ARIZONA -- Lo que no te derrumba, te hace más fuerte.
Tranquilamente ese pudiese ser un refrán para describir la historia de vida del corredor de los Kansas City Chiefs, Isiah Pacheco.
Su hermano mayor Travoise fue apuñalado y asesinado en un complejo de apartamentos en 2016 cuando tenía apenas 29 años; su atacante alegó defensa propia, pero fue encontrado culpable por alterar pruebas.
Cuando sucedió esa tragedia, Isiah se apoyó en su hermana mayor Celeste para lidiar con el dolor; cocinaban brownies y escuchaban rap juntos.
Celeste apareció muerta en su departamento en su hogar en Millville, Nueva Jersey con un tiro en la cabeza. Su asesino, Donald Scurry, con quien ella había tenido un bebé, fue condenado a 65 años de prisión.
“Pienso en mi hermana todos los días”, declare Isiah. “Es muy difícil para mí, y la extraño un montón”.
Tragedias impensadas y dolorosas. A sus 23 años de edad, Isiah ya ha pasado por más desazón de la que muchos tienen a lo largo de toda su vida.
Pacheco batalla todos los días para mantenerse positivo, y dice que su hermana sigue siendo su principal motivación, porque desde el momento en que ya era un prospecto importante, siempre le dijo que nunca pierda la humildad.
“Por ella es que nunca doy una yarda por perdida”, explicó Pacheco. “Mis hermanos son mi motivación para ser mi mejor versión y aprovechar mi oportunidad”.
Isiah fue elegido por los Chiefs en la séptima ronda del draft luego de gozar de una muy buena carrera universitaria en Rutgers.
Sinceramente, yo pensé que sería elegido entre la cuarta y quinta ronda del draft, pero los cazatalentos pensaban que no tenía el tamaño ideal, y que carecía de buena visión.
Esta última parte la puedo entender, porque corre primordialmente Norte-Sur, y ataca el hueco rápido, sin paciencia para que se desarrollen los agujeros.
Sin embargo, corre con una fiereza inusual, rompe muchas tacleadas, y le ha agregado una agresividad necesaria a la ofensiva de los Chiefs, que antes de su llegada era más fluida que física.
Pacheco es una doble amenaza, que ha superado las 80 yardas totales en cinco de sus últimos siete partidos, y fue vital en los dos triunfos de playoffs de Kansas City.
“Inicialmente, me costó mucho superar lo que le pasó a mis hermanos”, prosiguió Isiah Pacheco. “Sin embargo, esa tragedia me ayudó a entender que no debo correr para alejarme de mis problemas, sino correr hacia ellos y enfrentarlos”.
En este duelo particular, teniendo en cuenta las fortalezas del frente defensivo de los Philadelphia Eagles, quizás les convenga a los Chiefs correr más el ovoide.
Sobre todo teniendo en cuenta que el tobillo de Patrick Mahomes no está enteramente saludable.
Hemos escuchado hasta el hartazgo acerca de lo físico que es el frente defensivo de Philadelphia, y la línea ofensiva de los Eagles.
Pacheco le ha aportado un diferencial a Kansas City, y es la parte física de los Chiefs.
“Simplemente tengo que seguir trabajando”, concluyó Pacheco. “Si hago mi parte, y sigo siendo fiel a mi identidad, mi trabajo hablará por sí solo”.