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Previas NFL 2020, Miami Dolphins: inicia el segundo año de la reconstrucción

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El proyecto de reconstrucción de Brian Flores para los Dolphins inicia su segundo, esta vez, con el presunto quarterback del futuro en la plantilla

Cuando los Miami Dolphins contrataron a Brian Flores como entrenador en jefe, le vendió la idea al equipo que el proyecto de reconstrucción demoraría un estimado de tres años, antes de ponerse a demoler buena parte de lo que erigió la administración previa. Eso le costó a los Dolphins competir durante el 2019 con la plantilla con menos talento en la liga, a cambio de enriquecer las arcas con capital de draft.

Este año, Miami llegó al evento de reclutamiento colegial con los bolsillos llenos, y aparentemente ahora sí tienen todo lo que necesitan para elevar a los Dolphins a los primeros planos. El siguiente paso, es lograr que todas las piezas embonen y trabajen al unísono, lo que, en teoría, significaría que --de acuerdo al plan de Miami-- estaríamos viendo a un equipo contendiente en el 2021. Eso después de, por supuesto, comprobar que las piezas adquiridas son las adecuadas. En caso contrario, Flores y los Dolphins deberán regresar a la revisión de los planos de su obra maestra.

¿Cuánto debe jugar Tua Tagovailoa para los Dolphins en su año de novato?

Francamente, la respuesta a esta pregunta tiene que ver tanto con lo bien que pueda lucir Tagovailoa en los entrenamientos de los Dolphins, como con lo que decida --a través de su nivel de juego-- Ryan Fitzpatrick, mientras se mantiene como titular.

En 15 años en la NFL, Fitzpatrick solamente suma dos temporadas en las que ganó más partidos de los que perdió, y solamente uno de esos dos años fue en calidad de titular. ¿Hay algún motivo para creer que Fitzpatrick cambiará dramáticamente en su decimosexto año de NFL? No.

De por vida, Fitzpatrick posee una relación de touchdowns a intercepciones de 1.3. Para darse una idea de lo que significa ese número, consideremos que pasadores como Patrick Mahomes, Aaron Rodgers y Lamar Jackson están en 4.22, 4.33 y 4.67 respectivamente, es decir, que lanzan más de cuatro pases de touchdown por cada intercepción desde que están en la liga. Al otro lado de la escala, está Josh Rosen, con un 0.65, significando que en su carrera ha lanzado poco más de medio touchdown por cada intercepción.

No hay que perder de vista que, si Fitzpatrick es ahora el quarterback titular en Miami, no fue porque ganó una gran batalla de campamento por el puesto, ante talentos de primera línea.

Tarde o temprano, 'Fitzmagic' mostrará la habilidad de convertirse en 'Pickpatrick', y entonces la presión estará sobre los hombros de Flores para hacer un cambio en la posición y debutar a uno de los prospectos más codiciados en las filas colegiales en años. Tagovailoa no es ajeno a partidos de alta presión, pero se puede argumentar que se vio rodeado de mayor talento ofensivo en Alabama que lo que tiene ahora a su alrededor en Miami. Aprender a lidiar con la constante adversidad también se aprende, y no cualquier lo consigue. Dosificarla para el pasador novato será el reto para el grupo de entrenadores de los Dolphins.

¿Quién es el rostro nuevo a seguir?

Tagovailoa es el primer nombre que surge aquí. El quarterback de Alabama rápidamente colocó su jersey como el más vendido de la NFL --entre todos los jugadores, no solamente los de primer año-- y las expectativas son estratosféricas con su llegada a una franquicia que sigue en busca de su próximo Dan Marino.

Tagovailoa parecía ser la apuesta para los Dolphins, incluso, desde antes del inicio de la campaña del 2019, cuando el equipo tomó el camino de desprenderse de talento joven de primera línea como Laremy Tunsil y Minkah Fitzpatrick para acumular capital de draft con Tagovailoa en mente.

El camino fue sinuoso en el inter. Tagovailoa sufrió una dramática lesión --fractura y dislocación de cadera--, mientras que los Dolphins ganaron un puñado de partidos inesperados hacia el cierre de la temporada, conduciendo a que lo que se asomaba como una segura selección de Tagovailoa por parte de Miami en el primer turno global debiera esperar hasta el quinto turno de la primera ronda, en medio de especulaciones de último minuto que sugerían que los Dolphins tomarían a un tackle ofensivo.

