La Semana 4 de la NFL nos dio un sutil recordatorio de por qué la NFL es la liga más imprevisible, y por lo mismo, la más emocionante del deporte profesional a nivel mundial.
No hay otra que se compare.
Me fascina el fútbol (soccer) y hay quienes dicen que "La Champions" está a la par. Disfruto los juegos de la Champions, sobre todo después de la fase de grupos, pero ese es un torneo, no una liga establecida con los mismos equipos año tras año.
En la cuarta jornada, de 15 partidos en sólo cuatro ganaron los locales. Equipos cuyo futuro empezaba a peligrar, se metieron en la pelea por sus respectivas divisiones: Cleveland, Jacksonville, Tennessee, NYG, Philadelphia, Carolina, y Tampa Bay. Otros que parecía que dominarían sus respectivas divisiones como Green Bay, Baltimore y LAR, fueron vencidos a domicilio.
Aunque hay varios equipos con estampa de contendientes, no veo uno solo que despunte claramente sobre el resto de la liga.
Todo parecía indicar que los Patriotas serían ese equipo, pero un par de lesiones a jugadores que no son estrellas, pero que son fundamentales para el esquema ofensivo, cambiaron su situación. Isaiah Wynn, tackle izquierdo, y James Devlin, fullback son bajas en posiciones clave.
Desde finales de diciembre del 2018, durante los playoffs y en las primeras tres semanas, la ofensiva de los Pats empleaba el ataque terrestre de manera contundente y facilitaba el trabajo de Tom Brady con jugadas de finta y pase (play action). Wynn salió lesionado frente a Jets y Devlin contra Miami. Sin ellos, el ataque terrestre no fue factor contra la excelente defensiva de Buffalo. Con una sola dimensión ofensiva, Tom Brady tuvo un partido más que complicado completando solamente el 46 por ciento de sus pases sin lanzar para touchdown y con una intercepción. Tuvieron siete series ofensivas de solo tres jugadas.
Lástima de la ofensiva de Buffalo. Una ofensiva a veces no ayuda a ganar un partido, pero si puede cometer errores para perderlo como fue el caso de los Bills.
Kansas City se perfilaría como el candidato más fuerte después de cuatro semanas gracias a su portentosa ofensiva. Detroit "limitó" el ataque de los Jefes a 27 puntos (un touchdown fue en un regreso de balón suelto para la defensiva de Kansas City), pero cuando tuvieron que "apretar" en el último cuarto, lo hicieron con dos anotaciones bajo la dirección de Pat Mahomes, quien va por su segundo premio como Jugador Más Valioso consecutivo.
La defensiva, unidad que les costó llegar al Super Bowl en 2018, fue restructurada este año con un coordinador nuevo y un esquema diferente. Siguen teniendo los mismos problemas defendiendo el ataque terrestre y siendo mediocres contra el juego de pase.
Cleveland había tenido tres partidos mediocres ofensivamente, pero hay que reconocerles que se reagruparon y respondieron a la adversidad. La defensiva ha jugado bien. Contra LAR en la Semana 3 no contaron con los cuatro titulares de la secundaria, pero forzaron tres entregas y mantuvieron al equipo en la pelea. Contra Baltimore confundieron a Lamar Jackson quien lanzó dos intercepciones.
Freddie Kitchens por fin despertó y se dio cuenta que tiene a un gran corredor en Nick Chubb, quien tuvo el partido de su vida contra Baltimore.
Green Bay parecía que por fin tenía una defensiva para complementar la brillantez de Aaron Rodgers, pero esta temporada la ofensiva no ha entrado en ritmo, y la defensiva fue desmantelada por Carson Wentz y la ofensiva terrestre de las Águilas de Philadelphia permitiendo 176 yardas por tierra y tres pases de anotación.
Rodgers lanzó 53 pases para 422 yardas, pero no fue suficiente. Davante Adams salió inspirado y para el medio tiempo tenía ocho recepciones para 158 yardas, pero sufrió una lesión en un dedo del pie y tuvo que dejar el partido. Estas lesiones son más complicadas de lo que parecen y le podría costar varios juegos. Van esta semana contra Dallas que también tropezó esta semana.
Philadelphia demostró casta ganando un partido que, de perderlo, los podría haber puesto por lo menos a dos juegos de Dallas. No es fácil jugar como visitante los jueves por la noche, y menos en Lambeau Field. Tienen una defensiva de pase que necesita ayuda de una línea defensiva que ha sufrido bajas importantes y que, por lo mismo, no ha aplicado la suficiente presión para incomodar a quarterbacks rivales. El jueves ganaron gracias a la enjundia de Wenz.
En Minnesota pronto tendrán que decidir qué harán con Kirk Cousins porque es evidente que le queda grande el saco de quarterback de un equipo contendiente. Los Vikingos tienen todo para contender para el Super Bowl, menos un pasador de buen nivel. Cousins se sigue arrugando en los partidos grandes. Tiene marca de 2-8-1 en partidos contra equipos contendientes.
