipos especiales los primeros dos años, pero tarde o temprano asumirá un puesto titular.
DeShon Elliott, safety, Texas. Terminó en segundo lugar, detrás de Minkah Fitzpatrick de Alabama, por el premio Jim Thorpe que se entrega al mejor jugador de la defensiva secundaria. Está siempre en buena posición. Tuvo seis intercepciones de las cuales regresó dos para touchdown. Tuvo problemas en cobertura y permitió anotaciones en situaciones críticas en dos de las derrotas de Texas. También su hubiera beneficiado con otro año bajo Todd Orlando, pero el cambio de su segundo a tercer año fue notable. En un buen sistema y con un buen coach, podría convertirse en una ganga en la tercera a quinta ronda.
Holton Hill, esquinero, Texas. En mi opinión fue el mejor esquinero de la NCAA en 2017. Jugó en el Big XII, conferencia que se caracteriza por ofensivas abiertas, y el receptor que tuvo enfrente fue neutralizado en todos y cada uno de los partidos. Fue también excelente en el juego por tierra siendo un tacleador muy seguro. Tuvo problemas con disciplina y con drogas con Charlie Strong y con Tom Herman quien lo terminó suspendiendo los últimos cuatro partidos. Mide 1.88 mts. Tiene el estilo de juego de Richard Sherman. Lástima de los problemas de disciplina y de drogas. De haber regresado en 2018, y continuado desarrollando como lo hizo la temporada pasada, no tengo la menor duda que hubiera sido seleccionado entre los primeros diez jugadores del draft de 2019. Equipos corren el riesgo de que caiga otra vez en el vicio, pero si controla su adicción, sería una excelente selección.
Poona Ford, DT/NT, Texas. El único senior de los prospectos de Texas en esta nota. Sin duda, mi jugador favorito de la Universidad de Texas los últimos dos años. La única crítica válida que he leído sobre él es su estatura. Mide sólo 2 centímetros más que yo, pero pesa 138 kilogramos. Pienso que ser chaparro es más un activo que un pasivo, hablando en términos de contabilidad. Tiene un centro de gravedad bajo, es fuerte y puede penetrar. Tuvo 20.5 tacleadas atrás de la línea de golpeo en su carrera. Jugó como tackle defensivo y como tackle nariz. Lo proyectan como tackle nariz en la NFL. No fue invitado al Combinado. Lo clasifican como prospecto de sexta o séptima ronda, o agente libre. Será un jugador productivo.
Michael Dickson, punter, Texas. En mis nueve años en la NFL tuve la fortuna de jugar con Rohn Stark y Sean Landeta, ambos punters All-Pro, y de los mejores en la HISTORIA de la NFL. Ninguno de los dos tuvo una temporada como la de Michael Dickson en 2017. Tuvo 53 despejes para un promedio global de 47.7 yardas y un neto de 44.9. Fue el Jugador Más Valioso del Texas Bowl. Tuvo su promedio más bajo del año en ese partido, 41.1 yardas, pero puso 10 de 15 despejes adentro de la yarda 10. Puede despejar largo de manera tradicional, pero también al estilo rugby y con gran toque cuando está cerca. Falta por ver si puede hacer la transición al nivel profesional con balones diferentes y con la presión de ser profesional, pero el talento es indudable.
Les deseo suerte a sus respectivos equipos el jueves, viernes y sábado. Yo estaré en "NFL Live" el lunes y martes para analizar los resultados.
Sin más por el momento, ¡rumbo a Atlanta!