Y hablando de la posición de tackle ofensivo, sumado al traspaso de Tunsil, mencionado arriba, Miami seleccionó con su segunda selección de primera ronda a Austin Jackson, de USC, con la idea de convertirlo en el guardaespaldas de Tagovailoa por la siguiente década. Jackson ya aparece como jugador de primer equipo --por el lado izquierdo de la línea--, por delante del veterano Julie'n Davenport, un jugador que básicamente regalaron los Houston Texans como parte del canje por Tunsil. Recordando que Tagovailoa es zurdo, y su protector por el lado ciego es el tackle derecho, se mantiene por el momento como titular en ese puesto Jesse Davis, un ex guardia que apenas hizo la transición el año pasado al tackle. Robert Hunt, otro recluta de draft, y Jonathan Hubbard, un novato no reclutado, aparecen detrás de Davis en la plantilla preliminar de los Dolphins.

Se ha escrito de sobra respecto a los retos únicos que enfrenta la actual camada de novatos en un receso de temporada sin actividades gracias a la pandemia de coronavirus, y equipos como los Dolphins que planeaban apostar mucho a desarrollar novatos este año --a diferencia de equipos más armados con talento veterano--, caminarán cuesta arriba durante toda la campaña.

¿A quién van a echar de menos?

La respuesta sencilla aquí sería Reshad Jones, un dos veces seleccionado al Pro Bowl que además aportaba identidad y liderazgo a la defensiva desde su posición de safety. Sin embargo, quizás Miami extrañe más a J'Marcus Webb, un veterano liniero ofensivo que inició ocho de los 14 partidos en que jugó el año pasado para los Dolphins.

Webb es un liniero de 32 años de edad que ha pasado por seis equipos diferentes en nueve temporadas de NFL, pero ha sido titular de tiempo completo en las dos posiciones de tackle y también ha jugado en el interior. La línea ofensiva es un área con algunas de las mayores interrogantes para Miami de cara al 2020, y después de la pandemia, un experimentado veterano capaz de saltar a casi cualquier posición en la línea en caso de lesiones o inconsistencias de todas las caras nuevas podría haber sido una buena póliza de garantía.

Por ahora, los Dolphins siguen apostando a Jackson y los también reclutas de draft Hunt y Solomon Kindley, además de Hubbard, y la llegada de los veteranos Ereck Flowers y Ted Karras para configurar una línea ofensiva que será muy exigida después de poco tiempo para acoplarse.

Jugadores que declinaron la temporada a causa del coronavirus

Receptor abierto Albert Wilson, receptor abierto Allen Hurns.

¿Qué dicen las casas de apuesta?

En cuanto a la pelea divisional, los Dolphins aparecen en las líneas de apuesta del Caesars Sportsbook con un +850, apenas por arriba de los New York Jets, quienes son los más desfavorecidos por este casino, pero bien lejos de los Buffalo Bills y New England Patriots. En caliente, aparecen como los más desfavorecidos en el sector, con un +900, por detrás de los Jets en +850.

En términos de ganados y perdidos, Caliente coloca la línea en 6.5 para Miami, con las altas pagando +110, y las bajas pagando -154.

Pronóstico para el 2020

Flores fue capaz de exprimirle más a esta plantilla en el 2019 de lo que parecía indicar el nivel de talento sobre el papel, y no podemos descartar que esto vuelva a suceder en el 2020. Las ansiadas adiciones vía draft, apuesta de la dirigencia en Miami, probablemente tardarán un poco más de lo esperado en comenzar a contribuir, gracias a la pandemia. Por ello, quizás el salto cualitativo no sea tan marcado en este año como algunos esperaban cuando se aproximaba el mes de abril.

Si, de algún modo, este equipo logra retomar el momento con el que cerraron la temporada pasada, seis ganados no está fuera de la realidad para los Dolphins, pero una expectativa más realista, a mis ojos, los tendría culminando con una marca de 4-12 que no necesariamente significa un retroceso respecto al 5-11, entendiendo que se trata de un proceso donde los resultados tangibles podrían ser exigibles hasta el 2021.