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Con Sheldon Richardson, el cielo es el límite para la defensiva en Seattle

En la temporada 2013, cuando los Seattle Seahawks ganaron el primer Super Bowl de su historia, su línea defensiva tenía tal cantidad de talento, que desde a banca llegaron los eventuales jugadores de Pro Bowl Michael Bennett y Cliff Avril.

La talentosa secundaria recibió mucho del crédito por el éxito defensivo, y con razón, pero el desempeño de una defensiva que encabezó la NFL en robos de balón con un impresionante total de 39 se generó desde la trinchera.

La versión 2017 de esa defensiva puede ser aún mejor con la adición de Sheldon Richardson vía un cambio con los New York Jets el viernes.

Richardson fortalece lo que ya de por sí es una dominante línea defensiva y le da a los Seahawks la presencia interior que esperaban cuando obtuvieron con su primera selección colegial a Malik McDowell, quien quizá se pierda su primera campaña en la NFL y más tiempo por el serio accidente en auto que sufrió en julio.

Richardson suma 18 capturas de quarterback en cuatro temporadas, lo cual es un suma importante para un tackle defensivo que usa la técnica de tres puntos. Eso incluye 3.5 capturas en camino a ser nombrado el Novato Defensivo del Año en 2013, luego ocho en 2014, cuando fue seleccionado al Pro Bowl tras su campaña más productiva.

Richardson podría ser el titular en los paquetes básicos de Seattle, dependiendo de lo que suceda con Ahtyba Rubin, pero la presencia de Richardson en el paquete nickel convertirá a esa línea defensiva en la mejor de la NFL.

Buena suerte si tienes que bloquear a Avril, Bennett, Richardson y Frank Clark.

Los Seahawks empataron el tercer lugar en la capturas la temporada pasada con 42, pese a que Bennett se perdió cinco juegos por lesión y pese a que también, Seattle mandó un quinto liniero en sólo el 22.5 por ciento de sus jugadas defensivas. De acuerdo a ESPNStats & Information, ese porcentaje fue el 20 en la NFL, lo que es un indicio de qué tan efectivo fue Seattle en generar presión con su línea frontal.

Avril fijó una marca personal con 11.5 capturas la temporada pasada para ser el líder del equipo en esa categoría. Clark fue segundo con 10. Bennett es uno de los linieros defensivos más efectivos, incluso si su total de capturas no lo reflejan y ese grupo se hizo mejor, de la misma forma en que su defensiva.

La unidad defensiva de Seattle presenta ahora a ocho jugadores que han llegado al Pro Bowl: Richardson, Bennett, Avril, los linebackers Bobby Wagner y K.J. Wright, el esquinero Richard Sherman y los safeties Earl Thomas y Kam Chancellor. Una excepción es Clark, quien tiene mucho potencial.

Richardson no es una adición perfecta en el campo o fuera de él. De acuerdo a sus estándares, viene de una temporada a la baja con sólo captura y media en 15 juegos, aunque en ocasiones jugó de forma efectiva como linebacker externo. También fue suspendido dos veces, primero, por una violación a la política de abuso de sustancias de la NFL y luego, tras un arresto relacionado a una persecución policiaca a alta velocidad en 2015.

Estos incidentes, aparentemente, fastidiaron al coach de los Jets, Todd Bowles.

Podría ser complicado que los Seahawks logren retener a Richardson cuando su contrato expire al final de la próxima temporada, ya que el dinero de Seattle está comprometido a firmar a sus otras estrellas. De acuerdo a Spotrac.com, los Seahawks tienen a ocho jugadores cuyos acuerdos promedian al menos $10 millones y a lista la encabeza el quarterback Russell Wilson con $21.9 millones.

Sin embargo, el esfuerzo de Richardson nunca ha estado en duda y en el último año de su contrato debería estar especialmente motivado.

Los Seahawks han visto qué tan lejos puede llevarlos una dominante línea defensiva. La suya se hizo aún más dominante con la llegada de Richardson.

Información del reportero de Jets de ESPN, Rich Cimini, se usó en este reporte.