Este domingo frente a Chicago, fue claro que Minnesota nunca estuvo en el partido. Sin el peligro de un juego aéreo que no es ni siquiera promedio, la poderosa defensiva de Chicago borró del terreno de juego a Dalvin Cook, quien había sido el mejor corredor de la liga. El problema es que el contrato de Cousins está garantizado, y a menos que otro equipo acepte un canje, lo cual lo dudo, van a tener que pagarle 29.5 millones de dólares que tiene garantizados. Debido a Cousins, todo parece indicar que será el final de la era de Mike Zimmer y Rick Spielman.
Chicago perdió los servicios de Mitch Trubisky por lo menos cuatro semanas, pero quizás se encuentren en una situación favorable con su suplente, Chase Daniel. Daniel ha sido reserva toda su carrera jugando bajo los sistemas de Sean Payton y Andy Reid, que es el que usan en Chicago. Trubisky tiene más facultades atléticas, pero ha tardado en desarrollar como pasador. Sigue siendo impreciso y tomando malas decisiones. Daniel maneja el sistema de Matt Nagy a la perfección. Dudo que llegue a ser un quarterback protagonista, pero sabrá manejar bien la ofensiva, tomará buenas decisiones antes del inicio de cada jugada, y lanzará con precisión. En pocas palabras, minimizará los errores que en realidad es lo único que necesita Chicago con esa defensiva que tienen.
Las dudas acerca de los Vaqueros de Dallas los últimos años han sido en torno a su quarterback, Dak Prescott, y su entrenador en jefe (head coach) Jason Garrett. Enfrentaron a una defensiva de New Orleans que jugó su mejor partido en muchos años. Prescott y Garrett no hicieron nada, en un juego contra un equipo contendiente, para disipar las dudas que existen sobre ellos.
Dak falló un par de pases con Randall Cobb que, de completarlos, hubieran sido la diferencia en el partido. La decisión de Garrett de jugársela en cuarta y 1 desde su propia yarda 43, con Zeke Elliott, faltando 1:36 en el segundo cuarto, fue costosa. Elliott soltó el ovoide y New Orleans capitalizó con un gol de campo. Perdieron 10-12.
New Orleans está en modo de supervivencia tratando de mantenerse en la pelea por su división durante la ausencia de Drew Brees. No recuerdo muchas victorias de los Santos en la era de Sean Payton en las que no anotaron touchdown y tuvieron sólo 12 puntos.
Teddy Bridgewater prometía mucho como quarterback de Minnesota hasta que sufrió una lesión devastadora en la rodilla que casi le cuesta su pierna. Es una gran historia el que haya regresado, pero no es un pasador al que Payton le esté confiando mucho. La ofensiva es conservadora y limitada por el hecho que después de Alvin Kamara y Michael Thomas, no tienen otras opciones de peligro.
El domingo tienen un juego interesante ante Tampa Bay, quien sorprendió a LAR, y luego van a Jacksonville y Chicago, dos de las mejores defensivas de la NFL. La Semana 9 es la de descanso para ellos, y se espera que Brees regrese el 10 de noviembre contra Atlanta.
San Francisco es otro equipo que se mantiene invicto. Me voy a dar un par de semanas antes de dar una evaluación. Sus siguientes rivales son Cleveland en casa, y de visita ante LAR. Por lo pronto, lo que han demostrado ha sido positivo, sobre todo a la defensiva y corriendo con el balón, dos aspectos que por lo general resultan en victorias.
Mencioné a LAR y este es un equipo que no ha impresionado en 2019, pero que de cualquier manera tiene marca 3-1. La defensiva ha jugado cuesta arriba porque Jared Goff sufre todavía de la "cruda" del Super Bowl. Ha sido responsable de siete entregas de balón en los dos últimos partidos. Las cuatro entregas que tuvo contra TB, tres intercepciones y un fumble, resultaron en touchdowns. Las tres series ofensivas de los Bucaneros, después de las intercepciones, empezaron en las yardas 50, 9 de LAR y 47. Los errores de Goff pusieron a la defensiva de LAR en aprietos.
Aaron Donald sigue siendo un fuera de serie, pero ya no tiene la ayuda que recibía el año pasado con la presencia de Ndamukong Suh, quien en ocasiones ocupaba bloqueadores que ahora están con Donald.
La palabra favorita del golf es “mulligan” que es tener una segunda oportunidad. Después de haber visto jugar a los equipos cuatro partidos, cambiaría mis pronósticos publicados antes del inicio de la temporada que no fueron nada buenos.
Después de cuatro semanas, mis equipos finalistas serían Kansas City y New England en la Americana, con la posibilidad de sorpresas de Jacksonville y LAC, y Chicago y Philadelphia en la Nacional, con la posibilidad de sorpresas de San Francisco y Dallas. Todo esto, por supuesto, sujeto a posibles lesiones a jugadores clave.
Finalmente, tarde o temprano se tiene que decidir la situación de Jalen Ramsey en Jacksonville. La directiva de los Jaguares pide dos primeras selecciones, pero de un equipo que no sea contendiente, o el equivalente que sería una primera, un jugador estelar y algo más. Ramsey, quien es un dolor de cabeza, pero que tiene un talento especial, quiere salir del equipo. Los rumores son que Kansas City y Philadelphia están interesados, pero son contendientes. Si Ramsey llega a alguno de estos dos equipos, posiblemente estarían viendo al futuro campeón de la NFL en 2019.
Hasta la próxima semana.